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Unos devoran libro tras libro; otros se dejan las pestañas en el ordenador, en las videoconsolas o en la televisión; otros se afanan en que ... casa luzca como los chorros del oro; los hay que mantienen la forma durante el confinamiento casero a base de tablas de ejercicio físico, y luego hay quien le da a la materia gris para intentar poner su granito de arena en una situación tan excepcional como es la reclusión en casa por la pandemia del coronavirus. Son mentes inquietas que no pueden dejar de bullir iniciativas que hagan de las necesidades virtudes o, como en ha pensado Mario Martín Antón, de las restricciones de movimientos renovar la ciudad.
Precisamente el debate de la convivencia de vehículos y peatones en Segovia, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es recurrente y asoma ahora una vez más después de que el equipo de gobierno municipal decidiera prohibir el tráfico rodado por el casco histórico en las tardes de los viernes y durante todo el fin de semana con el argumento de ampliar el espacio para los transeúntes, ahora que han de guardar más distancias a la hora de caminar por las calles, como estipulan las recomendaciones del estado de alarma.
Mario, ingeniero de Caminos segoviano, ha pasado una parte de su confinamiento dando vueltas a la cabeza, estudiando y analizando cómo mejorar la movilidad en la ciudad durante esta situación de paseos y tráfico limitados. «Es ahora o nunca el momento para cambiar el chip de la movilidad en Segovia», apuesta este joven, quien opina que «tarde o temprano se impondrán los planes de peatonalización del casco histórico». Recurre a ejemplos como el de Cáceres o el de Granada. En la primera, «se preparan calles con el carril derecho para hacer deporte, incluso quitando aparcamientos». En la segunda, «se van a señalizar 75 kilómetros de carriles reservados para bici-patinete-bus».
En el caso concreto de Segovia, para evitar aglomeraciones en los paseos, la primera de sus ideas fue que los peatones circularan por la acera de la derecha y en el mismo sentido de la marcha, consejo compartido por el Ayuntamiento. «Vengo observando que entre las ocho de la tarde y las once de la noche es cuando más gente se agolpa y al no caber en la acera cuando se cruzan se bajan a la calzada, con el riesgo que conlleva», esgrime el ingeniero. Para ello propone «usar el sentido de la derecha para ir y el de la izquierda para la vuelta, al igual que hacen los coches».
El joven segoviano añade la adopción de esta medida no sería complicada. «Basta con que vayan voluntarios o la Policía Local por la calle informando a los que van caminando», apunta. Así, en los cinco minutos que un agente tarda en recorrer una calle como José Zorrilla puede transmitir la medida a medio centenar de peatones que en ese momento estén andando por ella. «No tiene ningún coste y es reversible», defiende.
Mario también ha detectado algún que otro problema en el cinturón verde de la capital. Hay entornos que se llenan de ciclistas, y transeúntes, como Las Lastras, la cuesta de Santo Domingo o la Alameda del Parral. «Por allí circula cantidad de gente en distintos sentidos», asegura. Para evitar en la medida de posible que esos caudales humanos se crucen y creen 'atascos' o se vean obligados a circular por la calzada, sugiere concretar itinerarios en sentido de las agujas del reloj o en el inverso. Para muestra, el botón del recorrido «en sentido descendente por el paseo del Clamores para proseguir por San Marcos y la Alameda del Parral. Y al contrario, «ir por las aceras de Santo Domingo de Guzmán y cuesta de los Hoyos en sentido antihorario». De momento, el Ayuntamiento ha señalizado algunos de estos caminos mediante carteles.
Convencido de las posibilidades de la bicicleta y del patinete eléctrico como medios del transporte urbano, también ha cavilado alguna que otra iniciativa relacionada con el afianzamiento de estos medios aprovechando las restricciones del tráfico rodado aparejadas a la pandemia. «Van a ser el futuro de la movilidad en las ciudades pequeñas y medianas y ya el Gobierno de Italia ha decidido subvencionarlas», esgrime.
Su idea para fomentar la utilización de ambos vehículos se puede aplicar en Segovia a las avenidas con dos carriles por sentido. «Para empezar, creo que funcionaría en el eje Conde de Sepúlveda-Ezequiel González desde el paso de cebra del bar Norte hasta el de la Policía Nacional». Mario propone que «el carril izquierdo sea para ciclistas, patinetes y corredores».
La idea original era habilitar el derecho, pero el cambio obedece a que «en el derecho no se entorpecen los aparcamientos, la parada del bus, la recogida de basuras y las salidas y entradas de calles». «El ancho de los carriles es de tres metros, por lo que para facilitar el paso de autobuses y entradas desde garajes y calles, se podría disponer para el carril bici de 2,5 metros, dejando para coches 3,5 metros», especifica el ingeniero.
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