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Las obras en Blanca de Silos merman la clientela de los comerciosMultitud de comerciantes de la calle Blanca de Silos lamentan un notable descenso de las ventas a raíz del comienzo de las obras de remodelación de esta vía. Los beneficios obtenidos al final del día han descendido una media del 50% ante la menor afluencia ... de público, según el testimonio de varios negocios. El perjuicio también se extiende a otras tiendas del entorno próximo, por lo que los vendedores temen que esta situación se prolongue más allá de junio, cuando está prevista la finalización de los trabajos para la reapertura del bulevar peatonal.
El reloj marca las 10:00 horas cuando se abren las puertas de los comercios más madrugadores del barrio de Santa Eulalia este martes. Los vendedores se afanan en reponer el género y publicitar las últimas ofertas para atraer a los clientes, pero estos tardan en llegar. La cantidad de visitantes que se paran frente a las puertas de los locales para conocer su horario o para admirar sus escaparates ha mermado desde que se puso inicio a la reforma integral de la calle Blanca de Silos a finales de febrero. «Lo estamos notando muchísimo», coinciden los trabajadores consultados que desarrollan su actividad tanto en el epicentro de las obras de reurbanización como en las calles San Francisco y José Zorrilla.
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Una de las primeras en empezar la jornada laboral es Ana Cubero, de Talento Zapatería. «Nadie viene por aquí, a los tres días desde que levantaron la calle se ha notado que la venta ha sido algo menor», subraya. En su caso, el anuncio de liquidación por cierre del establecimiento ha atraído la curiosidad de multitud de compradores. «La gente viene por eso, no creíamos que iba a llamar tanto la atención», manifiesta.
La empleada celebra que el pasado jueves se instalase una pasarela frente a su comercio, en el número 7 de Blanca de Silos, que fue reclamada al Ayuntamiento de Segovia también por los vecinos. «Hemos estado luchando mucho por ello, pues de otro modo los clientes tenían que dar toda la vuelta», añade. A tan solo unos metros, Santos Pérez, al frente de La Fábrica, reflexiona sobre la necesidad de adaptar muchas más ubicaciones para facilitar el paso de los viandantes, ya que tener que ampliar el recorrido que antes podías hacer en apenas unos segundos «no es un aliciente» para atraer a los compradores, más allá de los usuarios que son habituales.
El ambiente del entorno más próximo a las obras ha cambiado, «hay mucho menos movimiento», especifica el trabajador. Su temor radica en que esta situación se prolongue en el futuro con motivo de la peatonalización. «Las ventas han disminuido bastante y, si ahora estamos así, ¿qué va a pasar cuando la restricción al paso de vehículos se haga definitiva? No va a venir nadie», considera.
La limitación del tráfico ha hecho mella en la clientela que no es fija pero que acude a un local en concreto porque es un punto intermedio en su desplazamiento diario. Esta oportunidad beneficia al estanco situado en la plaza de la Universidad, frente al que paraban numerosos coches al cabo de la semana. «Paraban un momento, cogían su paquete o bolsa de tabaco y se iban», explica su propietaria, Asunción Renedo. Pero ahora eso es imposible. «Sigo vendiendo y tengo la suerte de que vienen los estudiantes, pero las cajas que hago ahora no tienen nada que ver con las que hacía antes», reconoce.
El volumen de producto despachado «puede haber bajado entre un 50% y 60%», detalla, un porcentaje que sirve de referencia, al menos, para el resto de establecimientos aledaños. «Es una ruina, intentaremos soportarlo», dice Renedo. No obstante, visibiliza su preocupación ante los cambios que se puedan producir en el avance de la ejecución. En concreto, no es ajena a las flechas recientemente pintadas en las aceras: «Las van a levantar, van a tener que quitar toldos y terrazas».
Un paseo por un tramo en obras nunca es agradable. «No es apetecible», refiere a su vez Carmen Miguelsanz, de Zapatos Marian, quien no observa grandes alteraciones en la comparativa anual de cuentas relativas al mes de febrero, pese a la merma de paseantes en este distrito de la ciudad. En su caso, el auténtico «bajón» en su actividad está motivado por la crisis y el cambio de modalidad en las compras, ya que ahora se concentran sobre todo en internet. El problema «no es la calle, sino la situación del sector», argumenta.
Si bien es cierto que los vendedores coinciden en la necesidad de obras urgentes que tenía este histórico eje comercial, degradado en los últimos años, difieren sobre el resultado final. El bulevar peatonal no convence a todos, tampoco a los residentes. «Lo que reclamábamos era un arreglo para que esta calle fuese una entrada principal al centro de Segovia. Siempre hemos tenido en mente José Zorrilla, donde el tráfico lento puede convivir con aceras amplias», defiende la presidenta de la Asociación de Vecinos de Santa Eulalia, Esther Santos.
La calle Blanca de Silos es el epicentro de la incertidumbre, pero la modificación de la circulación de forma permanente también está presente en el entorno próximo. La cerrajería Aperturas Segovianas, en la plaza de Somorrostro, mide el impacto de los trabajos en el tráfico. «No vemos pasar un coche», sostiene la trabajadora Carolina Carrión, lo que corrobora a su vez Lubna Errakraki, desde la cafetería Segofre, en la calle San Francisco. «Hemos notado que se acercan muchos menos, para muchos supone un esfuerzo», puntualiza.
«Todo el mundo se mueve en coche y si no encuentran para aparcar, tienen que dar la vuelta completa al barrio, por lo que al final van a preferir ir directamente a otros lados», vaticina Carrión, quien no espera un buen pronóstico para el comercio en este punto de confluencia, al situarse entre dos accesos con restricción total al paso de vehículos: «En un lado vamos a tener un bulevar peatonal y al otro lado está el Acueducto».
Para contrarrestar el «aislamiento», la agrupación vecinal del barrio afectado barrio ha emitido una propuesta para modificar el actual recorrido alternativo a las obras, que serviría a modo de ensayo para decantarse por la mejor opción en el futuro. En concreto, solicita que la entrada de los coches procedentes de la plaza de la Universidad se realice por la calle María de Pablos para avanzar por Caño Grande y llegar a la calle Santa Isabel, que cambiaría de sentido. Esta desembocaría en la calle Almira, que modificaría su dirección a partir del cruce con la calle Las Morenas (en el acceso trasero de la Academia de Artillería). El mismo cambio experimentarían las calles Pintor Montalvo y San Francisco, hasta llegar a la plaza de Somorrostro.
La petición no ha recibido aún una respuesta. «Seguimos sin tener noticias», aclara Santos. Sin embargo, ya está siendo analizada por los comerciantes. Yolanda García, propietaria de la tienda Tris-Tras, en la subida de José Zorrilla, examina otras posibilidades, como es cambiar el sentido de esta vía. «La gente que venga de Madrid podría acceder al centro directamente», asegura. Por su parte, José Antonio Gómez, de Ultramarinos Hijo de Maximino Gómez, en la calle Puente de Muerte y Vida, descarta esta opción. «Es muy diferente tener una calle de entrada que de salida», manifiesta. A pesar de la diversidad de opiniones, ambos apremian la búsqueda de una solución.
Este área comercial ha experimentado cambios a raíz de la rehabilitación de Blanca de Silos. «Ahora sube un coche cada mucho tiempo e incluso hay aparcamientos libres, lo que antes no sucedía jamás», avisa García. «Los repartos vienen más tardíos», confiesa Gómez, sin olvidar hacer hincapié en los atascos que se forman en la salida o llegada de los trabajos. «Como salgas a las 14:00 horas por la calle Coronel Rexach, puedes tirarte toda la mañana ahí», concluye.
El Ministerio de Economía, Comercio y Empresa autorizó este martes la prórroga para los proyectos de fondos europeos 'El buen comercio' y 'Son compras y mucho más', entre los que se encuentra la creación del bulevar peatonal. El nuevo plazo se fija en el 31 de diciembre de 2024, pero el Consistorio mantiene los plazos iniciales de la obra de un máximo de cuatro meses. Otras de las actuaciones englobadas son la renovación de los aseos públicos de la Plaza Mayor, cuya licitación finaliza esta semana; o la remodelación de los mercados municipales de La Albuera o de Los Huertos. Los trabajos relativos a este último ya están en ejecución.
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