La montera de las fiestas cambia de manos en Cuéllar

A continuación llegó el momento de despedir a la corregidora de 2022, Marta Gozalo, que ascendió al escenario junto a la concejala Raquel Gilsanz. Ella fue la encargada de imponer la banda a su sucesora en el cargo, Lucía Polo, que llegó acompañada del alcalde. En el momento de tomar el relevo, además de la banda, se entrega la tradicional montera que lucirá el 26 de agosto en la apertura oficial de las fiestas. Tras tomar el testigo, Lucía fue la encargada de nombrar a sus damas, sus amigas Sandra González Quintanilla y Marta Pascual Ferreiro. Además, como es tradicional, dirigió unas palabras a los asistentes, a los que agradeció su compañía «en una noche tan especial para nosotras».

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Además de tener momentos emocionantes, la noche estuvo llena de jotas, llegadas de la mano del grupo de danzas Villa de Cuéllar, el grupo Virgen de los Aguadores, de Valladolid y el grupo de coros y danzas Virgen de Atocha, de la peña huertana El Membrillo, de Murcia.

Los anfitriones fueron los que abrieron la velada y lo hicieron de una forma muy especial, con la representación de una boda castellana a ritmo de jota y sus particularidades. Basado en piezas tradicionales, celebraron una boda castellana entre los siglos XVII y XVIII. Lo hicieron con el Ramilletillo, un baile de cortejo, para seguir con el canto de honor, la ronda de Arroyo de Cuéllar, dedicada a San Antonio de Padua y hecha jota por el grupo de danzas Villa de Cuéllar, y un baile corrido o de rueda para finalizar, tal y como se hacía en las ceremonias o bodas, una danza a la que se sumaban invitados, novios y familiares.

Seguidamente fue el turno de la agrupación tradicional Virgen de los Aguadores. Durante su actuación presentaron piezas como un canto de vendimia de los Montes Torozos, un baile antiguo, la jota del tío Vicente, la ronda La Mulilla, El Mirrio, danza de Tordehumos y Villabrágima, o la jota de Aldemayor de San Martín y las rogativas a la Virgen del Compasco. También sobre el escenario estuvo el grupo Virgen de Atocha, con coro, rondalla y cuerpo de baile, quienes mostraron su vestuario, muy diferente al castellano, con ejemplos de traje de labor, de rodeo o de lujo, y presentaron distintas piezas como las seguidillas de Henares, la malagueña de Alhama, la parranda jota de Mulas o la malagueña del tío Antonio de la Luz.

El punto y final, como es habitual, lo puso el grupo anfitrión. Los cuellaranos subieron de nuevo al escenario con las jotas de alforjas y labradores de Palencia, la jota antigua de Agapito Marazuela, y, como es habitual en esta cita, el punto y final se puso con tres clásicos, las coplas de la Tía Polvorera, Los Novillos, y las seguidillas cuellaranas A por ellos.