Objetivo: recuperar el pueblo de Adrados

El proyecto ‘Recuperemos Adrados’ tiene como principal atractivo unas 30 hectáreas de viñas que, por las características del suelo de este pueblo segoviano sobrevivieron a la enfermedad provocada por la filoxera que arrasó buena parte de los viñedos europeos. «Descubrieron que este bicho en suelos altamente arenosos no pueda entrar», aseguró Sergio Muñoz, por lo tanto, son «unas supervivientes» y sería «un crimen contra la naturaleza dejarlas morir».

De este tipo de vides más que centenarias y prefiloxéricas apenas existen «unas pocas hectáreas y en pocos sitios», como en la Rueda segoviana, en Toro (Zamora) o en la comunidad murciana. Sergio Muñoz descubrió este patrimonio medioambiental a raíz de la muerte del abuelo de un íntimo amigo suyo que le pidió, como experto en vinos, que le echara un vistazo a las viñas de su abuelo que llevaban más de una década sin ser trabajadas.

Sergio Muñoz y su enólogo comprobaron que eran viables y empezó a trabajar, en Adrados, las viñas de la familia García. La presencia de un chico joven «azadón en mano» en el campo, en un pueblo con menos de 150 habitantes, llamó enseguida la atención de los octogenarios del pueblo que le relataron las historias de sus abuelos y bisabuelos y le pidieron que también recuperara sus viñas.

El vínculo con el pueblo de Adrados fue creciendo y el experto vinícola empezó a hacer una basta labor de investigación que está reflejada en el proyecto ‘Recuperemos Adrados’ con aportaciones históricas y técnicas, como un amplio estudio del Instituto Geológico-minero de España para asentar las bases de esta iniciativa.

Sergio Muñoz tienen por delante recuperar unas 30 hectáreas de viñas prefiloxéricas pero son «tan viejas» que es necesario acometer «una poda superagresiva» y hay que para reconducirlas porque estaban en «un sistema de rastas hay que llevarlas a un vaso». Una labor que quiere una gran inversión económica que ha dado pie a la campaña.