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La subida imparable de los costes energéticos y de las materias primas ha obligado a muchos sectores a reajustar en tiempo récord los precios de sus servicios. Es el caso de los hosteleros segovianos, quienes no han tenido otra alternativa que aumentar el valor del ... menú diario hasta tres euros en el último año. Una decisión que ha tenido un gran impacto en los bolsillos de sus clientes, que ahora elevan el presupuesto mensual para comer cada día en 60 euros.
Los precios permanecieron estables tras la pandemia. Cuando el gremio empezaba a notar cierta recuperación de actividad, llegaron los primeros coletazos de la crisis socioeconómica que ahora se ha agravado tras el estallido de la guerra en Ucrania. «La inflación es lo que más daño nos ha hecho», lamenta el presidente de la Asociación de Empresarios de Alojamiento, Hostelería y Turismo de Segovia (Hotuse-Aihs), Jesús Castellanos.
Es por ello que a nadie sorprende el incremento de los precios de sus productos y servicios, como es el menú del día, que se ha disparado un 10%en tan solo un año y «en el mejor de los casos», puntualiza el hostelero segoviano. «El precio medio para comer en un polígono o restaurante de carretera es de doce euros; en la ciudad, no baja de quince», asevera.
Esta opción es más económica que la carta de restaurante. Consiste en un menú con platos y precio cerrado y es un habitual en el día a día de muchos trabajadores, aunque también de algunos turistas que quieren controlar gastos. «Es algo necesario para muchas personas», advierte Castellanos, a la vez que insiste en que, por este motivo, es más difícil aumentar su valor. Esto lleva a pensar la difícil tesitura en la que se encuentran muchos negocios, pues «ahora mismo apenas se gana dinero con los menús del día», añade.
El aumento de los costes de producción se cifra, en términos generales, en un 30% durante el último año. No es de extrañar que prácticamente todos los negocios hosteleros de la ciudad hayan optado por subir el precio del menú del día hasta tres euros. Este cambio se refleja en los carteles de reclamo que hay repartidos en diferentes puntos de la ciudad. Los que hace años se situaban en nueve euros, ahora ascienden a doce. Los que se situaban cerca de los quince euros, ahora se aproximan a los veinte. Es muy difícil encontrar alguno que haya permanecido inalterable.
Y, a pesar de ello, la demanda de esta opción es «alta», coinciden multitud de hosteleros de la ciudad.Pero el equilibrio entre proporcionar rentabilidad al cliente y repercutir los costes no es sencillo. «Hay que pagar el alquiler, los impuestos y las tasas de terraza», insiste el presidente de Hotuse-Aihs.
La mayoría de los comensales habituales de menús del día son trabajadores segovianos. Muchos de ellos, han tenido que actualizar su presupuesto mensual tras el verano.Es el caso del restaurante La Codorniz que, con la vuelta a la normalidad, ha visto necesario actualizar el precio a 17 euros, cuando antes del periodo estival se situaba en 15. «La subida del precio es inevitable, aunque tiene que ser moderada y siempre consecuente con el aumento de los costes; es sentido común», determina su gerente, Víctor Uszynski.
La misma situación percibe el propietario de El Secreto deSan Clemente, Roberto Moreno, quien a principios de año incrementó el menú del día un euro en comedor -16 en total- y dos euros en terraza -hasta 18-. No obstante, no descartan que en los próximos meses tengan que replantearse la actualización de estas cifras. «He decidido mantener los precios hasta enero, no sé lo que pasará a partir de esa fecha, imagino que habrá que retocarlos», puntualiza.
«La variación del precio de la energía es tan grande que no sabemos lo que va a pasar este invierno», explica. Con ello, se refiere a que, en los meses de frío, van a tener que hacer uso de estufas de butano y radiadores eléctricos en su terraza. «No dejan acotarla ni cerrarla, por lo que prevemos una subida descomunal de los gastos», lamenta. «Entiendo a aquellos que han decidido echar el cierre porque no les salen las cuentas», declara el propietario hostelero.
En el caso de la electricidad y el gas, «pago hasta tres veces más de lo que pagaba hace un año», sostiene Roberto. «Antes, la factura de un mes de mucho trabajo era de 2.300 euros; ahora ha subid o a 5.800», aclara. «Esto no se puede repercutir al cliente, no podemos estar modificando precios continuamente», destaca.
Pero esto no acaba aquí, ya que las materias primas también están a la orden del día en el presupuesto de los restaurantes segovianos. «El precio de la cerveza, cada vez que sube, lo hace un 6%. Y este año ha aumentado por lo menos cuatro veces», sostiene el gerente de La Codorniz.
Una situación semejante a la de la cerveza es la que experimenta el pan y otros productos derivados. Pero también las bebidas azucaradas o refrescos, cuyos proveedores no tienen explicación para la elevación de su precio. «He intentado buscar otras distribuidoras pero al final incluso te cobran lo mismo o más caro, no existe competencia», defiende Roberto Moreno. «Te vas a ir a peor de lo que estás», lamenta.
«Esta situación incomprensible», apostilla el hostelero segoviano, quien constata la repercusión del conflicto bélico en la subida de los precios, pero también destaca una coyuntura según la cual algunos proveedores han aumentado los preciosde sus productos «en masa», determina.
En cualquier caso, los hosteleros segovianos apelan a la comprensión de los comensales.«El problema que tenemos es que somos empresarios y, en consecuencia, tenemos que sacar rentabilidad a nuestro negocio», indica Castellanos. Así justifica la puesta al día de los negocios con la inflación. «Vender para perder dinero no sale rentable, es mejor cerrar y no vender nada», afirma.
La meta de muchas empresas es aguantar estos meses y mantener la confianza de que esta situación económica no será permanente. «Tarde o temprano tiene que acabar», manifiesta esperanzado Roberto Moreno. Al fin y al cabo, el cliente «tiene que comer», señala Víctor Uszynski.
Para salvaguardar las circunstancias, el sector hostelero de Segovia lanza un SOSpara que las administraciones «nos ayuden», determina el presidente de Hotuse. Al menos, piden medidas respecto a la factura energética. De otro modo, «son costes inasumibles». Por ello, pronostica que, si de aquí a seis meses la situación no mejora, «va a haber una cascada imparable de cierres de negocios hosteleros».
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