El Nava regresa al balonmano terrenal

Tras el partido en otra dimensión ante el Barça y su abultada derrota de rigor, el Viveros Herol Nava aterriza de vuelta a la realidad de la Asobal, una competición con 30 jornadas en las que, milagros a un lado, se pueden ganar 28 partidos. Con esa intención, la de sumar su cuarto triunfo del curso, visita mañana al Bada Huesca, un colista accidental, el análisis respetuoso en una liga sin víctimas propiciatorias. El duelo llega entre medias de las citas ante el campeón y subcampeón de liga del curso pasado, pues los segovianos reciben el próximo domingo al mediodía al Bidasoa, una circunstancia que, a juicio de su entrenador, Álvaro Senovilla, no eleva la importancia del compromiso. «Ya lo hemos dejado bien claro en las temporadas que llevo aquí. A nosotros no nos importa lo que viene por delante del siguiente partido. Vamos a Huesca con la intención de ganar». Porque a diferencia de lo ocurrido siete días atrás, es posible. Vuelta al balonmano terrenal.

Senovilla ha diseccionado la derrota ante el Barcelona y extrae un análisis más allá de caer ante un equipo que solo ha perdido un partido sobre la pista en una década de balonmano español. «Me quedo con que somos capaces de competir y de hacer un buen partido. Una vez analizado el partido, es verdad que la figura de Gonzalo [Pérez de Vargas, el portero culé que dominó el encuentro con un 41% de paradas] creo que nos lastra bastante». Y acciones bien trabajadas, como llevar al Barça al aviso de pasivo en su primer ataque estático, que un equipo superior resuelve con calidad, con un lanzamiento de Dika Mem. «Somos capaces de ponerles en problemas, de tener situaciones de lanzamiento claras. A pesar de su calidad, de ser prácticamente el mejor portero del mundo, se reivindica aquí tras esos últimos partidos que no estaba jugando con el Barça. Es su principal baluarte. Lo demás, es un buen partido por nuestra parte».

Una lectura con la que afrontar de forma optimista las siguientes fechas del calendario. El Nava ha conseguido tras tres salidas dos victorias, más que las cosechadas el curso pasado en toda la primera vuelta. El técnico no traza una continuidad, sino que habla de dos temporadas diferentes, y no ve una razón que explique el mejor rendimiento de sus pupilos. «La competición nos ha venido así. Creo que el año pasado hicimos buenos partidos fuera de casa, estuvimos a punto de ganar en León en la tercera jornada. Y hubo otros partidos que perdimos por uno o dos goles, por detalles al final». Ahora los detalles, como Aranda o Logroño, caen del lado de un equipo con un aroma más veterano.

Para Senovilla, el Huesca es un rival «al que no le hace justicia para nada la tabla», colista con dos puntos, fruto de una victoria y cinco derrotas, la mayoría, ajustadas. «Está haciendo muy buenos partidos. Fue capaz de ganar en León y de llevar a Torrelavega hasta el último momento. Contra Bidasoa también hace un buen partido. Y en el último partido Cangas tuvo un mérito tremendo y en los primeros 20 minutos prácticamente se ven desbordados». El calendario también explica que un equipo habituado a mitad de tabla se vea en el farolillo rojo: rivales duros y en auge, como los gallegos.

Senovilla destaca en los aragoneses a Frank Cordies en el lateral izquierdo, un gran lanzador, y a Miguel Malo en el central. Dos referentes secundados por Artur Parera en el pivote, Ignacio Suárez –otro central de garantías– o un finalizador solvente como Adriá Pérez en el extremo izquierdo. Un equipo que suma este año a Carlos Molina, el especialista defensivo que regresa a su casa, un ámbito por el que pasa la recuperación del equipo. Una armadura sólida atrás para cansar a los rivales y propiciar contragolpes. El Nava está avisado.

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