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Decenas de vecinos de Carbonero bailan a la salida de la Virgen del Bustar. Antonio Tanarro

Multitudinario regreso de la Virgen del Bustar

CARBONERO EL MAYOR ·

El fervor caldea el reencuentro de los fieles en la tradicional romería que llevaba dos ediciones sin celebrarse

Ricardo Domingo

Carbonero el Mayor

Domingo, 5 de junio 2022, 11:30

Tres años de espera. Desde el 8 de junio 2019 no tenía lugar la romería de la Virgen del Bustar. Muchas cosas han cambiado desde aquella fecha. La covid impidió a los carbonerenses celebrar su segundo día más importante del año en dos ocasiones. Por ... todo ello, por el de dónde se viene, el ambiente que se respiraba ayer en el municipio era efusivo y nostálgico al mismo tiempo. Efusivo por el reencuentro con la patrona; nostálgico por tener la mirada aún puesta en el pasado cercano.

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El tiempo respetó con un día ideal para estar en la calle. Calor, pero no sofocante. Muchos vecinos miraban al cielo y achacaban esto a la virgen, se lo agradecían. Como marca la tradición, la festividad comenzó a las 12:30, en el santuario de la Virgen del Bustar —ermita a tres kilómetros del pueblo—, donde se celebró la misa. El protagonismo recaía en la virgen, que lo compartía con los mayordomos, comisarios y priostes.

Posteriormente, los vecinos se aglomeraron en la verde pradera de la ermita barroca, a la ribera del Pirón. Allí comieron y solazaron —otros en cambio prefirieron acercarse al pueblo—. En los alrededores de la ermita tuvo lugar una tarde de charlas y familiaridad. En una retrospectiva clara, se dibujaba en las facciones de los carbonerenses un halo de ilusión por poder volver a acudir a una tradición que esconde a su vez una idiosincrasia popular; un legado de padres a hijos, de abuelos a nietos. Algo tan particular y que es a la vez tan global. La tradición y el culto como excusa para reunirse.

A las 18:30 horas tuvo lugar el rosario y su consiguiente procesión en honor a la Virgen del Bustar. La alcaldesa, María Ángeles García, presume orgullosa y agradece a los mayordomos, comisarios y priostes: «Es gracias a ellos, sobre todo a los mayordomos. Son los artífices de que podamos celebrar esta romería tan deseada y esperada por todo el pueblo después de dos años sin juntarnos». La procesión comenzó, las dulzainas empezaron a emitir su segoviano sonido y los carbonerenses comenzaron a bailar las jotas bajo la atenta mirada de la talla de la virgen. No era todo. A los bailes los acompañaron los ya típicos castillos humanos honrando a la patrona, «abundantes después de este parón».

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No solo vecinos del pueblo se acercaron al evento en la ermita. Gentes de las comarcas de alrededor se acercaron para admirar y disfrutar una festividad clave en el ADN segoviano. Un sábado para enmarcar y que pasará a los anales de la historia carbonerense por su particular significado, por ser sinónimo de resurgir. Y ahora, la mirada puesta en septiembre, donde la patrona volverá a salir en procesión.

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