La nostalgia de los fotógrafos minuteros desafía al 'selfie'

En la última década los fotógrafos minuteros, alternativa a los de estudio y conocidos así por el tiempo de entrega de la instantánea, han estado a punto de desaparecer hasta el punto de que durante unos años solo quedaban diez en toda España, aunque la cifra se ha triplicado hasta alcanzar los 30, explicó el presidente de la Asociación Fotográfica Segoviana, Fernando Gutiérrez.

La crisis económica, las dificultades a las que se enfrentan los profesionales de la fotografía y el interés por ahondar en las fórmulas más tradicionales son, a su juicio, los motivos que han contribuido al inicio de la recuperación de este oficio. Con cámaras que parecen de otra época, en la mayoría de los casos elaboradas por los propios minuteros y con objetivos de hasta cien años de antigüedad los artistas recorren el centro de la ciudad, desde el Acueducto hasta la plaza Mayor capturando con su técnicos instantes únicos de los viandantes.

Los minuteros constituyen el inicio de la democratización de la fotografía, según Gutiérrez, quien detalló que surgieron con el fin de acercar a los vecinos de pueblos y ciudades la opción de retratarse durante fiestas, eventos o romerías en lo que entones eran tan solo diez minutos. La técnica que emplean 150 años después es la misma, una lente, un cajón de madera o lata que hace de laboratorio portátil, el papel y los líquidos de revelado, además de la experiencia y los conocimientos del profesional, imprescindibles para no cometer errores, ya que a diferencia de los métodos digitales en la fotografía analógica solo hay una oportunidad.

En un momento de saturación visual y de fotografías a clic de teléfono móvil este encuentro se ha consolidado como uno de los más importantes porque, tal y como ha detallado, es el que más profesionales logra reunir. Llegados de León, Alicante, Salamanca, Madrid o Tenerife, aprovechan la cita para reivindicar una mayor flexibilidad de la normativa en todas las comunidades, con el fin de que los minuteros dejen de ser considerados comerciantes ambulantesy sean valorados como artistas que prestan un servicio.

Así lo ha expuesto el minutero Alberto Prieto quien ha insistido en que «es una profesión que forma parte de la cultura y de la historia del país» y considera «muy necesaria» la difusión y el apoyo institucional. También reivindicó la labor de estos profesionales en un momento en el que «cualquiera puede hacer una foto», pero «la calidad y el enfoque adecuado sólo lo aportan los conocimientos».