Han pasado quince años desde a Josefina Pérez le detectaron un cáncer de mama, y apenas tres desde la última de «un montón de operaciones», como ella describe. El resultado fue la extirpación del pecho izquierdo y 27 ganglios de la axila ... . Conoció a Loygorri gracias a una amiga de su hija:. «Me decidí a hacerlo, hay quien se ha hecho flores, yo sentí la necesidad de recuperar la areola y mi pezón, y me sentí muy a gusto», comenta Josefina.
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Su sensación es la de haber colocado «la guinda del pastel». Explica que su forma de mirarse en el espejo ha cambiado. Ahora se ve «más puesta». Ha terminado un proceso largo, doloroso y sacrificado; pero si a día de hoy esta segoviana va a la playa o al gimnasio «no tengo reparo o ganas de taparme». Más que nada es el interior, el cómo lo lleva personalmente la mujer mastectomizada. «No pasa nada porque no lo tengas, pero a la gente de fuera le impacta, y el gesto de que puedas tenerlo de nuevo ha sido un volver a estar completa», expresa Josefina, de 60 años. El mejor consejo que se le ocurre para una mujer que se enfrente a la enfermedad es que pida acompañamiento psicológico. «Tiene que salir de ti, decir 'quiero que me ayuden'», afirma.
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