Moraleja de Coca, de tan solo 90 habitantes, celebra su primer encierro

Moraleja de Coca tan solo tiene 94 censados, según los últimos datos de población actualizados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Contra todo pronóstico, el evento ha tenido tanta repercusión como un pueblo de cientos habitantes. La idea nació a raíz de que un pequeño grupo de vecinos pusieran sobre la mesa la posibilidad de que la localidad tuviera actividades taurinas para compartir afición.

«Se pensó en un encierro campero, dado que la dificultad de su organización era menor y no se requería infraestructuras de las que un pueblo tan pequeño carecía«, explica el portavoz de la entidad impulsora de la iniciativa, Álvaro Sáez. La lista de obstáculos era infinita. No había financiación suficiente y tampoco se conocía el procedimiento para llevar a cabo este proyecto. Sin embargo, tras semanas de quebraderos de cabeza, »se pusieron en marcha los trámites de los permisos« y se recaudaron los fondos necesarios. Todo ello a través de la colaboración de cerca de 40 empresas y la puesta en marcha de rifas y sorteos.

Los moralejanos no podían creer que fuesen a cumplir uno de los sueños por el que tanto tiempo habían luchado. De hecho, el encierro, que tuvo lugar este domingo, sobrepasó cualquier expectativa inicial. La participación se estimó en 150 caballistas y 530 personas adquirieron un boleto para el almuerzo posterior. Incluso «tuvimos que cerrar la venta antes de lo previsto ante la gran acogida», declara Sáez.

La jornada, con dos reses utreras como protagonistas, se desarrolló con normalidad. Afortunadamente, no hubo que lamentar «altercados ni percances». Los jinetes acudieron puntuales al paraje 'El Pozuelo' y, junto a los corredores y espectadores en coches, formaron una marea de lanzas y capotes en el prado. La iniciativa atrajo a personas de todas las edades, desde niños pequeños hasta los más mayores.