La modificación del proyecto tiene parado el inicio de la rehabilitación del teatro Cervantes

El acuerdo del Ministerio con el Obispado por el que han negociado el uso de instalaciones del Seminario para poder acometer la rehabilitación del Cervantes supone «una modificación del proyecto» inicial que tiene que ejecutar la Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por las compañías valencianas Torrescamara y EMR, cuya oferta fue la que se llevó el gato al agua en el proceso de adjudicación.

La concejala de Urbanismo y Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de la capital, Clara Martín, ha conocido este viernes la situación, aunque los representantes ministeriales le han trasladado que van a hacer lo posible par aligerar el procedimiento que se plantea por delante para que los trabajos puedan iniciarse «lo antes posible».

La definición de un plazo se antoja complicado porque entra en juego la maquinaria burocrática. «El modificado del proyecto por parte de la dirección facultativa está redactado y entregado desde este miércoles», asegura la concejala a partir de la última conversación con el Ministerio. Por lo tanto, la tramitación administrativa está en marcha, «se van dando los pasos para recabar los informes necesarios», como son los de Intervención del propio departamento ministerial y de la Abogacía del Estado, explica Clara Martín.

La modificación va a traer consigo un encarecimiento del proyecto, aunque la edil no adivina a concretar ese cobrecoste a añadir a los 7,4 millones de euros que consta en la formalización del contrato. En cualquier caso, la concejala asevera que es el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana el que va a asumir ese gasto extra, tal y como le han transmitido en la última conversación.

Con respecto al motivo que ha llevado a tener que efectuar un modificado del proyecto de rehabilitación del Cervantes, Clara Martín señala que en el acuerdo con el Obispado se incluye la creación de una especie de rampa en el lateral del muro del Seminario cercano al teatro. Ese hueco es para facilitar el paso de camiones y material cuando se estén desarrollando las obras y no interferir en el resto de trabajos.

«Hasta que no esté restaurado no se dará por recepcionada la obra», añade la concejala de Urbanismo y Patrimonio Histórico. Por lo que el Obispado se asegura que el lateral del muro del Seminario en el que se haría ese vano quede como estaba antes de los trabajos.

Asimismo, Martín asevera que «no corre» el plazo de ejecución de la obra prevista para devolver al Cervantes su esplendor, tras cerca de 38 años cerrado al público y que en este tiempo se ha visto invadido por el abandono y la ruina después de que en 2007 se paralizaran las obras para recuperar el inmueble.