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Sasha Tioumentsev penetra entre la defensa del Recoletas Valladolid para realizar un lanzamiento en el partido de este sábado.

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Sasha Tioumentsev penetra entre la defensa del Recoletas Valladolid para realizar un lanzamiento en el partido de este sábado. Antonio Tanarro
Balonmano

El Nava encuentra a sus patrones

Los segovianos ganan el derbi gracias a un gran Luis de Vega en la portería y el talento de sus nuevos fichajes, en especial Tioumentsev

Sábado, 21 de septiembre 2024

El Viveros Herol Nava rompió este sábado en diez minutos un lustro de derbis igualados ante el Recoletas Valladolid. Un parcial de 8-3 que hacía añicos las tablas y marcaba la mayor diferencia en sus enfrentamientos en Asobal. El premio a su fórmula de intensidad y defensa, que da réditos en el último asalto, cuando la fatiga nubla las ideas. Así han llegado sus dos primeros puntos, tras caer seis días atrás en Pamplona.

Una actuación que consolida a Luis de Vega como un portero titular de garantías tras la lesión de Dzmitry Patotksi –registró un notable 34,1% de paradas–, y fraguada en el talento de los fichajes, que sumaron 16 goles –casi el triple que en el debut– y el liderazgo de Sasha Tioumentsev, el factor desequilibrante. Un derbi en fiestas patronales y un diluvio para meter a la gente al pabellón. Llovía de lo lindo en la calle y en las dos porterías, que encajaron goles rutinarios para empezar: ataques rápidos y contragoles.

Balonmano Nava

Luis de Vega (1), Borja Méndez (3), Isaías Guardiola (3), Dani Pérez (3), Lautaro Robledo (2), Mario Nevado (6), Pancho Ahumada (2), Gonzalo Carró (1), Tioumentsev (8), Adrián Nolasco (1), Óscar Marugán, Yeray Lamariano, Gedeón Guardiola, Luisfe (4), Nico Bonanno (1) y Pablo Herranz (1).

38

-

33

Recoletas Valladolid

Juan Manuel Bar (1), Gerard Forns, Oliveira (2), Martin Karapalevski (5), Mohamed Abdelazize (1), Álvaro Martínez Lobato (3), Miguel Martínez Lobato (4), Pedro Martínez, Dimitar Dimitrioski (3), Nico D'Anttino (4), Miguel Camino (4), Edu Calle (2), Pablo Herrero, Lucas Ferreira (1) y José Toledo (3).

  • Parciales: 4-3, 6-5, 8-7, 11-12, 15-15, 18-16 (descanso), 22-19, 24-22, 26-26, 30-30, 33-31 y 38-33.

  • Árbitros: Macías de Paz y Ruiz Vergara. Señalaron seis exclusiones a los locales y tres a los visitantes.

  • Incidencias Pabellón Guerrer@ Naver@s, lleno

Hechas las presentaciones, el Nava mandaba porque Luis de Vega fue el primer portero en tocar balón, porque su defensa era más intensa y porque tenía más brazos dispuestos a sumar en ataque. Bonanno se estrenaba en seis metros, el leonés paraba el primer penalti, Luisfe calentaba el brazo y Nolasco ponía el 8-5 con un golazo desde nueve metros, instantes después de intentar un tiro de cadera repelido por la defensa.

Era un guion perfecto para Álvaro Senovilla, el técnico pucelano que dirige a los segovianos, que pasó en menos de cuatro minutos de la satisfacción al enfado, lo que tardó el Valladolid en fabricar un parcial de 5-0 en una sucesión de ataques rápidos y pérdidas del Nava, que tiene una asignatura pendiente en la transición.

Sirve de excusa tener enfrente a Miguel Camino, el puñal que su míster, David Pisonero, pone en el avanzado de su defensa 5-1 para aprovechar la vulnerabilidad de los ataques cuando operan en inferioridad numérica. A eso hay que sumar su calidad en la definición, con una vaselina de primer orden que devolvía a los suyos a delantera. Y la solvencia de Juan Manuel Bar, que no solo para, sino que embolsa el balón y lo cuela en la desnuda meta contraria sin mover los pies del sitio.

Los naveros, más intensos, logran sus primeros puntos de esta liga ante un rival que no se rindió

Pero los locales, mejores hasta ese punto, recobraron el ánimo con acciones clave como el penalti de Oliveira, que estrelló primero el balón en la cruceta y luego el rechace en los pies de Luis de Vega. El leonés también pararía el siguiente penalti a Dimitriovski. Balas desaprovechadas por el Recoletas, que tuvo buscar en el fondo de su rotación al cuarto lanzador para estrenarse al fin desde los siete metros. Fue Nico D'Antino, un ex de los segovianos el que marcó ante una sonora pitada. Un habitual en la pista navera cuando tiene la tarde libre y alguien querido en el pueblo, pero un derbi olvida el cariño.

En esas, fue Sasha Tioumentsev el que devolvió a los suyos al timón con un sublime tramo final de la primera parte. La lección empezó con un lanzamiento en apoyo y continuó con una asistencia al extremo derecho para que Lautaro Robledo marcara su primer gol con el Nava en partido oficial. El central colocaba a los laterales y aprovechaba la superioridad de sus compañeros para trazar goles con su brazo. Y cuando la defensa le encimaba a él tras haber anotado dos goles seguidos, se llevaba camisetas azules y generaba una autopista para Luisfe, otro que estuvo de dulce.

Los visitantes se mantuvieron a tiro con dos goles de Dimitrioski desde el extremo izquierdo

Un despliegue ofensivo sustentado por su defensa: menos huecos y más precipitación para el Valladolid, que perdía el balón tras el tiempo muerto y brindaba un último ataque a los locales antes del descanso. Una secuencia en la que el cuadro de Senovilla aunó sus virtudes: prolongación de Nevado, que se llevó a la defensa para abrir camino al gol de Luisfe antes de que Luis de Vega parase el tiro desesperado de los pucelanos sobre la bocina.

Un resultado (18-16) que premiaba a un Nava superior que ampliaría su renta a los cuatro nada más reanudarse el encuentro tras ajusticiar Isaías Guardiola en seis metros, más solo que un náufrago porque la defensa se fue con Borja Méndez. Mientras, Karapalevski se quedaba sin tiempo ante las dos torres gemelas de la defensa navera, la pareja que forma con su gemelo Gedeón.

Solidez en la recta final

Pero el Recoletas no iba a rendirse. Los visitantes se mantuvieron a tiro con dos goles de resumen de Dimitrioski desde el extremo izquierdo –el segundo, una vaselina al palo largo– ante un rival que seguía sumando en estático, ya fuera con un Dani Pérez infalible desde siete metros o con tiros lejanos en apoyo como los de Nevado. La reacción visitante llegaría tras un tiempo muerto que enjugó en un suspiro un déficit de tres goles gracias a dos definiciones de categoría de José Toledo y a un contragolpe de Miguel Camino (26-26).

Unas tablas que se mantuvieron hasta los diez minutos finales entre los penaltis que seguía marcando D'Antino –el segundo, ante Yeray Lamariano, su única intervención del partido– y el despliegue de virtudes de Sasha, que tiraba de brazo, penetraba o frenaba para congelar al defensa y luego reanudar liberado su trayectoria hacia la portería. El ruso estuvo ahí en los momentos claves para que el Nava olvidara de nuevo el parcial negativo y confiara en su engranaje, que agotó al rival.

Luis de Vega paraba, Ahumada ampliaba la ventaja con una rosca invertida, Nevado fusilaba en apoyo y Carró premiaba en seis metros la pizarra de Senovilla. Con tres abajo a cinco minutos del final, el Valladolid no encontró grietas y Nevado sentenció con un latigazo centrado en pasivo y con una muralla ante sí. Y el pueblo, feliz y con el cielo despejado, siguió sus fiestas.

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