El mercado semanal de Cuéllar regresa a medio gas y solo en la plaza de la Soledad

La villa de Cuéllar ha recuperado su tradicional mercado semanal con algunas novedades, puesto que únicamente se ocuparon los espacios destinados a alimentación y primera necesidad. En lugar de en Los Paseos de San Francisco, donde se suelen ubicar los puestos destinados a textil y calzado, el mercado se concentró en la plaza de La Soledad, espacio habitual de las paradas de alimentación. Todos los vendedores que inauguraron este mercado, el primero después de la crisis sanitaria, son habituales de la cita de los jueves en la localidad. En esta ocasión, los cuellaranos pudieron adquirir sus productos en dos puestos de frutas y verduras, uno de encurtidos y aceitunas, uno de bacalao, uno de flores y plantas y otro de conservas.

Entre las novedades de esta nueva cita, que se pone en marcha con las medidas vigentes en la fase 1 de la desescalada, se encuentra la ubicación del mercado, las cintas y bandas con las que los vendedores ambulantes marcan los espacios para que se mantengan la distancia de seguridad y la existencia de gel hidroalcohólico para que los clientes puedan desinfectarse las manos.

La Policía Local fue la encargada de la organización y montaje del mercado desde primera hora de la mañana. En el mismo se estableció un único punto de entrada y dos de salida del recinto, que permaneció vallado y con algunas vallas también en el interior para garantizar así las distancias de seguridad, especialmente de aquellos clientes que tuvieron que esperar en fila a ser atendidos.

Aunque el público no fue muy numeroso y las visitas concluyeron antes que en otras ocasiones, según apuntaron los propios vendedores, desde Protección Civil se encargaron de controlar los accesos, el aforo y la vigilancia de los requisitos de distanciamiento personal. Todo ello con el objetivo de garantizar la seguridad y distancia entre trabajadores, clientes y viandantes, tal y como señaló el concejal de Seguridad, Tomás Marcos, que apuntó que también se vigilaron los requisitos de distanciamiento entre puestos y las condiciones de delimitación del mercado.

Los vendedores mostraron su esperanza de que en la próxima jornada el número de clientes sea mayor y poco a poco se pueda regresar a la normalidad. Para algunos de ellos esta era la primera cita tras el confinamiento, aunque la mayoría ya había participado esta semana en otros mercados en distintos puntos de la región. En el caso de que en las próximas semanas sean más los vendedores ambulantes interesados en participar en el mercado semanal, el concejal Tomás Marcos apuntó que, si se necesita más espacio, los puestos se podría extender hacia la zona de Los Paseos, donde habitualmente se incluían los puestos de textil o calzado.

Uno de los vendedores que acudió ayer al mercado cuellarano fue Fernando Zamarro, de Frutas Zamarro, de Cantalejo. Su empresa se tuvo que acoger a un ERTE, que ahora ha dado por finalizado con la vuelta de los mercados semanales. En Cuéllar, el comienzo ha sido bueno, aunque apuntó que algunas personas se acercaron a comentar que ya tenían hecha la compra semanal de fruta y verdura, por lo que espera que regresen la próxima semana, ya que «no se habían enterado de la vuelta del mercado».

Aún así, se mostró satisfecho del público, que también respondió muy bien en otros mercados en los que ya han participado, como el de Aranda del Duero el pasado sábado o en íscar, el miércoles. Ahora su intención es «ver si empezamos a ganar un dinerillo para sacar esto para adelante», puesto que no está de acuerdo con la medida de la retirada de la venta en los mercados. «No entiendo que hayan prohibido este tiempo la venta al aire libre, cuando muchos expertos «afirman que en el exterior se infecta uno mucho menos. La gente ha estado comprando en los supermercados con más peligro y a nosotros no nos han dejado».

Satisfecho con el público y su comportamiento se mostró Alberto López, de Aceitunas Rodríguez, quien destacó que los clientes «han estado muy bien, han venido muy en orden». Apuntó también el trabajo de Protección Civil y la Policía Municipal «que si han visto algo raro, también han estado muy atentos». López destacó que se veía a la gente «con ganas de venir al mercado». En su caso particular, vendió mejor a primera hora. Coincidió con otros vendedores en que la afluencia de público terminó antes de lo habitual, pero resumió que «la vuelta ha sido buena». El primer mercado de esta semana lo realizó el martes en Roa, donde también contó con el beneplácito del público. Destacó que «la gente parece que sí que sabe y cumple las normas, todo muy bien, muy ordenado, encantado de venir». Durante el tiempo de confinamiento no ha podido mantener su actividad habitual en bares y mercados, aunque sí han mantenido abierta una tienda que tienen en Aranda de Duero (Burgos). Ahora mismo está «deseando volver a la normalidad».

Ayer fue la primera jornada en la que trabajaban al aire libre después de varias semanas. Olga García se encargó del puesto de bacalao en el mercado de Cuéllar, mientras que su marido se desplazó hasta la localidad vallisoletana de Peñafiel. Hoy acudirán a la cita semanal de Cantalejo y poco a poco, en los próximos días, irán recuperando la normalidad. Aunque en su caso, el primer día en la villa «ha estado tranquilo», espera que en las próximas semanas todos los clientes habituales retomen su actividad y regresen a adquirir sus productos en el mercado. Durante estos más de dos meses de confinamiento, desde Bacalao Cuéllar únicamente han realizado algo de venta a domicilio, pero en general «ha estado demasiado tranquilo para la época que estábamos», con citas importantes, como la Semana Santa, donde habitualmente se degusta mucho bacalao o la Feria de Cuéllar, una cita «en la que somos de los fijos y es un mercado muy bueno», que este año se ha tenido que suspender.