La 'moda' de las viviendas turísticas permite a Segovia superar ya las 6.000 plazas

El sector turístico se ha tenido que adaptar a nuevas costumbres compartidas por los clientes. Las escapadas son más frecuentes y las reservas de última hora proliferan, incluso cuando el ahorro de los hogares ha mermado por la inflación, lo que lleva a buscar destinos y hospedajes más económicos. Los alojamientos con mayor grado de ocupación en el territorio provincial son los hoteles, que se concentran en la ciudad de Segovia, uno de los lugares más preciados por los visitantes nacionales e internacionales. Sin embargo, desde hace apenas tres años se han sucedido las reservas en una nueva modalidad de alojamiento, cuya expansión viene motivada a su vez por la rentabilidad que persiguen los propietarios: las viviendas de uso turístico.

Este tipo de hospedaje logró superar en vacantes disponibles a los hoteles durante el invierno, un hito nunca visto en los estudios y balances que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE). Una medición experimental estima el número de viviendas turísticas que hay en Segovia, así como su capacidad, y está dirigida a analizar el crecimiento de la oferta y demanda en los últimos tiempos. «Muchas ciudades y barrios están cambiando su idiosincrasia debido al aumento de alojamientos de este tipo», concluye el organismo público. Esta tendencia ya ha dejado sus primeras huellas en el conjunto provincial.

Esta modalidad turística ya supone el 0,7% de los hogares censados existentes en Segovia, según se extrae de la actualización de datos más reciente, que tuvo lugar en febrero. La presencia de viviendas turísticas en relación a las totales registradas en el catastro se ha incrementado un 27% en comparación con el mismo periodo de 2021. Al contrario que otros puntos del país, la evolución de la provincia segoviana ha sido siempre positiva, hasta el punto de escalar varias posiciones en unos meses y entrar en el 'top 25' de territorios en los que este tipo de alojamientos cada vez están detrás de mayores cifras de negocio.

La relación de viviendas turísticas respecto a viviendas totales en Segovia es la segunda más alta en al región, ya que tan solo se encuentra a una centésima de distancia de Ávila, que lidera la clasificación. El porcentaje anotado en la provincia está muy cerca del registrado por Sevilla, Murcia y Lugo. No obstante, los cambios acaecidos en el mapa segoviano en tres años arrojan un escenario más parecido al de Cádiz, Almería y Granada. Pero se queda muy lejos de los resultados apuntados por Las Palmas, donde el 4,55% de los inmuebles residenciales censados son para uso vacacional.

No es lo mismo un apartamento turístico que una vivienda de uso turístico. Mientras que el primero experimenta una notable caída en el número de plazas, habitaciones y negocios -las camas disponibles se desplomaron de 1.300 a 940 en tan solo dos años-, en la segunda modalidad estos parámetros se han disparado. Los visitantes que llegan a Segovia pueden elegir hasta 2.000 plazas más alojamientos de alquiler temporal que en 2022.

Pese a contar con una denominación similar, estos alojamientos son diferentes. Una vivienda vacacional es una propiedad que un particular alquila a turistas para estancias cortas o de manera ocasional -puede ser tan solo para algunas temporadas- y está registrada como unidad residencial, por lo que se camufla en entornos más domésticos. Por otro lado, los apartamentos se inscriben jurídicamente en la misma categoría que otras empresas, lo que también llevan a cabo los hoteles, y deben cumplir requisitos más exigentes, como es disponer de recepción o tener una superficie mínima de las estancias.

Las viviendas turísticas se han convertido en una inversión con alto grado de rentabilidad para los titulares en relación al alquiler habitual, de ahí que muchos propietarios hayan apostado por la reconversión de los pisos y esta modalidad de alojamiento haya proliferado, hasta el punto de que ya ocupan un importante lugar en los portales especializados para reservas. En un vistazo rápido se pueden encontrar decenas de ejemplos, y en la mayoría de los casos el precio que una persona debe pagar por una noche de fin de semana en una habitación de hotel o en una casa vacacional no experimenta grandes diferencias. En ambos casos ronda los 150 euros, según los registros de las páginas web más populares.

Ya hay más de 833 inmuebles que figuran en los registros de vivienda turística repartidos por toda la provincia, con destacada presencia en el medio rural. Cada una de ellos tiene capacidad para albergar un promedio de siete personas. El recuento general cayó a las 650 unidades en febrero de 2022 después de sufrir los baches motivados por la pandemia, pero las cifras se han podido recuperar con creces, hasta el punto de igualar en la actualidad y en términos absolutos a Burgos (con 843). E incluso superar a Valladolid (611) o Zamora (489). Todavía no se alcanzan los niveles de Ávila, Salamanca o León, donde se sobrepasa el millar.

La mayor competencia en el sector no ha impedido a los hoteles batir su segundo récord histórico el pasado mes de junio. El INE estima que Segovia cuenta con 6.233 plazas hoteleras y se queda a tan solo 13 de apuntar la mejor marca y, en consecuencia, tomar el relevo de julio de 2019. No corre la misma suerte el número de establecimientos abiertos, pues el sumatorio actual, que arroja 120 negocios, se queda lejos de los más de 140 que había en 2010.

Por su parte, el turismo rural ha firmado su estabilidad estos meses, pero no ha sido capaz de regresar a la disponibilidad ni la ocupación que tenía en la prepandemia. Es un hecho que coincide con la proliferación de viviendas vacacionales, así como con el desplome de los apartamentos turísticos existentes a finales del pasado año. Estos alojamientos no han podido amortiguar el cambio de preferencias de los visitantes con resultados más favorables y la estimación sitúa los locales abiertos en mínimos históricos.

La temporada alta tanto de las casas rurales segovianas como de los apartamentos coincide con el otoño y la primavera. También dependen de los fines de semana -sobre todo los establecimientos instalados en pueblos- y de las jornadas festivas, por lo que su pico de reservas suele encajar con la Semana Santa y el periodo navideño. Si bien es cierto que no hay datos de las reservas en viviendas turísticas, la evolución de las plazas de las que informa el INE indica que esta modalidad vacacional se convierte en competencia directa de los citados alojamientos. En muchas ocasiones, se trata de antiguas casas de pueblo reformadas y reacondicionadas específicamente para acoger visitantes, según se puede comprobar en los diferentes portales.

Cada vez es más fácil encontrar habitaciones disponibles en las casas rurales, donde el grado de ocupación máximo ronda el 25% en meses con puentes y festivos, como ocurrió en diciembre de 2023. La reducción de la oferta de apartamentos, por su clausura o reconversión en vivienda de alquiler temporal, permite equilibrar la demanda y llenar los alojamientos por encima del 40% de forma general. Aun así, el mejor balance lo celebran los hoteles, donde lo habitual es superar el 50% de ocupación, salvo en los meses de más crudo invierno.