Nueva Segovia, epicentro de las encajeras de bolillos

El primer fin de semana de junio es una de las fechas más esperadas por los vecinos de Nueva Segovia, uno de los barrios más poblados de la capital segoviana. A día de hoy, cuenta con alrededor de 6.000 habitantes censados, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). «Somos muchos y estamos muy unidos», se enorgullece Francisco Fernández, presidente de la Asociación de Vecinos de Nueva Segovia San Mateo, que a su vez se constituye como la entidad organizadora del evento. Este año también ha contado con la colaboración de los diferentes grupos de peñistas.

El Día del Barrio es una celebración arraigada ya en este barrio segoviano, que según han pasado los años ha ido evolucionando hasta incluir innovadoras actividades en su programa. Una de ellas, que este año cumplió su segunda edición, es el encuentro de encaje de bolillos.

Ha sido el acto central de la programación, que ha consistido en una concentración de más de un centenar de encajeras aficionadas procedentes desde multitud de puntos del país en el centro cívico de este distrito de la capital. La idea nació de una pequeña agrupación de mujeres vecinas de Nueva Segovia, que se reunían para practicar esta técnica textil considerada como un arte por multitud de personas.

Tras conocer que se llevaban a cabo encuentros en otros lugares de la provincia, de Castilla y León y de otras comunidades autónomas, «quisimos organizar nosotros algo similar», relata Fernández. En la pasada edición, «vinieron casi 350 encajeras». Este año «han venido alguna menos», lo que el presidente atribuye a las inclemencias meteorológicas debido a los avisos por riesgo de lluvia y tormentas que están presentes en gran parte del mapa peninsular. Durante algo más de seis horas han trabajado en sus obras sin descanso. Tan solo han realizado breves paradas para asistir a la inauguración oficial del evento, compartir pastas y también experiencias y conocimiento. Los resultados han sido variados. «Lo que importa es pasarlo bien», insiste Fernández.

La elevada afluencia de residentes ha sido la tónica general a lo largo de toda la jornada. «Pese al día de lluvia, ha habido muchísima gente», se alegra el representante vecinal. Muestra de ello es que el público del campeonato de bolos y chito se haya contado por decenas y, a su vez, haya sido necesario ampliar el límite de tickets vendidos para la paellada popular.

Al principio, se preveían en torno a 300 comensales. «Y finalmente hemos estado más cerca de los 400», concreta. Después de recoger los platos, los segovianos han tenido que buscar un techo para degustar el menú. «Normalmente nos íbamos todos al parque, al aire libre, pues es un día que entendemos como una oportunidad para convivir y conversar con los vecinos», explica.

Una de las principales diferencias de la actual edición con las anteriores es que no se ha realizado un homenaje con entrega de placa a algún residente de Nueva Segovia destacado, pero el propósito es retomar esta iniciativa en el futuro. Por el contrario, sí que estaban previstas una charanga, una actuación humorística a cargo de Javier Lázaro, el concierto de la Banda Unión Musical  Segoviana y una discomóvil con DJ hasta altas horas de la madrugada. «Es un día muy completo», concluye el presidente.