Las obras entre La Granja y Navacerrada finalizarán en otoño

La consejera explicó que las obras, como los tramos que ya se acometieron el año pasado, están centrados en la renovación del firme. Se reanudan en esta época del año porque «hace falta unas condiciones adecuadas para darle una mayor durabilidad». Se extienden dos capas de mezcla bituminosa, que incluye el uso polvo de neumáticos usados. También se va a ensanchar la plataforma en «algunos puntos con curvas más cerradas».

La idea es llevar a cabo las obras mediante cortes puntuales de tráfico pero priorizando intentar tener la vía abierta a la circulación. Esta carretera tiene una intensidad media diaria de 5.265 vehículos. El tramo afectado por la carretera comienza a una cota de 1.100 metros y finaliza en los 1.800 metros, en el puerto de Navacerrada. «Esto implica que el firme sufre durante muchos meses del año», dijo Martínez Alonso, y le afecta el esparcimiento de sal y el paso de las máquinas quitanieves.

La actuación en el firme incluye tres acciones. Primero, la retirada de todas las capas de firme deterioradas que luego se vuelven a aportar; segundo, una capa de bituminosa con un espesor variable, en función de lo mal que esté el firme entre cinco y siete centímetros.

Tercero, una capa de rodadura de altas prestaciones, con una mezcla que es un tipo muy adecuado para este entorno al tener, explicó la técnico, «una capacidad de dilatación y concentración mucho más que las mezclas convencionales, con una dotación de betún muy superior un 6,5 frente al 5 por ciento de las normales». Con esta intervención, esperan conseguir que la duración de la capa de rodadura de este tramo se amplíe de forma significativa, al ser una carretera de montaña. Además, se va a acondicionar el paseo peatonal que transcurre de forma paralela a la carretera, en la travesía de La Granja y La Pradera.

Otro punto importante es la reordenación de los más de 40 accesos. «Son muy peligrosos porque la gente entra y sale de manera incontrolada», y también se usan como aparcamientos. De acuerdo con Montes de Valsaín, propietario de la mayoría de ellos, se va cerrar «todos los posibles, sobre todo, si están en puntos de mala visibilidad». En definitiva, se van a mantener sólo los necesarios.

Martínez Alonso también explicó otra actuación, en este caso la adecuación del desmonte en el último ramo del puerto, entre el punto kilométrico 23.500 y el 24.000, con un desprendimiento continuo de piedras. «Vamos a hacer un tratamiento con malla antierosión para evitar que se siga deteriorando y retener las piedras que pudieran caerse», remarcó.

Otras actuaciones se centrarán en el drenaje de las cuentas, tanto en las existentes como en otras que surjan por nuevos problemas de acumulación de agua, así como el drenaje transversal. En cuanto a la señalización horizontal, vertical y de balizamiento, igualmente se ha tenido en cuanta las condiciones climáticas adversas, con «pulverización y en caliente, con mucha más reflactancia», indicó, para una mayor duración en el tiempo. Por último, en materia de seguridad, se va a colocar nueve kilómetros más de barreras para completar la existente.

Estos trabajos, entre los puntos kilométricos 7,400 y 24,000, de la CL-601, completan los ya ejecutados y puestos en marcha, tras una inversión de 2,2 millones de euros, entre en enlace con la SG-20 y el núcleo de La Granja.