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La receta para cada zona básica de salud en la que se divide la gestión sanitaria de la provincia es la misma: el equilibrio. La reordenación de la Atención Primaria, dada a conocer esta semana por la Gerencia de Asistencia Sanitaria, repite ... como un mantra las propuestas para cada área. Lo que las diferencia son los números de potenciales pacientes, de plantillas asignadas y de las demarcaciones que se reconfiguran en función de las características sociodemográficas que definen a cada territorio. Como subrayan los impulsores de esta reestructuración, se trata de trasladar a la práctica «una sanidad más equitativa, justa y de calidad». De ahí, el sesudo estudio previo y el detallado y amplio informe de situación del que parten las medidas.
La prescripción que encabeza los análisis y las propuestas para cada una de las dieciséis zonas básica de salud es que «cada profesional atienda al menos a 400 usuarios, siempre y cuando la dispersión de la zona lo permita e intentando equilibrar las cargas asistenciales» entre los facultativos. Este mínimo es intocable en cada área, donde el estudio que sustenta la reorganización del primer nivel asistencial hace sus propias cuentas sobre lo que debe ser adecuado y ajustado. Todo ello a partir de la justificación de los datos recabados en investigación previa y de la premisa de equidad en la asignación de tarjetas que revisten la planificación diseñada por los responsables sanitarios.
Por ejemplo, en Carbonero el Mayor ese cupo mínimo «no se presenta en cuatro demarcaciones médicas», mientras que las enfermeras superan esos 400 pacientes e incluso una los rebasa y alcanza los 1.500 asignados.
En la zona básica de Cuéllar, misma propuesta de tener como poco 400 usuarios. Según el diagnóstico, hay dos demarcaciones médicas que están por debajo de ese cupo. En el caso de las enfermeras, la situación es «la contraria» al haber tres demarcaciones que dan cobertura cada una de ellas a más de 1.500 tarjetas.
Si el botón de muestra es la zona básica de salud de Cantalejo, tres cuartos de lo mismo. El informe que avala la reorganización revela, al igual que en la mayoría de las otras divisiones, una disparidad entre el número de médicos de familia y de enfermeras. Catorce frente a ocho en esta área concreta, cuando una de las intenciones que persigue la reestructuración de Primaria es que haya una enfermera por cada médico. Por eso, la planificación conjunta prevé la incorporación de 32 enfermeras repartidas entre las diferentes circunscripciones.
Junto al cupo de pacientes, hay otras prescripciones comunes para reorganizar el primer nivel asistencial en la provincia. Así, el documento pone negro sobre blanco que cada usuarios va a tener un médico fijo «en aquellos consultorios que formen un núcleo más próximo, evitando que haya profesionales que tengan demarcaciones que se 'cruzan' con los de otros compañeros».
También se establece «la atención a los residentes en puntos más cercanos a sus domicilios, sin menoscabar su atención en los consultorios habituales». Esta medida potencia que las necesidades asistenciales que se producen todos los días se centralicen en un punto cercano, que se ha dado en denominar Centro de Atención Diaria (CAD), sin que ello varíe la frecuentación de los consultorios actuales y con una isocrona que no sea superior a los 30 minutos y que en general esté a menos de 20 minutos del consultorio asignado a cada usuario.
La reestructuración anota la necesidad de contar con «un adecuado transporte a los CAD». El documento agrega que está en estudio un cambio en el mapa de transporte que se integre en el nuevo mapa concesional de la Consejería de Fomento.
La creciente importancia de los centros diarios queda patente en las propuestas. Para el área de Cantalejo se establece uno en la ciudad briquera y otro en Turégano; en la de Carbonero, uno se ubica en esta localidad y otro en Aguilafuente; en la zona básica de Cuéllar se contemplan dos, uno en Gomezserracín y otro en la villa cuellarana; en Nava de la Asunción, otros dos, que se localizan en los centros de salud de Nava y de Santa María la Real de Nieva; otros dos CAD operarán en la zona de Riaza, que estarán en la propia localidad riazana y en Ayllón; en Segovia Rural, dado el amplio radio de acción de abarca y el volumen elevado de tarjetas sanitarias, el plan prevé cuatro centros en Valverde del Majano, La Lastrilla, Madrona y Palazuelos de Eresma.
En lo que respecta a Sepúlveda, se articulan dos CAD, uno en la villa y otro en Boceguillas; y para el resto de áreas del medio rural –El Espinar, Real Sitio, Fuentesaúco de Fuentidueña, La Sierra-Navafría, Villacastín y Sacramenia– esa atención diaria se emplazará en el centro de salud de cabecera.
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