El Nava dejó escapar uno de esos partidos que marcan la diferencia entre el aprobado y el sobresaliente. Los segovianos pierden comba con los aspirantes a puestos europeos tras caer ante el Rebi Cuenca, que no conocía la victoria a domicilio y recuperó un partido ... que perdió de cinco en la primera parte y de cuatro en la segunda gracias a su contundencia defensiva y a una gran actuación de Pedro Tonicher, con un 37% de paradas. El pabellón de las grandes ocasiones vivió una de sus noches más anticlimáticas. El bombo dio paso a las pitadas, con algún que otro encontronazo tras el final, la banda sonora de la derrota. El partido más tardío del año, iniciado a las 21:30, terminó con los segovianos en la cama antes de tiempo.
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El partido comenzó con dos errores –la pérdida de Nevado en un pase hacia atrás y la definición a las nubes de Fede Pizarro– antes de que el madrileño del Nava celebrara su convocatoria en la preselección española para el Mundial estrenando el marcador. Así empezó un reparto generoso en la anotación, con el extremo izquierdo Sergio López anotando los tres primeros del Cuenca. Por un lado, los dos equipos buscaban secuencias rápidas. Y cuando tocaba jugar en estático, Gonzalo Carró emprendió una batalla sin cuartel en el pivote y forzó dos penaltis para que Dani Pérez abriera boca, tumbando a Pedro Tonicher antes de embocar el primero por el centro y encontrando la escuadra derecha en el segundo.
Viveros Herol Nava
Yeray Lamariano, Luis de Vega, Borja Méndez (1), Isaías Guardiola (4), Dani Pérez (3), Lautaro Robledo (4), Mario Nevado (7), Pancho Ahumada (3), Gonzalo Carró (1), Sasha Tiumentsev (1), Adrián Nolasco, Óscar Marugán (2), Gedeón Guardiola, Nicolás Bonanno, Luisfe (2) y Pablo Herranz.
28
-
32
Rebi Cuenca
Daniel Neves (2), Nacho Pizarro (2), Álvaro Martín, Alex Pozzer, Jorge Ureña, Héctor Chicano, Sergio López (5), Federico Pizarro (4), Joao Perbelini (3), Santiago Barceló (2), Tchitombi (4), Rudolph Hackbarth (8), Guilherme Tavares (1), Pedro Tonicher (1) y David Mach.
Parciales: 3-3, 9-5, 11-7, 11-9, 12-12, 15-12 (descanso), 17-16, 18-19, 20-22, 21-27, 26-31 y 28-32.
Árbitros: Jorge y Jesús Escudero Santiuste. Señalaron dos exclusiones a los locales y cinco a los visitantes.
Incidencias: Guerrer@s Naver@s. Lleno.
Con esa cadencia ofensiva, en cuanto apareció la defensa del Nava, llegó el parcial. Ayudaron un golazo de Nevado –se levantó desde nueve metros y la cruzó– y dos contras de Robledo; la segunda, cazando un pase de quarterback de fútbol americano de Luis de Vega, que no perdió ni un instante tras parar el tiro de Fede Pizarro. Cuatro goles seguidos que obligaron al técnico del Cuenca, Lidio Jiménez, a parar el partido, pero el parcial llegaría al 5-0 tras un pase de mucho nivel de Isaías, que ya había desempolvado el fusil, a Carró. En apenas diez minutos, los locales ganaban por 10-5 y sus rivales se enredaban en errores: la falta en ataque de Tchitombi o la pérdida de López por aprovechar el exterior del campo para coger carrerilla.
Pero los partidos del Nava rara vez tienen un desenlace lineal. El Cuenca se levantó de la lona precisamente en una inferioridad, la de Perbelin: un robo y contra fácil de López más un tiro precipitado de Isaías. La defensa seguía ayudando a Luis de Vega, forzando pasivos, escorando a Rudolph Hackbarth en el extremo derecho para que su tiro fuera demasiado escorado. Pero el ataque se apagó: tras empezar a ritmo de gol por minuto, apenas marcó dos en cuarto de hora. Así que no hicieron falta milagros para que los manchegos se reenganchasen. La circulación mejoró con Tchitombi, que encontró a Hackbarth en una colgada de resumen. Así las cosas, pese a que el portero leonés sacó un tiro a López en seis metros con su equipo en inferioridad, plantando la mano derecha abajo, su víctima se rehizo con un robo para anotar a portería vacía. Como haría Tonicher desde su arco tras el tiempo muerto de Álvaro Senovilla. Parcial de 7-2 para el 12-12. Partido nuevo.
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Con todo, la sequía no deprimió al Nava, que recuperó la iniciativa con un golazo de Luisfe desde el lateral contrario, segundos después de dejarse el tipo para intentar en vano que una parada de su meta se marchara por la banda. Pérez sumó otro penalti, esta vez ante el otro portero, David Mach. Las prisas de los últimos segundos del primer tiempo dieron para un golazo de Ahumada, exhibiendo zurda mágica, y una parara de Luis de Vega sobre la bocina para dejar al descanso un marcador más fiel a lo ocurrido sobre la pista: 15-12.
La vuelta de vestuarios marcó otro giro de guion. Nevado sumaría dos goles de mérito, continuando pese al contacto, pero el ataque seguía a chispazos, entre las dudas de Méndez o la falta de Carró en el bloqueo. El Cuenca convirtió los éxitos defensivos en ataques rápidos de los dos Pizarro. Y del +4 local al empate tras un golazo de Tchitombi, que se negó a aceptar la falta y soltó el brazo. Lo paró Senovilla, pero no impidió que Hackbarth pusiera por segunda vez a los visitantes por delante (18-19) mientras su defensa se agigantaba y celebraba cualquier acción positiva como un gol. Tonicher paraba con la entrepierna y Fede Pizarro ganaba la espalda a la defensa.
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Era el momento de los manchegos, con Hackbarth marcándolo todo. Luisfe generó el golazo de la noche para los locales encontrando a Ahumada en una colgada muy escorada, pero eran las ascuas de un ataque que ya no calentaba. Porque Tonicher paraba en seis metros a todos los pivotes, Santiago Barceló resolvía con demasiada libertad un ataque plomizo y el 5:1 de su defensa aprovechaba las prisas naveras, cada vez más evidentes, para la contra tonta, la del métela tú entre Nacho Pizarro y Tchitombi, que puso el 20-24. Todo invitaba al tiempo muerto final de Senovilla, pero lo pidió Jiménez para dar la puntilla.
El parcial creció hasta el 3-11 y el momento anímico ya no tenía vuelta atrás. Ahumada se llevaba por delante al defensor y después golpeaba al portero en la cara cuando no se venció. Mientras, la defensa daba a Neves todas las facilidades para ajusticiar a nueve metros. El Nava acostumbra a remontadas, pero un +6 a falta de diez minutos era mucha tela. Salió Yeray mientras Nevado sostenía el intercambio de goles y hacía de avanzado en el 5:1 defensivo. Pero ni llegaron los robos ni titubeó el Cuenca.
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Luis Javier González
Senovilla gastó el tiempo muerto a cinco minutos del final, aún con -5, pero la cosa se reanudó con un tiro en apoyo de Nevado que negó Tonicher con la pierna izquierda. Así premió el trabajo de su defensa, que no ahorró faltas, pero rentabilizó el contacto, las cinco exclusiones: cuanto más pegas, menos te pitan. Y los pitidos que oyeron, los de una afición dolida, les supieron a gloria.
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