Una nueva normativa obligará a mejorar un tercio de los ascensores de Segovia
El 40% de los elevadores tiene más de 30 años y sus propietarios afrontarán derramas de hasta 10.000 euros para adaptarse a la normativa
«El ascensor es uno de los medios de transporte más seguros a día de hoy». Hace de media alrededor de 200 viajes diarios y, ... a lo largo de 2023, no se produjo ningún accidente de carácter grave en Segovia, según las entidades responsables y empresas instaladoras o de mantenimiento que desarrollan su labor en la provincia. El objetivo es dar continuidad a esta tendencia, de ahí que se haya aprobado una nueva normativa que incluye la necesidad de realizar adaptaciones y mejoras para alcanzar un mayor grado seguridad y conservación. El cumplimiento del reglamento, que entra en vigor el 1 de julio, obligará a acometer trabajos de modernización en más de un tercio de los ascensores segovianos, que conllevará la propuesta de cuantiosas derramas.
Segovia contabilizó 2.818 ascensores en el registro elaborado en 2023, lo que supone un repunte del 10% respecto al año anterior y, a su vez, más de un 12% en el último lustro, según los datos facilitados por la Federación Empresarial Española de Ascensores (Feeda). La mayoría de ellos están ubicados en la ciudad. Son algo más de 18 elevadores por cada mil habitantes, una cifra que está ligeramente por debajo de la ratio nacional, ya que en este caso se eleva a veinte.
2.818 ascensores
contabiliza el registro realizado en 2023 en la provincia, lo que supone un aumento del 10% respecto al año anterior.
Es un censo que no ha dejado de crecer, lo que es una cuestión sorprendente, ya que la construcción de obra nueva se encuentra en mínimos históricos, tal y como recoge el Instituto Nacional de Estadística (INE). Los elevadores más modernos son un complemento, en gran medida, al parque inmobiliario existente desde hace décadas. Es por ello que muchas de estas instalaciones tienen ya más de 30 años de antigüedad. En concreto, aproximadamente un 40%, especifica el director de Calidad de Ascensores Zener, Luis Mariano Fernández.
A juicio de José Carlos Frechilla, director de Feeda, Segovia «no tiene un parque especialmente antiguo». Pero los años que han pasado desde su puesta en funcionamiento no es la única cualidad determinante. «La tecnología que tengan o el estado de conservación» también son aspectos destacados a la hora de valorar si un elevador necesitará acometer mejoras a raíz de la implantación del nuevo reglamento, que sirve para equiparar la seguridad de los ascensores que «salen ahora de las fábricas» con los que tienen más de veinte años, insiste Fernández.
Principales novedades
Hay varios sectores que se verán afectados por la implementación de la nueva instrucción técnica complementaria (ITC). Desde los propios instaladores y arquitectos hasta los propietarios y comunidades de vecinos. Aunque muchos de los ascensores han incorporado innovaciones técnicas para brindar mayor seguridad a este servicio, son más de un millar los que tendrán que acometer modificaciones en la provincia, lo que lleva un desembolso económico «enormemente variable», detalla Frechilla.
El rango de costes más frecuente «podría estar entre los 800 y 10.000 euros». Todo depende de las actuaciones que se deban efectuar y las características técnicas del ascensor, si bien el gasto que el director de Feeda considera «más habitual» está relacionado con una menor cuantía. Hay varias medidas que son obligatorias. Una de las más destacadas es la relativa a la nivelación, que persigue lograr una mayor precisión en las paradas en todas las plantas para «evitar tropezones y caídas», sostiene el portavoz de Ascensores Zener. «Quedará al ras del pavimento, encajará a la perfección», añade el presidente del Colegio de Arquitectos de Segovia, Alberto López.
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También tendrán que disponer de un sistema de comunicación bidireccional entre cabina y centros responsables para agilizar el protocolo en casos de atrapamiento. En ningún caso los rescates serán efectuados por conserjes, porteros o encargados de mantenimiento de los edificios, sino por las empresas especializadas o servicios de emergencia autorizados.
Otra de las cuestiones técnicas que se pondrán en marcha es la dotación de un pesa cargas en cabina, lo que impedirá arrancar al ascensor si detecta que se supera el peso máximo para el que está diseñado. A ello se suma la colocación de una barrera fotoeléctrica, para eliminar así el 90% de los accidentes de usuarios, como son los golpes con las puertas o los siniestros que tienen como protagonistas a mascotas, que llegan a ser incluso fatales. «Será posible detectar objetos a media altura y que no se cierren las puertas, como son los paraguas que sobresalen, una persona que se asoma o las correas de mascotas», señala el director de Feeda.
Derramas vecinales
El proceso de adaptación tendrá que culminar en los próximos meses. «Los plazos son amplios, tenemos un año desde que se lleva a cabo la inspección periódica a partir de julio», sostiene la presidenta del Colegio de Administradores de Fincas de Segovia, Natalia Grande. Los profesionales se han puesto manos a la obra con el estudio de la legislación en previsión de que serán muchos edificios los que tendrán que ejecutar estas modificaciones.
Por el momento, «no nos ha entrado ningún presupuesto, pero entiendo que algunas comunidades de vecinos sí que tendrán que hacer frente a derramas», ya sean de menor o mayor importe. «No sabemos el coste, pero tendrán mayor facilidad aquellas que tengan solvencia», insiste, a la vez que adelanta que en las décadas previas son muchos los propietarios que han actualizado los elevadores para garantizar el cumplimiento de las diferentes normativas.
40% porcentaje
de elevadores que tienen más de 30 años, lo que requerirá la ejecución de trabajos para su adaptación a la nueva normativa.
Una particularidad de la ley, que se publicó hace menos de dos meses en el Boletín Oficial del Estado (BOE), es que los ascensores han de pasar una inspección periódica obligatoria cada cuatro años -igual que antes-, pero con la salvedad que si el examen no se supera o el plazo ha expirado el elevador queda fuera de servicio. «Es análogo a las ITV de los coches y con el mismo propósito», puntualiza Frechilla. Esta responsabilidad recaerá en los titulares que, en la práctica totalidad, son las comunidades de propietarios.
Por otro lado, si se cambia de empresa mantenedora, el ascensor también tendrá que superar esta inspección -aunque no toque por fecha-. Los arquitectos serán los encargados de dar luz verde a las instalaciones. «Eso nos va a dar mucho trabajo; es otro papel más a tramitar junto con todos los demás», declara el representante colegiado. «No lo vemos mal si es por una mayor seguridad, pero en realidad es una traba más y un coste añadido para los propietarios, más de tiempo que de dinero», subraya.
Tan solo habrá una excepción a seguir esta normativa: los ascensores catalogados como patrimonio histórico. Tendrán regulaciones específicas para preservar su valor siempre que no se comprometa la seguridad moderna. No obstante, según el arquitecto, todavía quedan muchos flancos abiertos en la provincia a la hora de mejorar la accesibilidad. «Hay muchos edificios en los que tienes que subir unos peldaños para luego encontrar el ascensor», señala López. Por tanto, apremia a ejecutar actuaciones al margen que permitan superar este inconveniente. «Es algo muy necesario, pues redunda en beneficio de muchos residentes», concluye.
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