Los niños vuelven a llenar Lovingos

Un año más, Lovingos, que multiplica su población en verano, especialmente en agosto, se llena de vida gracias al regreso de los hijos del pueblo, aquellos que viven fuera y vuelven por unos días o semanas, quienes llegan acompañados de nuevas generaciones. El pueblo pasa de contar con cuatro niños que viven allí en invierno a los más de 40 que participan en el campamento. Eso solo contando con los de edades comprendidas entre los 3 y los 13 años. Si se añaden los de más edad la cifra se sitúa alrededor de los setenta.

La iniciativa comenzó a desarrollarse hace algunos años, aunque se paralizó durante dos anualidades debido a la pandemia. En la primera edición participaron ocho niños y poco a poco el número ha ido creciendo hasta llegar a las cifras de estos últimos años. Los pequeños se reúnen para disfrutar de distintas actividades programadas y guiadas por los monitores de la empresa Pinocio.

El campamento se celebra durante las mañanas. La primera jornada sirvió de toma de contacto y en ella se realizaron distintos grupos por edades y las primeras actividades y juegos. Los pequeños suelen aprovechar espacios como el parque, que se sitúa junto a unas salas que se utilizan como centro cultural y que también sirven de espacio de juego para los menores.

Los más mayores comenzaron su actividad en las canchas deportivas, aunque también utilizan otros espacios del municipio, como el prado o la fuente, buscando especialmente zonas de sombra en esta semana de altas temperaturas. «Van por todo el pueblo y la gente está encantada porque ven chicos. Dicen que qué alegría dan», señala la Asociación Cultural, cuyos socios tienen que pagar menos cuota para participar en el campamento.

Las actividades que realizan los grupos están pensadas para las distintas edades de los niños, algunas de ellas con animación a la lectura y no faltan juegos, dinámicas y algunas manualidades, además de deportes. Además, también tienen programadas guerras de agua.

Asociación

La Asociación Cultural El Torreón es la impulsora de esta iniciativa, pero también de muchas otras a lo largo del año. En estos momentos cuentan con más de 230 socios, una cifra que triplica la población del pueblo, pues son muchos los que viven fuera y pasan los fines de semana o el verano en Lovingos y que no dudan que formar parte de la agrupación y así poder disfrutar de las actividades que se realizan.

La mayor actividad de la agrupación se concentra en las fiestas, punto de inflexión para la llegada de veraneantes e hijos del pueblo. En las últimas, celebradas recientemente, han organizado una paellada popular en la que han repartido 270 raciones, pero también han puesto en marcha juegos para niños, juegos de agua, bingos o un concurso de disfraces.

En San Antonio, además, se celebra una carrera benéfica, cuya recaudación íntegra se destina a la Asociación Española Contra el Cáncer. Se trata de una trotada, en la que se da libertad a quienes quieran participar para realizar el recorrido corriendo, andando o marchando. Lo importante es la recaudación, por lo que también se instalan huchas. En la pasada edición, celebrada en junio, se consiguieron 2.007 euros.