¿Por qué es necesario un nuevo vial de acceso al AVE?

Nada tiene que ver el actual camino con el desvío que subía la cuesta de la ermita de San Antonio de Juarrillos que se habilitó provisionalmente para llegar a Segovia-Guiomar hace 15 años. Varios años después, el problema permanece y, con él, el malestar entre los usuarios. Algunos de los motivos que explican esta situación son los cotidianos atascos en horas punta que se forman en la rotonda que conecta con el vial debido a la suma de los vehículos que vienen del alfoz, van hacia Madrid o proceden del polígono El Cerro; el mal estado de la calzada, la lejanía al centro de la ciudad o la inexistencia de otras alternativas.

«Solo tenemos un acceso a la estación Segovia-Guiomar, uno se puede imaginar lo que sucedería si fuera necesario cortar uno o los dos carriles por un accidente, inclemencias meteorológicas o simplemente el arreglo del firme», critica la portavoz de la plataforma de usuarios segovianos del tren de alta velocidad, Sylvia García. «Hay veces que puedes tardar 15 minutos como mínimo en salir de la estación por los atascos que se forman», explica, a la vez que insta al Ayuntamiento de Segovia a rendir cuentas sobre las inversiones realizadas desde la llegada del AVE para poner solución al problema.

Son muchas personas las que dicen «sufrir» esta situación. «Es un acceso que se ha quedado escaso, funciona como un embudo», advierte la viajera recurrente Elena Barquilla, quien hace unas semanas perdió su tren al retrasarse unos minutos su autobús. «La estación hay que estar en medio de la nada, para llegar hay que dar un gran rodeo; si vas justa y te encuentras con el mínimo imprevisto te quedas en tierra», se queja, lo que también percibe en los turistas que llegan desde Madrid. «Se tarda más en ir al centro de la ciudad que a Madrid», apunta.

En este contexto, aparece un nuevo temor: la apertura del edificio CIDE. «Habrá más tráfico en el tramo y van a coincidir las entradas y salidas», incide Barquilla, quien considera que empeorará la situación. Para sufragar las retenciones, se ha colocado señalización provisional para habilitar dos carriles de salida del vial. En esta misma línea se posiciona el ingeniero segoviano Juan Francisco García, quien emplea este medio de transporte para acudir al trabajo desde 2009. «Y más de trece años después seguimos igual», lamenta.

El desasosiego es compartido hasta el punto de que en los últimos años ha surgido una iniciativa ciudadana en un intento de buscar alternativas. Algunas de las opciones más populares son la creación de un nuevo acceso en la rotonda que conecta la SG-20 con la CL-601, que va a La Granja, que permitiría «desahogar» el tráfico procedente del alfoz segoviano. Aunque el Ayuntamiento de la capital se ha comprometido a redactar un proyecto para esta conexión, la titularidad es estatal, por lo que se barajan otras preferencias «más sencillas», determina la portavoz de los usuarios de AVE.

La plataforma prioriza la prolongación del vial hasta la rotonda del Pastor -llamada así por el monumento a la trashumancia-, en la que confluye la avenida Gerardo Diego. «Es lo que más favorecería a los viajeros, muchos podrían desplazarse andando, pero es necesario acometer expropiaciones«, reconoce Sylvia García. «Son aproximadamente 200 metros que nos ahorraría cinco minutos en la idea y vuelta, desatascaría la entrada a la estación y los autobuses tendrían más frecuencias», detalla Juan Francisco García.

Son conscientes de las dificultades que entraña esta propuesta. Especialmente cuando «no hay proyecto y, en consecuencia, no se puede hacer nada», critica la portavoz de la plataforma. Por ello, solicita el análisis y valoración de la propuesta. El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha anunciado recientemente que acometerá los próximos meses la construcción de dos carriles segregados para reducir la circulación en la glorieta de La Choricera: uno, en la calle Campos de Castilla para los que proceden de la estación; el otro, de acceso directo al centro comercial Luz de Castilla.

Pero los problemas citados no son los únicos. Con el paso del tiempo, el firme del vial ha sumado baches y grietas con motivo del paso de los años. En definitiva, un progresivo deterioro del asfalto que, además, no dispone de luminaria «eficiente», afirma Sylvia García. A ello se suma la falta de espacio para la llegada y recogida inmediata de pasajeros. «Hemos reiterado en varias ocasiones que se habilite un amplio espacio dirigido exclusivamente a ello», especifica Elena Barquilla. Esto se debe a que son multitud de vehículos los que se juntan, entre los que hay aparcados, autobuses y taxis que prestan servicio a los viajeros.

«Es una marabunta. Bajan 300 personas de un tren y eso son más de 150 coches», dice Juan Francisco García. Por ello, para evitar atascos, exigen un mayor control del tráfico para circular por la estación de manera más ordenada. Hacen hincapié en la necesidad de adaptar los aparcamientos a la creciente demanda a raíz de los descuentos. «Hace dos meses había 45 conductores en lista de espera para ser abonados y las tierras cada día se colapsan de vehículos estacionados; es un auténtico caos», remarca Sylvia García. La solución a estas peticiones también se ha puesto en marcha.

Las demandas de los usuarios son numerosas, pero concretas. Por este motivo van a exigir a las instituciones y partidos políticos que sus respuestas sean claras y concisas. «Vamos a tener muy en cuenta las propuestas de las formaciones electorales sobre este tema», añade la portavoz. Ante la pregunta de si la estación está capacitada para acoger una mayor demanda, que en la actualidad se aproxima a los 3.000 viajeros diarios, la respuesta de los usuarios segovianos es rotunda: sí, pero hay que aplicar las mejoras citadas.