César Franco ríe durante su comparecencia ante los medios. El Norte

«El nuevo obispo es un hombre sencillo y cordial y está muy preparado»

César Franco celebra su última Navidad en Segovia y prepara el relevo con su sucesor: «Ya ha estado aquí conociendo a los vicarios»

Carlos Álvaro

Segovia

Viernes, 20 de diciembre 2024, 08:53

Había especial interés por ver qué decía el obispo saliente de Segovia, César Franco, en el desayuno que todos los años mantiene con los periodistas días antes de Navidad. No era una comparecencia normal después de que el pasado 3 de diciembre el Vaticano revelara ... el nombre de su sucesor, que será consagrado el próximo 18 de enero en la Catedral. De manera inevitable, el balance del año tuvo un tono de despedida que el obispo no pudo evitar. «Ahora mismo soy administrador apostólico de la diócesis, porque el obispo es Jesús Vidal, que aún no ha tomado posesión», aclaró.

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Monseñor Franco, que se despedirá de los fieles en la misa del 11 de enero, habló de su sucesor en el solio episcopal segoviana, que precisamente ha estado en la ciudad este miércoles a fin de conocer a los vicarios y visitar el Palacio Episcopal y la Catedral. «Es un hombre sencillo, entrañable, cordial, y está muy preparado. Cuando entró en el Seminario, ya tenía la carrera de Económicas y Empresariales terminada, por lo que será muy bueno para la diócesis en estas cuestiones en las que yo soy lego. Ha desempeñado varios cargos y es un referente en cuestiones como la reorganización de los seminarios», dijo.

El obispo saliente, que ha estado al frente de la diócesis diez años, se va, pues, tranquilo, con la satisfacción del deber cumplido y la certeza de que la comunidad cristiana de Segovia está muy viva. «Soy un hombre que vive de la fe, de la esperanza y de la caridad. Con ser importante, la Iglesia no se mide por las estadísticas y los datos, y aunque se trate de pequeñas comunidades, te das cuenta de que en ellas hay un pueblo cristiano que lucha por mantener una fe, una vida. Quiero decir que la Iglesia está viva y se mueve, aunque, lógicamente, me gustaría que todo funcionara mejor», señaló Franco.

Igualmente se refirió el prelado a las vocaciones y a la conservación del patrimonio, cuestiones muy sensibles en diócesis como la de Segovia. «Siempre hay alguna alegría y te encuentras con una ordenación sacerdotal, como la que tuvo lugar en junio. En el Seminario contamos ahora con tres seminaristas, dos haciendo los cursos de Teología y otro, el más joven, el propedéutico. La diócesis acomete proyectos de evangelización que están teniendo mucho éxito y trabaja muy de cerca con los jóvenes».

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En relación con la conservación del patrimonio histórico, el obispo admitió que la cuestión se encuentra «entre las grandes preocupaciones que tenemos todos los obispos de Castilla y León», si bien destacó el compromiso asumido por muchas parroquias «que han sufragado muchas restauraciones con dinero propio o buscado». Las parroquias son, precisamente, el alma de la diócesis. «Tienen muchas iniciativas. La diócesis es una comunión de gente, de vida, de acción, de oración, de servicios. Y aunque pudiera pensarse lo contrario, porque hay una curia y un obispo, está descentralizada y abarca todo el territorio segoviano, no solo la capital».

Monseñor Franco dijo además que la diócesis goza de buena salud económica porque ejerce una «vigilancia estricta» sobre sus bienes y depósitos. «Gracias a Dios podemos ir saliendo al paso de muchas cuestiones, aunque no de todas. La conservación del patrimonio requiere mucho esfuerzo». En este sentido, la contribución de los fieles al sostenimiento de la Iglesia es una cuestión fundamental para la supervivencia de sus proyectos, especialmente sociales.

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Unas fiestas con «identidad propia»

Como hace todos los años por Navidad, el obispo de Segovia envió a los segovianos un mensaje de paz y les invitó a vivir las fiestas con fidelidad al mensaje original que encierran. «Aunque son fiestas universales, no debemos perder nuestra identidad cristiana, porque se trata de celebraciones con identidad propia. Que Dios haya querido venir al hombre y nacer en una familia como hombre es un mensaje tan extraordinario, tan sorprendente, que no puede ocultarse con otras motivaciones. El hombre ha estado acompañado por Dios a lo largo de la historia y no debemos olvidar el mensaje propio de la Navidad», dijo.

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