Un festival de música lleva a 3.500 personas hasta un pueblo de 47 vecinos

Lo que comenzó en 2016 con un concierto tributo a Extremoduro y Platero y Tú, que «apenas reunió a 150 personas», se ha convertido en una cita ineludible para los amantes del punk rock del panorama nacional. Pero no solo para ellos. En el festival segoviano –puntualiza Rubén Rincón, organizador del evento– tienen cabida «todo tipo de grupos». «Trato de traer formaciones de diferentes géneros musicales, desde hip-hop a techno, pero sobre todo intento incluir en el cartel a bandas pequeñas de la zona, como Pajarracos, que llegan desde Segovia», asegura al otro lado del teléfono. Este año, incluso, habrá dos charangas. «Y muchas ganas».

Tres años lleva esperando Rubén Rincón que la música vuelva a sonar en su pueblo, Castro de Fuentidueña, una localidad a medio camino entre Aranda de Duero y Cantalejo que tuvo que abandonar por la crisis sanitaria del coronavirus. «Después de muchos años dejé el bar de Castro porque era insostenible con el confinamiento y tuve que reinventarme. Ahora soy comercial en Madrid. Pero siempre tengo el Segorock en la cabeza», destaca.

Si en 2019 logró que 3.800 personas acudieran a la cita musical, con Boikot, Reincidentes, Gatillazo y El Último Ke Zierre como grupos estrella, esta edición presenta «otro cartelón». «¿Que cómo se pone en marcha algo así? Pues poco a poco. Lo que me ha movido siempre es mi pasión por la música y demostrar que en pequeños pueblos, en zonas despobladas, también se pueden hacer grandes cosas», asegura este segoviano de 41 años.

Y lo ha logrado. Con mucho esfuerzo, eso sí, y gracias a la colaboración de «patrocinadores como Cárnicas Chico y colaboradores que nos han apoyado desde el primer momento», recalca. Las cifras que maneja para organizar la cita son cada cada vez mayores. Calcula que el gasto «rondarán los 100.000 euros fácilmente» para la contratación de grupos, la organización de todo el evento y la publicidad de esta edición. Muy cuidada, por cierto. Tanto, que desde el pasado fin de semana, el cartel del Segorock luce en los autobuses y las marquesinas de Segovia capital.

Ahora solo queda esperar a que llegue el 27 de mayo para disfrutar de dos días de música en plena naturaleza. Los asistentes pueden hacer uso de una zona de acampada habilitada para tiendas de campaña y caravanas, con zona de duchas gratuitas y baños. También habrá una espacio para reponer fuerzas con once 'food truck' y barras de bebida donde se podrá degustar la cerveza artesana del festival. Y todo sin necesidad de coger le coche. Desde la organización ofrecen la posibilidad de llegar y regresar en autobús desde ciudades como Segovia, Madrid o Aranda de Duero, con paradas en diferentes localidades de la provincia segoviana.

«Nosotros queremos que venga todo el mundo. Para animar a las familias más rockeras vamos a poner en marcha la zona infantil, que tendrá hinchables y actividades como pintacaras para que los más pequeños estén entretenidos», explica Rubén, que recuerda que también está permitido la entrada de perros en un recinto que este año contará además con una pantalla gigante. Acorde, sin duda, a las dimensiones que está adquiriendo el festival.