Más de la mitad de las oficinas bancarias han cerrado en los últimos catorce años, muestra de la concentración bancaria tras la crisis de 2008 que ha reducido el número de entidades y ha dificultado el acceso a los servicios a un buen número de ... habitantes. En diciembre de aquel año había 208 terminales en la provincia de Segovia, el máximo histórico de una serie que el Banco de España inauguró en 1974 con 74. Actualmente, la provincia cuenta con 97, lo que supone que el 53,3% de las oficinas existentes entonces ha bajado la persiana.
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El mapa actual de prestaciones financieras en la provincia está en números de hace medio siglo. La cifra de oficinas baja de las cien por primera vez desde septiembre de 1977. El entramado de sucursales cayó a 150 en septiembre de 2014 y su descenso se ha agudizado a raíz de la pandemia del coronavirus y la operación de La Caixa y Bankia apara alumbrar CaixaBank. En marzo de 2020, cuando se activó la alerta sanitaria por la covid, había 122 sucursales. En dos años ha cerrado el 21%.
La capital está abastecida, con 25 oficinas de once entidades diferentes: Deutsche Bank, Santander (4), Sabadell, Renta4, Bankinter, BBVA (4), Ibercaja, CaixaBank (8), Unicaja, Cajamar y Caja Rural (2). Estas son las entidades presentes en la provincia. Cuellar dispone de seis; El Espinar y Cantalejo tienen cuatro, y Nava de la Asunción y Carbonero el Mayor cuentan con tres. El resto de pueblos con disponibilidad bancaria no supera las dos terminales operativas.
97oficinas bancarias permanecen operativas en la provincia de Segovia
38municipios de la provincia de Segovia mantiene una o más sucursales
El mapa de municipios con oficina mengua. Actualmente son 38, los anteriormente mencionados a los que hay que añadir Sangarcía, Abades, Aguilafuente, Ayllón, Bernardos, Boceguillas, Cabezuela, Campo de San Pedro, Coca, Chañe, Fuentepelayo, Hontalbilla, La Lastrilla, Mozoncillo, Navalmanzano, Olombrada, Otero de Herreros, Prádena, Riaza, Sacramenia, Sanchonuño, Real Sitio de San Ildefonso, San Pedro de Gaíllos, Santa María la Real de Nieva, Santiuste de San Juan Bautista, Sepúlveda, Turégano, Valverde del Majano, Villacastín, San Cristóbal de Segovia, Escalona del Prado y Navas de Oro.
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No hay que irse muy atrás para escribir esta necrológica bancaria. Desde 2015, el Santander ha cerrado oficinas en Ayllón, Navalmanzano, Riaza, Real Sitio de San Ildefonso, Villacastín o tres en la capital segoviana. Esta entidad compró el Banco Popular, que hasta ese año tenía centrales en Cantalejo, Carbonero el Mayor, Cuéllar, Nava de la Asunción, Prádena, Turégano, Villacastín y un par en Segovia. Por su parte, el BBVA ha cerrado desde entonces sus sucursales en Carbonero el Mayor, Bernardos, El Espinar, una en Segovia, Sepúlveda y Vallelado, uno de los muchos pueblos que se ha quedado sin banco.
francisco gutiérrez
Alcalde de Navares de Enmedio
No es el único. Gomezserracín contaba entonces con una oficina de Bankia que echó el cierre. Lo mismo ocurrió con Martín Muñoz de las Posadas. Zarzuela del Pinar y Montejo de Arévalo dependían de una sola sucursal, en ambos casos propiedad de Caja Rural, que también se clausuró.
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La lucha contra la despoblación requiere de servicios. Así, ahora a los vecinos de Zarzuela del Pinar les toca desplazarse, por ejemplo, a Fuentepelayo, a cinco kilómetros. Los de Montejo de Arévalo tienen dos opciones a una distancia parecida, ya que pueden optar en hacer sus operaciones en otra provincia al verse obligados a trasladarse a Arévalo, o quedarse en territorio segoviano pero yendo a Santiuste de San Juan Bautista.
Los de Gomezserracín tienen la oficina más cercana en Sanchonuño, a seis kilómetros. Y estos son los municipios que han tenido banco hasta tiempos recientes. Adentrarse en las carreteras provinciales y citar el concepto banco es abrir un libro de historia antigua.
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La localidad de Martín Muñoz de las Posadas solo tiene cajero. «Son todo incomodidades», subraya su alcalde, José Antonio García. La unidad móvil de CaixaBank visita el pueblo una vez a la semana: dos horas los jueves. El Ayuntamiento ha habilitado una sala municipal para evitar las colas en los duros días de invierno, pues en el autobús solo entra la persona que está siendo atendida. «Si encima son mayores, no voy a tenerles pasando frío».
El regidor echa en falta «la atención personal» y pide no fiarlo todo a la tecnología. «Los jóvenes se manejan, pero la gente mayor no». Y reivindica la necesidad de servicios para fijar población. «Un día toca el cajero, otro día un oficio, al siguiente la farmacia… Si nos quedamos sin servicios nos estamos cerrando las puertas a existir», concluye José Antonio García.
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Este alcalde se siente atado de manos. «Son números fríos. Aquí tenían un montón de clientes y gente que venía de los pueblos de alrededor. Aunque los números den para estar abierto, te dicen que en equis kilómetros solo puede haber una oficina. Y han dejado la de Santa María la Real de Nieva», expone. Allí van los vecinos, un desplazamiento de cuarto de hora. Como Arévalo, la opción más elegida porque aprovechan para matar varios pájaros de un tiro. «El que tiene coche no se lo piensa, sabe que puede ir cuando quiera; pero a la gente mayor no le queda otra que ir en el autobús. Esperan, hacen sus previsiones y se organizan, como han hecho toda la vida. Tenemos mucho que aprender de ellos», subraya el alcalde de Martín Muñoz de las Posadas.
josé antonio garcía
Alcalde de Martín Muñoz de las Posadas
Cuando el alcalde de Navares de Enmedio, Francisco Gutiérrez, descuelga el teléfono está yendo a una de sus visitas al banco, a Boceguillas, a unos diez kilómetros. La otra opción, Sepúlveda, está algo más lejos, a unos quince. «Voy a sacar dinero, nada más. Las demás gestiones las hago por Internet. El problema es la gente mayor», apostilla. «El autobús va dos veces al mes, pero no sé si se apañan o no», duda el regidor.
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Su municipio, con 94 habitantes censados, lamenta la falta de servicios. «Esto es lo de siempre, los de los pueblos estamos abandonados, se olvidan de la población rural. Por lo visto, los poderes que mandan no quieren la España vaciada, pero hay otros poderes ocultos que la quieren vaciar», afirma Gutiérrez.
El regidor de Navares de Enmedio critica a los bancos por «reducir gente» y «cobrar por todo». El pueblo no ha tenido sucursal, pero contaba con un banquero que acudía una vez a la semana a un local municipal y «solucionaba los problemas». La carencia se agrava en Navares de las Cuevas o Navares de Ayuso. «Esos lo tienen peor porque no va ni el autobús», lamenta Gutiérrez, quien dice que acude unas dos veces al mes al banco. «La gente no se suele quedar sin efectivo, lo que pasa es que en los pueblos nos conocemos todos, se lo dejas a deber y ya está», revela.
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