Un oasis natural que florece junto a las Hoces del Duratón

Carrascal del Río es un verdadero oasis natural en el nordeste de Segovia que ha apostado por exprimir su potencial turístico. Una pequeña joya, tanto por ubicación como por el entorno privilegiado en el que se encuentra, en pleno Parque Natural Hoces del Río Duratón, el hogar de la Ermita de San Frutos, uno de los enclaves más visitados no solo de la provincia, sino de la comunidad. Uno de los lugares que hay que visitar una vez en la vida según un artículo de la prestigiosa revista estadounidense Forbes. Turismo y naturaleza; cañones y sendas; una ribera que llena de vida el pueblo, especialmente en verano, con su pequeña playa como epicentro intergeneracional: mayores y niños. Así es como este lugar aprovecha su belleza para destacar por encima de su padrón de 149 habitantes censados.

Ese atractivo ha mantenido y diversificado la economía del pueblo. Negocios de hostelería como bares y restaurantes. Una decena de casas rurales, una por cada 15 habitantes censados. Un hotel rural con 14 habitaciones y un Centro de Turismo Rural que también suma alojamientos. La ubicación en pleno valle ha consolidado la oferta turística: a cien kilómetros de Valladolid, poco más de una treintena de Aranda de Duero, a una hora y cuarto de Madrid y a otra hora de Segovia. Sin tener una gran ciudad a tiro de piedra, está en un punto equidistante a cuatro. Un perfil de turista de fin de semana o un poquito más. Actividades de agua junto al río Duratón –destacan las piraguas– o amplios paseos para admirar los cañones o la colonia de buitres leonado más grande de Europa. Un activo más.

El tejido económico de Carrascal incluye además a una empresa de turismo activo que realiza actividades de piragüismo, una tienda que hace las veces de supermercado y a Industrias del Cuarzo, que explota el mayor yacimiento europeo de arenas feldespáticas y que cuenta, entre empleos directos e indirectos, con más de 350 personas. Una mina a cielo abierto que ha cumplido este año medio siglo en el pueblo. La arena que extraen la llevan a Arabia Saudí, Emiratos Árabes, Egipto o Latinoamérica y su utilización es muy variada abarcando sectores como la cerámica, el vidrio, la fundición o la construcción entre otros. La relación entre la empresa y el pueblo ha sido estrecha desde los orígenes, con una media de trabajadores que residen en el pueblo cercana a la veintena.

La consecuencia es una pirámide de población joven, con dos de cada tres vecinos menores de 69 años y seis niños menores de 10. «Somos unos privilegiados, resume su alcalde, Gabriel Pérez, que habla de la industria como el factor clave para mantener a los jóvenes en el padrón. «Todos estamos deseando que vengan empresas a instalarse en suelos infinitamente más baratos de lo que pueden estar pagando en otros sitios. Esto es un claro ejemplo; el pueblo sobrevive gracias a que esta empresa lleva 50 años dando estos 20 empleos al municipio. Si a eso le sumas las familias…» Y los empleos indirectos de 250 camiones diarios que cargan allí y los beneficios para talleres, gasolineras o restaurantes de la zona.

Mina, hostelería, casas rurales y una empresa de servicios engloban a esa población activa, así como trabajadores en pueblos cercanos como Cantalejo, a unos 15 minutos, o en Segovia capital. El alcalde pone en valor la convivencia entre la arenera y el Parque Natural, cuya implantación fue posterior, a finales de los 80. El turismo hace que la población flotante no cuente en el padrón en un pueblo que duplica tranquilamente su población en verano. «Si sumas las plazas hoteleras, seguramente haya más gente de turismo en el fin de semana que residentes fijos».

La economía

Instalación de empresas. El Ayuntamiento pide incentivos para atraer industria que ayude a fijar población.

Impacto directo e indirecto. Los 250 camiones que cargan al día en el pueblo dan negocio a bares, talleres o gasolineras

www.carrascaldelrio.es

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