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Miguel Ángel de Vicente multiplica y estira su agenda estos días para reunirse con el resto de diputados provinciales con la finalidad de conocer sus pretensiones y empezar a compactar el equipo de gobierno que dirigirá el destino de la Diputación de Segovia en los ... próximos cuatro años. El secretario general del Partido Popular en la provincia conoce la institución y se ha propuesto ejecutar «una política muy próxima al ciudadano».
Son veinte años en el ayuntamiento de los ayuntamientos y casi treinta sabiendo lo que significa empuñar el bastón de mando en un municipio pequeño. Ya lo avanzó este lunes, en su discurso de investidura como nuevo presidente de la Diputación: «no vengo a hacer una revolución, sino a mejorarlo todo».
Tiene claro que la supervivencia del medio rural pasa no solo por el respeto a las raíces, sino también por mirar al futuro «sin miedo». Así se lo ha hecho saber a alcaldes y concejales. La modernización de los pueblos y su «adaptación» a las posibilidades de desarrollo que ofrecen las herramientas tecnológicas guiarán los pasos del nuevo gobierno provincial.
Los números le dan la razón. Alrededor de 79.000 habitantes de los pueblos segovianos arrastran el lastre de una conexión a Internet mala o regular, revela un reciente informe sobre la penetración tecnológica en el medio rural elaborado por el ingeniero de la Diputación, Daniel García Cañadas. Estos datos los maneja De Vicente y a partir de ellos destaca la puesta en marcha en este cuatrienio del Plan Provincial de Telecomunicaciones como una de las apuestas más perentorias. La sombra tecnológica en la que vive buena parte del territorio es demasiado alargada y oscura como para dejar pasar un halo de luz que atraiga actividad, empleo y población.
Ni la cobertura de telefonía móvil, ni la implantación de la Televisión Digital Terrestre (TDT), ni el acceso ni la velocidad de la conectividad a Internet son las adecuadas. El recién elegido presidente de la Diputación se ha propuesto de rescatar de esa sombra al 71% de la población que sufre el apagón tecnológico de una u otra forma. «Habrá que hacer una valoración de la cobertura y del coste de hacer llegar las nuevas tecnologías» a los pueblos en el afán de «perseguir la igualdad» de todas las localidades, que es uno de los ejes que van a mover su gestión, insiste De Vicente.
Dicho plan de telecomunicaciones «se trasladará a los responsables de los ámbitos estatal y regional» para cumplir con su carácter «interinstitucional», añade. Uno de los campos en los que Miguel Ángel de Vicente cree que se ha de plasmar con más ahínco esa adaptación tecnológica es el de la propia administración con el objetivo de hacerla «accesible y sencilla» tanto a los ciudadanos como a los representantes municipales.
Además de extender la anda ancha por el territorio, el plan también ambiciona avanzar en la instalación de fibra óptica, la cual presenta carencias que se intentarán subsanar. El informe que disecciona el estado de salud tecnológico del medio rural diagnostica que en torno al 36% de los ciudadanos que habitan en los pueblos segovianos permanecen en esta otra sombra. Por su parte, la recepción de la TDT tampoco es homogénea.
El pasado mes de abril se presentaron los resultados del análisis realizado por el ingeniero de la Diputación. Entre la maraña de datos, sobresalía también el hecho de que algo tan común como llamar con el teléfono móvil era harto complejo en determinadas zonas. Por ejemplo, este tipo de cobertura está catalogada como de mala o regular en el 24% y el 22% de las entidades de población que tienen menos cien vecinos, respectivamente. Dicho informe también recogía el «escaso despliegue de la tecnología 4G», sobre todo en núcleos que no llegan a mil residentes. Las mejoras tecnológicas que pretende el necesario plan esbozado por De Miguel tendrían múltiples aplicaciones.
Precisamente, el presidente cita los Servicios Sociales como uno de los puntales de la gestión de la Corporación en el cuatrienio que empieza. Su apuesta por unas prestaciones «que aborden medidas garantistas y acordes a las necesidades» seguirá muy presente en la culminación de la llamada Estrategia 20.20, dentro de la cual está previsto «aprobar un catálogo de servicios, hacer públicas las cartas de éstos o poner en marcha un comité de ética para finalizar la creación de un sistema de gestión de calidad». En los centros residenciales, por ejemplo, «se consolidará la atención centrada en la persona mediante nuevas unidades de convivencia».
Otra propuesta que está en cartera es la creación de la escuela de alcaldes y concejales para que tengan acceso directo a la formación e información sobre asesoramiento que brinde la Diputación a través de un catálogo de servicios y de un sistema de interconexión –de nuevo las nuevas tecnologías en juego– de registros que permita el intercambio entre administraciones. Todo en aras de «simplificar la burocracia», añade.
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