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El objetivo de Manuel Riosalido, omnipresente en la vida segoviana de mediados del siglo XX, es manantial inagotable de imágenes y satisfacciones. El Museo Rodera-Robles de Segovia (San Agustín, 12) ofrece ya al público la quinta entrega de 'Manuel Riosalido (Foto Río). El valor de la mirada', nueva exposición con parte de la obra del inolvidable fotógrafo, cronista visual de aquella vida que se abría paso en las calles de una Segovia pobre pero deseosa de subirse al carro del desarrollismo.
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Ana María Criado
Quienes son propensos a caer en la nostalgia de otros tiempos, incluso de tiempos no vividos, van a tener que contenerse mucho para no soltar alguna lagrimita ante la contemplación de un ramillete de imágenes dotadas de una fuerza extraordinaria, la fuerza del pasado, que sigue ahí, presente y receptivo para revelarse en cualquier momento siempre que haya alguien dispuesto a rescatarlo con cariño y ternura, aunque a veces hiera.
Esa mirada tierna, capaz de emocionar, está muy presente en la selección que Rafael Cantalejo y el equipo de colaboradores del Rodera-Robles ha realizado para la exposición que podrá verse en el museo durante los próximos seis meses. Basta una mirada a la foto de los saltimbanquis, de los titiriteros que con frecuencia recalaban en la ciudad para hacer la delicias de niños y mayores en sus plazoletas, para comprender la dureza de la época y evocar con nostalgia los dulces momentos de una infancia remota.
«Todas las fotografías tienen una historia detrás. Ahora se habla mucho del paseo del Salón, pero en esta exposición podremos ver cómo ese era el lugar donde se instalaba el ferial, antes de pasar a la avenida Fernández Ladreda, una vía abierta, despejada y ancha en la que se disponían las tómbolas, los caballitos o el tiro al pichón, pero en la que también aparcaban los coches de línea porque aún no se había construido la estación de autobuses. Son estas fotografías de la hoy llamada avenida del Acueducto las que mejor reflejan cómo hemos cambiado», señala Rafael Cantalejo, director del Rodera-Robles.
Rafael Cantalejo
Director del Museo Rodera-Robles
Sorprenden asimismo las fotos de las desvencijadas casas de José Zorrilla y del viejo corralillo de San Sebastián, las de algunos comercios, las que retratan a celebérrimos personajes de la época, como la que comparten Cándido y Lope Tablada, o la del grupo de niños y niñas con los televisores Marconi de juguete. Todo aderezado con el material que los coleccionistas y responsables del montaje (Juan Ignacio Davía, Juan Pedro Velasco, Juan José Bueno, Tomás Ortiz y Mariano Mate) han dispuesto en las vitrinas del museo, repletas de objetos de la época que no dejarán a nadie indiferente.
La exposición, inaugurada por el presidente de la Diputación de Segovia, Miguel Ángel de Vicente, podrá verse de martes a sábado de 10:30 a 14:00 horas, y de 17:00 a 19:00 horas.
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Equipo de Pantallas, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández, Mikel Labastida y Leticia Aróstegui
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