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El barrio de San Millán no se define a sí mismo fácilmente. Se identifica como una zona de la ciudad residencial con algunos enclaves históricos, diversos servicios y con personas de todo tipo, desde las pertenecientes a clase media y alta hasta lo que se denomina gente «obrera», sobre todo en las entrañas de lo que se llama el Polígono de San Millán. La asociación de vecinos lo que sí tiene identificadas son «muchas deficiencias», entre ellas y sobre todo, un problema con el tráfico que llevan arrastrando durante muchos años.
En este vecindario viven entre 6.000 y 7.000 personas, con una media de edad «más bien alta», según apunta el secretario de la asociación de vecinos, José Luis Gómez. La agrupación ha llegado a tener entre 120 y 130 socios, pero con la pandemia el número de socios que se mantienen activos –pagan la cuota– se ha reducido hasta casi menos de cincuenta. Sobre el paso de la pandemia por el vecindario, de acuerdo a los datos que ha recogido la asociación, a lo largo del pasado año 2020 se registraron al menos 37 fallecimientos, sobre todo entre los meses de marzo y septiembre.
La valoración general que hacen los vecinos es que «la situación está mal», entre otras cosas por el mal estado de algunas aceras y calzadas. También acusan un problema de limpieza en lo que respecta a las alcantarillas: «A grandes rasgos, el barrio está mal en general, no hay más que pasar por aquí», comenta el representante de los vecinos.
La Hontanilla o la Pirámide
Parte de las quejas de los vecinos de San Millán derivan de la práctica del botellón que se celebra prácticamente todos los fines de semana en la plaza de la pirámide. «La problemática no es tanto por el botellón o la escandalera, sino por la suciedad, porque dejan los vidrios, los papeles, las bolsas de plástico…», lamenta Gómez.
Sobre la limpieza, el barrio también presenta problemas por los excrementos de perros, especialmente en los parques. «En algunas calles y en los parques que son más pequeñitos he visto varias veces que la gente deja los excrementos en la arena y luego los niños pueden encontrárselo cuando van a jugar, deberían prestar más atención y tener más cuidado de limpiarlo, de la misma forma que por ejemplo sí que Jardinillos de San Roque sí está cuidado a diario», comenta el secretario de la asociación.
Un arreglo «a medias»
En cuanto al mantenimiento, Gómez señala como un ejemplo que causa malestar a los vecinos el estado del paseo Ezequiel González en sentido descendente, entre las glorietas de la Policía Nacional y la dedicada a Cándido, una parte de la vía que está «en estado lamentable» en opinión del representante de la asociación de vecinos: «Se arregló el sentido ascendente, pero está hecho una porquería porque arreglaron una parte pero hay otra que sigue sin arreglar», explica Gómez.
Una pequeña selva en el barrio
Otra de las zonas que preocupa a la asociación de vecinos es la del velódromo: «Está mal, al parecer no se ponen de acuerdo los propietarios con el Ayuntamiento… hubo un proyecto hace muchos años y se llegó a anunciar que iban a hacer una urbanización de lujo con trescientas y pico viviendas, pero nunca se llevó a cabo», comenta José Luis Gómez, quien añade: «Si se destinara a viviendas me parecería muy bien, será mejor construir que no como está ahora, en estado selvático», razona el secretario de la asociación.
Servicios
A nivel servicios, el barrio de San Millán tiene cinco supermercados o establecimientos de comercio local de alimentación, por lo que el abastecimiento en este sentido está cubierto. La oferta cultural no es el punto fuerte de esta zona de la ciudad: «Solo tenemos la Fundación Caja Segovia, que es privada», comenta Gómez. En sanidad, el barrio se enorgullece de estar muy cerca del Hospital General, aunque para la Atención Primaria los vecinos se dividen entre los centros de salud Segovia I y Segovia II.
Como carencial principal, la asociación señala la falta de un colegio público – sí pertenece a este barrio el concertado Colegio Marista Nuestra Señora de la Fuencisla- que hace que los más pequeños tengan que desplazarse hasta el colegio Domingo de Soto o Diego de Colmenares.
La gran reclamación
Sin duda alguna, el caballo de batalla desde que existe la asociación (2008) es el tráfico dentro de la zona del polígono de San Millán. «Tenemos cuatro entradas al barrio y una sola salida y es insuficiente a todas luces», relata el secretario de la agrupación de vecinos. Según él mismo cuenta, este problema molesta a los vecinos especialmente cuando hay puente o es fin de semana y se produce la «invasión» de madrileños habitual. «La que se lía aquí es monumental, se queda colapsado»», describe.
En su afán por lograr una solución, desde la asociación han sugerido algunos planteamientos, desde poner un «grupo semafórico» a la altura de la calle Teniente Ochoa con el Paseo Ezequiel González hasta hacer que la calle Santo Domingo de Silos sea de salida y otras posibilidades como «desdoblar» la calle de Teniente Ochoa en el tramo entre el Paseo Ezequiel González y Santo Domingo para hacerla de doble sentido: «Nosotros hemos aportado ideas por decir 'lo vemos así' pero quien lo tienen que solucionar son los técnicos», opina Gómez.
El concejal de Tráfico, Transportes y Movilidad, Jesús Sanz, ha reconocido que este problema «viene de hace tiempo» y que solo podrá abordarse mediante un estudio de movilidad previo que aún está pendiente: «Se intentará dar prioridad y todo lo que se pueda hacer, lo haremos», ha comentado Sanz, quien ha informado que su departamento se encuentra en conversaciones con todas las asociaciones de vecinos para abordar las preocupaciones de la ciudad y pronto será el turno de la de San Millán, por lo que tendrán oportunidad de volver a plantear esta cuestión.
Avances
«En el barrio de San Millán se están haciendo bastantes cosas», señala el edil Jesús Sanz. Se refiere, por ejemplo, a la remodelación integral de la plaza de la Morería, que abarca 3.000 metros cuadrados, las gestiones realizadas para la construcción del elevador que unirá la calle San Millán con el paseo del Salón o las obras de reparación y consolidación de la canalización subterránea en la plaza de Aurelio Hernández.
Además, recientemente el Ayuntamiento de Segovia ha presentado, como manifestación de interés, el proyecto de Rehabilitación Integrada del barrio de San Millán al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, del Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana que, con un presupuesto total estimado de 7,5 millones de euros.
Como otros hitos conseguidos para el barrio, la asociación destaca el arreglo del talud y la acera de la calle San Millán hace seis años: «Nos costó sangre y sudor», recuerda José Luis Gómez. También la instalación de pasos de peatones en el polígono, que hace pocos años no existían según recuerda el portavoz de los vecinos, y la mejora de los parques como el de Jardinillos de San Roque y el de Doctor Gila, donde se colocó suelo acolchado, y el de la calle Gerona, que se ha podido recuperar gracias a los presupuestos participativos de 2019.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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