Uno de los partidos del Seghos disputado esta temporada. El Norte
Tenis de mesa

Mesa de honor para las palas segovianas

El Seghos relata su crecimiento en ocho años, su inesperado ascenso a División de Honor y cómo afrontará su nueva etapa

Domingo, 25 de junio 2023, 11:31

El del Balonmano Nava a Asobal no ha sido el único ascenso del deporte segoviano. Antes, los Lobos lograron el billete a la Primera Madrileña de Rugby. Y después, el Seghos completó su temporada de ensueño asaltando la División de Honor del tenis de mesa. ... Competirán ante un espectro global para un deporte en el que España no es potencia, pero recibe a nacionales de todo tipo, fundamentalmente Europa del este, Sudamérica y algún japonés, los catedráticos. Así que Segovia será punto de paso para la ONU de las palas afiladas.

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El Seghos surgió hace ocho años como una escisión del club Amigos del Tenis de Mesa, fundado por Damián Sanz. Ese camino paralelo empezó en la Primera Territorial de Castilla y León –la categoría más baja– y suma cuatro ascensos hasta División de Honor. «El enfoque era que somos unos locos del tenis de mesa y queríamos seguir jugando. Empezamos cuatro amigos completamente de cero». Empezó con Daniel Sanz, que también dejó el ATM, y dos amigos del trabajo. Con los años, creó una cultura de club. «Poder trabajar con escuelas, pero tener un grupo de tecnificación para sacar gente que pueda competir en ligas nacionales».

Antonio empezó a dar clases en Espirdo y el boca a boca hizo el resto. Años después, el local multiusos se queda pequeño y el próximo curso estrenarán una amplia nave en San Cristóbal de Segovia, un municipio donde también tienen escuela, para empezar a trabajar «a otro nivel». El club cuenta con unos 25 niños en las escuelas y una veintena de adultos federados. «La pala te exige coordinación mano-ojo, algo buenísimo no solo con los niños, sino con los adultos. Ralentiza la progresión de enfermedades neurológicas y el propio deterioro de la persona».

Antonio habla de un deporte complejo. Hay recién llegados que parten de cero y otros que sobreestiman sus cualidades: «No estoy federado, pero juego muy bien». Una voz interior avisa a Antonio del desenlace. «Ya verás qué bofetada se va a dar cuando vea la realidad. Ganaba a los de su pueblo y aquí ve que no gana nadie; se van desanimados y no vuelven». El tenis de mesa exige un material homologado que genera muchos efectos, no es la pala dura que adorna tantas casas. «Lo que más le extraña a la gente cuando viene es que haces un saque y es incapaz de ponerla en el otro lado de la mesa».

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El Seghos, con uno de los trofeos conseguidos. El Norte

El segoviano Daniel Sanz es el hilo conductor de estos ocho años, salvo una temporada que jugó en Valladolid. El camino contó con jugadores como Javi Román, un sevillano que ayudó a subir el equipo a Primera; Iván Román o los hermanos chilenos Matías y Fabián Albornoz. El equipo del ascenso lo integraron Daniel, el abulense Fernando García –también jugó en el ATM– y el navarro Mikel Izkue, repescado para la categoría tras el descenso del Valladolid. Eran la columna vertebral para los dos partidos individuales que juega cada uno más el doble en caso de desempate. Antonio, encargado de las labores de entrenador, era el recambio de emergencia si uno fallaba. Habla de una temporada «excepcional» con un 70% de victorias

Así, tras cinco años en Primera Nacional, llegó un ascenso inesperado. «Nuestro objetivo era mantener la categoría». Los tres mejores del grupo, duro, se clasificaban para la fase de ascenso y los segovianos terminaron segundos. «Pasan las jornadas, sigues estando arriba y empiezas a echar cuentas». Así llegan a Olot (Tarragona) a una fase de ascenso, «una lotería» que exige «cabeza fría». El primer cruce, ante un correoso equipo catalán, lo pasaron en el doble. «Igual que ganamos lo podíamos haber perdido». Así llegó la eliminatoria del ascenso ante el Talavera, que tiene a un nigeriano «que no pierde», viejo conocido de Primera Nacional. Daniel le tuvo a tiro –tuvo bola de partido– y Mikel le derrotó. Y ascendieron por la vía rápida: 4-1. «Fue más fácil de lo que pensábamos». Antonio aún tiene «los pelos de punta» cuando ve los vídeos. «Fue un subidón, una gozada».

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Aunque el objetivo era la permanencia, han logrado el ascenso tras superar una primera eliminatoria resuelta en el doble

En División de Honor esperan equipos semiprofesionales –hay una categoría por encima, la Superdivisión, entre asociaciones profesionales– y el club ya está preparándose. La primera decisión ha sido fichar a un jugador que ha competido este año en División de Honor para elevar el nivel del grupo, aunque ello implique que los tres artífices del ascenso deban alternarse.

El presupuesto se eleva por el mayor coste de la inscripción o de los arbitrajes, así que Antonio cuenta con unos 10.000 euros de partida, dejando a un lado viajes y pernoctaciones. Las subvenciones de la Diputación y la Junta están pedidas desde mayo con la categoría anterior. «Como el capricho es mío, todo lo que falta me toca arrimarlo a mí y ya está», bromea Antonio, también presidente.

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