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Una parada de Krystian Witkowski sobre la bocina evitó este sábado el descalabro total del Benidorm y negó la remontada de las remontadas al Nava, que perdía por cinco a siete minutos del final y rescató un punto gracias a su defensa, que se esmeró ... para no encajar en ese periodo. Fue un último minuto propio del mejor cine de Hitchcock: dio tiempo a un golazo de diablo de Smetanka y un mal ataque de los visitantes, que dieron seis segundos a los locales para que Patotski encontrara a Ahumada a la contra. Pero el chileno volador no puso la guinda y su equipo, que cae al séptimo puesto, pierde comba con puestos europeos, aunque aleja definitivamente a uno de tantos rivales por su objetivo más realista, acabar en el top-8.
Prokop empezó su antepenúltimo partido como jugador navero marcando los primeros dos goles de su equipo, recogiendo la película donde la dejó tras sumar nueve ante Puente Genil. Patotski no tardó en parar, pero el Nava estropeó su inicio cuando aceleraba las operaciones. Sus tentativas de contragol, lejos de igualar el tanto recibido, agravaban la factura porque el Benidorm replegaba y su portero Witkowski entraba en calor. Y lo que no era un gol de Moyano desembocaba en una contra visitante.
Nava
Luis de Vega, Andrés Moyano (2), Borja Méndez (3), Andrés Vila (1), Dani Pérez (1), Mario Nevado (1), Francisco Ahumada (6) Gonzalo Carró (2), Jakub Prokop (4), Roberto Pérez, Óscar Marugán (3), Dzimitry Patotski, Tomas Smetanka (4), Isaías Guardiola (1) y Gedeón Guardiola (2)
29
-
29
Benidorm
Samuel Ibáñez, Krystian Witkowski, Santiago Barceló (1), Pablo Vainstein (3), Daniil Zhukov (1), Lucas Moscariello (3), Tommaso De Angelis (4), Leo Alonso, Juan Carlos Sempere (1), Ramiro Martínez (4), Mirko Durovic (2), Nacho Valles (5) y David Roca (5).
Parciales: 2-2, 4-5, 6-9, 9-11, 12-15, 15-17 (descanso), 18-19, 21-23, 23-26, 24-28, 26-29 y 29-29
Árbitros: Oyarzun Aylagas y Zaragueta Ruiz. Señalaron una exclusión de los locales y tres a los visitantes.
Con Nacho Valles al frente, el Benidorm acredita solvencia en estático, no regala balones. Mientras, el Nava empezaba a atascarse, con pases forzados de Moyano o Prokop que desembocaban en pérdidas que no desaprovechaba a la carrera Ramiro Martínez, que se desquitaba del penalti parado por Patotski. Witkowski le tomaba la matrícula a Dani Pérez en el extremo izquierdo, pero no entendía todavía el lenguaje de Ahumada en el derecho, el gran sostenedor local, con esos saltos que le dejan a centímetros del portero antes de soltar el balón. Era la excepción a un ataque que no estaba enchufado, con detalles como el tiro a puerta vacía que erró Nevado tras uno de sus robos marca de la casa. El que salió entonado en su regreso a Nava de la Asunción fue Filip Vujovic, que marcó su primer penalti a Patotski –se conocen de lo lindo tras dos años entrenando juntos– y canjeó un ataque rápido para poner el 6-9 y forzar el tiempo muerto de Álvaro Senovilla.
Despertó parcialmente el Nava con un buen gol de Méndez al palo corto o un latigazo de Smetanka en apoyo que ponía el 10-11. Pero el ataque de Benidorm era un metrónomo y Nacho Valles firmaba un gol de genio tras un reverso de bailarín. Y Vujovic cazaba con maestría a una mano un proyectil al contragolpe para sumar su cuarto gol en un suspiro. Así las cosas, Roca ponía el +4 con un trallazo centrado sin casi armar el brazo y tensaba a cada lance su relación con Nevado.
El Nava bordeaba con el abismo, pero limitó daños. Primero, porque Vujovic la estrelló un penalti en el larguero ante Luis de Vega, el portero al que no conocía. Y porque sumaba al ralentí entre el contragol de Smetanka y las acciones en seis metros de Vila o Marugán, que marcó el gol desde el flanco izquierdo. Pudieron acercarse a la mínima expresión los naveros, pero Witkowski aceleró para cubrir la portería vacía y negó el tiro desde su campo desde Moyano. El Benidorm mandaba con justicia (15-17).
El Nava salió del vestuario con una defensa más peleona que complicó la circulación del cuadro alicantino. Prokop arrancó de nuevo con goles y encontró un gran socio en el pivote con Gonzalo Carró, que empataba a 19. Pero Nacho Valles templó los nervios con un par de pases que abrieron líneas en seis metros y un golazo por bajo junto al palo derecho, encontrando el hueco como un costurero. Así las cosas, De Angelis aprovecha la enésima asistencia de Valles –en esta ocasión mirando a la grada– y recuperaba el +3 ante un Nava que seguía atacando a fogonazos, con faltas en ataque y errores ante Witkowski, borrones que les impedían asaltar el trono del partido. Así las cosas, el guardameta negaba a Nevado y Ramiro Martínez volvía a colmar la paciencia de Senovilla (23-27).
El paso de los segundos reducía el margen de error de los naveros. Por eso se lamentaba Smetanka cuando la mandaba a las nubes. O Marugán, segundos después de que el eslovaco se redimiera con un gran robo, porque estrellaba el contragolpe a la madera. Dos fallos y un gol solvente de Valles, que tiraba de talla para zafarse de un titán defensivo como Gedeón Guardiola para poner la máxima renta (+5). Con el choque en el bolsillo, era el Benidorm el que pedía tiempo para disipar dudas. Lo hizo Samuel Ibañez, el portero que pasó sin pena ni gloria por Nava para después decidir un ascenso a Asobal a favor de Sinfín en el Pedro Delgado. En un día poderoso de Witkowski, aprovechó su acción de figurante y paró un penalti a Ahumada para que Valles fusilara después a la escuadra ante un Patotski boquiabierto.
Pero ese déficit de cinco goles no rindió al Nava, que apuró sus opciones con un golazo de Marugán por la escuadra, una contra de Ahumada a puerta vacía y un gol de bailarín d'e Smetanka en estático, aprovechando una pérdida de Valles, el recuerdo de su humanidad. El Benidorm lo vio hecho y bajó su intensidad defensiva, dejando un pasillo inaudito para que Nevado se estrenara al fin y pusiera el -1, forzando el tiempo muerto visitante para frenar una sangría de 4-0. Su siguiente ataque fue plomizo, Gedeón bloqueó el tiro de Barceló y dio a los suyos su primera bola para empatar, pero el ataque venció con Méndez y Smetanka cediéndose la patata para que el valiente Nevado probara suerte y encontrara la lona. Como en tantos partidos del Nava, pareció el final, pero no lo fue. Esta vez la hazaña se quedó en empate.
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