Secciones
Servicios
Destacamos
claudia carrascal
Segovia
Domingo, 15 de noviembre 2020, 22:01
Un número reducido de alumnos por clase, una atención más personalizada, un carácter innovador, contacto directo con la naturaleza, aprendizaje cooperativo y una estrecha relación con las familias son algunos de los beneficios de los colegios rurales. Aspectos que quieren visibilizar los cerca de ... 11.000 alumnos y 1.450 profesores que hay entre Infantil y Bachillerato en la provincia con motivo del Día Universal del Orgullo Rural, que se celebra este 16 de noviembre.
En concreto, en el CRA Sangarcía buscan inundar las redes sociales con el hashtag #EscuelaRuralEscuelaGenial para poner en relieve las bondades de estos colegios y de este modelo educativo que consideran único. Su promotor ha sido Víctor Sanz, tutor del aula de Marugán, aunque han invitado a todos los colegios de la provincia y del país a que se sumen a la iniciativa porque «la unión hace la fuerza y tenemos que demostrar que estamos orgullosos de vivir en los pueblos y de tener una escuela rural», sentencia.
Durante el confinamiento trabajaron, igual que las escuelas urbanas, de modo 'on-line', pero Sanz reconoce que en los pueblos las dificultades son mayores. «Teníamos todas las plataformas de la Junta de Castilla y León y el contacto con las familias era constante, pero a estas edades no se puede suplir la presencialidad, es muy necesaria, y más en municipios en los que la conectividad no es efectiva al 100%». La administración facilitó tarjetas de datos a las familias para que pudieran conectarse a Internet, pero «la brecha digital es una realidad que hay que atajar porque en situaciones así dificulta la labor educativa».
El CEIP Arcipreste de Hita, de El Espinar, es el colegio rural más grande de la provincia, con 670 alumnos. Aquí también se han producido nuevas matriculaciones de niños llegados de la ciudad, la mayoría de Madrid. Unas 10 familias y 15 menores han llegado al El Espinar este curso en busca de un espacio más natural y una mejor calidad de vida en época de pandemia, informa su directora Gema López. Asimismo, concreta que esto supone una nueva realidad en el centro porque «no conocen a nadie en el pueblo. Además, llegan en un momento en el que las actividades extraescolares y de ocio están cancelados o muy restringidos, por lo que ayudarles a socializar en el centro es una prioridad».
En cuanto a la situación que está generando la pandemia, indica que al tener más alumnos que otros centros rurales «existe una mayor probabilidad de que haya algún positivo». De hecho, ya han tenido que aplicar la cuarentena a dos grupos. Eso sí, admite que es mucho más fácil llevar un control que en la ciudad porque «aquí todos nos conocemos y los vecinos nos ayudan a detectar conductas inadecuadas que pueden entrañar riesgos», apunta.
No obstante, asegura sentirse muy orgullosa de los alumnos, que «lo están haciendo francamente bien y las familias están colaborando mucho». A su juicio, es importante que toda la comunidad esté implicada para frenar este virus porque si hay que poner a varias clases en cuarentena «las familias y la economía del pueblo se verían muy afectadas».
Para adaptarse a la 'nueva normalidad', han tenido que habilitar nuevos espacios y realizar algunos desdobles, por lo que este año la plantilla la integran seis profesores más de lo habitual, en lugar de 46 son 52. A pesar de las dificultades, López defiende que la educación a distancia no es adecuada para estos niveles porque los alumnos no tienen la capacidad de gestión, la madurez y la autonomía suficiente para aprender de este modo. Por eso, considera que en Primaria «no hay una alternativa eficaz a la educación presencial», e incide en que el único parche pasa por limitar los contenidos y utilizar otros criterios de evaluación.
Por último, agrega que uno de los principales valores de la escuela rural es su carácter inclusivo, ya que «no hay segregación por barrios y, por tanto, tampoco por condición social, económica o educativa». Considera que esto es muy enriquecedor porque «independientemente de la carrera que escojan o de su trabajo todos van a estar con seres humanos y, de este modo, adquieren unas habilidades sociales y una flexibilidad mental mucho mayor». Sin embargo, recalca que esa diversidad requiere de una respuesta educativa y una atención muy individualizada, por lo que cree que la administración tiene que dotar de recursos humanos a todos los centros rurales para que puedan atender esas necesidades.
En el CEIP La Pradera de Valsaín son 88 alumnos y nueve profesores. En este centro 1º y 2º de Infantil y 5º y 6º de Primaria se encuentran agrupados porque el número de alumnos es más reducido. Sin embargo, no hay más de 12 niños por clase lo que les permite realizar numerosas actividades e innovar de forma constante. «Hacemos mindfulness después del recreo y asambleas a primera hora para saber cómo están los niños», señala.
También desarrollan tertulias literarias, bibliotecas tutorizadas y este año participan junto a otros centros de la provincia en la iniciativa «recreos activos» para que la distancia social no impida que los alumnos se diviertan. «Cada dos semanas, un centro reta a hacer una actividad, ya han aprendido a saltar a la comba y a hacer malabares. Esto les permite estar activos y a la vez es un aliciente», especifica.
En la provincia de Segovia hay un total de 146 municipios que son un «desierto demográfico», tal y como recuerda este docente, quien, sin embargo, ve un halo de esperanza en el cambio de mentalidad que se está produciendo a raíz de la pandemia. En concreto, en el Centro Rural Agrupado Sangarcía, que tiene aulas en tres municipios y cerca 80 alumnos, ha habido una decena de nuevas matriculaciones este curso de niños que se han trasladado desde la ciudad.
«Es una gran noticia para un centro como el nuestro, pero no hay que olvidar que necesitamos apoyo de las administraciones y un cambio de chip por parte de la sociedad». Al respecto cree que es importante atender las carencias de servicios e infraestructuras, pero también la gente debe entender que «vivir en un pueblo no es una condena, sino una elección». De hecho, advierte que aquellos que consideran que para prosperar hay que salir del pueblo que están muy equivocados.
En cuanto a la impresión de los niños que forman parte de esas familias que han decidido dar un giro a sus vidas y trasladarse al pueblo, Sanz asegura que las impresiones están siendo muy positivas. «Para ellos es como un eterno verano y entre los aspectos que más valoran se encuentran la libertad y el contacto con la naturaleza, antes tenía enfrente un bloque de pisos y ahora se asoman a la ventana y ven el campo».
Todavía emplean algún libro de texto, pero Jiménez explica que acabarán eliminando todos porque cada vez se basan más en el aprendizaje por proyectos. En él trabajan de forma globalizada y en función de los deseos de aprender de los alumnos las asignaturas de Ciencias Sociales, Naturales, Plástica y Lengua. Además, las clases en el exterior son muy comunes en este centro.
En su opinión, los colegios rurales tienen un buen nivel académico y son la piedra angular de los pueblos. Eso sí, reclama que no caigan en el olvido y que se apueste por una buena conexión a Internet, ya que los protocolos sanitarios les han obligado a sustituir muchas de las actividades y «ahora más que nunca las nuevas tecnologías, la imaginación y la creatividad son fundamentales en las clases», señala. Además, en su caso, también es importante que se dote al colegio de comedor porque «es un servicio muy importante para la conciliación familiar y laboral».
Este curso, los docentes han detectado ciertas carencias de conocimientos en los alumnos debido al cierre de las aulas durante el estado de alarma. En este sentido, Chus Garrido, tutora de 5º Y 6º de Primaria en Aguilafuente, sección perteneciente al CRA Las Cañadas, insiste en que más que el nivel académico se ha notado la pérdida de hábitos a principio de curso. A los alumnos les costaba mantener la atención, madrugar o ponerse a estudiar y las cinco horas en clase se les hacían muy largas. «Después de seis meses sin clase habían perdido las rutinas, pero los niños tienen una capacidad de adaptación sorprendente y lo están recuperando enseguida», argumenta.
Este Centro Rural Agrupado comprende seis municipios y cuenta con 149 alumnos. Por el momento, ningún aula ha tenido que estar en cuarentena, sin embargo, la prioridad es cumplir las medidas sanitarias de forma rigurosa para evitar que el colegio tenga que cerrar. «No sería deseable porque afectaría a los niños, ya que en su casa frente a una pantalla no tienen las mismas posibilidades, se pierde interacción y mucha creatividad», lamenta. A su juicio, si los centros educativos permanecen abiertos pueden recuperar el tiempo perdido y no habrá consecuencias para las generaciones que se encuentran en edad escolar. Sin embargo, si volvieran a cerrar de forma prolongada «los efectos no serían nada buenos». Las aulas internivelares son una constante en estos colegios, la de Chus es una de las más numerosas del centro con 15 alumnos de 5º y 6º de Primaria, pero en algunos municipios están juntos los alumnos de toda Primaria. En estos casos, con cada uno se trabaja el currículo correspondiente, pero es «un sistema muy enriquecedor porque comparten, participan y se estimulan en el aprendizaje de otro modo».
Tal y como especifica los pequeños están atentos a las explicaciones que dan al resto alumnos, por lo que avanzan más rápido y ven cosas de cursos superiores, mientras que a los mayores esta fórmula les permite ampliar conocimientos, así como repasar y afianzar otros. «Nunca se pierde el tiempo, sino que se gestiona de otra manera y aprenden a ser responsables de sus compañeros, a socializar y a cooperar».
Precisamente, cree que la escuela rural «es el ejemplo de que la innovación no está reñida con la tradición porque apuesta por las dos fórmulas». Los alumnos conocen la agricultura, la naturaleza y sus procesos de forma directa, pero también emplean herramientas digitales como las tabletas lo que hace que el proceso sea «mucho más enriquecedor y motivante para ellos».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.