Medio siglo de premios al deporte local

El deporte segoviano cumple el 7 de febrero cuatro décadas de premiación al deporte local, un espejo de diversidad, desde los pioneros de generación espontánea –la primera gala, en 1985, solo tuvo un galardonado, Agustín Fernández– a las 40 distinciones de esta edición. Lo recoge 'El Éxito del esfuerzo: 40 años de la Gala del Deporte', un libro escrito por el periodista Manuel Pacheco, secretario de la Asociación Segoviana de la Prensa Deportiva, que se presenta mañana a las 18:00 horas en la Casa de la Lectura. «Hemos pasado de una época en la que brillaban los deportistas individuales a un impasse, con el Caja Segovia y la Gimnástica Segoviana, en la que lo más importante era el colectivo. Ha seguido habiendo éxitos individuales, pero cada vez tienen más peso los clubes».

La primera Gala del Deporte fue impulsada por la Junta de Castilla y León en cada provincia como base de una posterior ceremonia regional. «Lo que querían era crear un sentimiento de Comunidad», subraya Pacheco. Llegó, por ejemplo, dos años después del Estatuto autonómico. Pero estos premios tienen prehistoria en plena dictadura: desde 1967 con los Premios de la Ejemplaridad que fueron instituidos por un grupo de periodistas deportivos de Segovia. En 1971 comenzó a celebrarse anualmente la Fiesta del Deporte Segoviano, organizada por las delegaciones provinciales de Juventud, Educación Física y Deporte del franquismo. Se mantuvo hasta 1981 con candidatos propuestos por las federaciones deportivas y premió al atleta Antonio Pinillos, al ciclista Carlos Melero, al jinete Enrique Camiruaga, a la Gimnástica Segoviana o al Imperio de baloncesto.

Agustín Fernández fue el primer premiado, pero no hay fotos. «No he conseguido encontrar si se llegó a entregar o no. He preguntado a periodistas veteranos y no lo recuerdan». El año siguiente, 1986, fue para Pedro Delgado como ganador de la Vuelta a España de 1985, pero ya reconoció a otros 13 deportistas de las federaciones de fútbol, ajedrez, baloncesto, judo, tenis de mesa, balonmano, tenis, voleibol, atletismo, gimnasia, montañismo, karting y pelota. Al año siguiente se sumaron el deporte en edad escolar, los veteranos o los juegos autóctonos. La ceremonia, sin una sede fija, fue alternando hoteles de la ciudad hasta que se asentó en el Parador de Segovia primero y en el Teatro Juan Bravo después, la sede desde 2007, tras una disputa con el Ayuntamiento de la capital por la intención de llevársela a La Granja, al recién inaugurado Parador, que finalmente retiró su propuesta. Así las cosas, la Diputación cedió el espacio mediante un convenio que sigue vigente. La entrada es libre y después del acto hay un coctel por invitación.

En los primeros años, el jurado lo formaban perfiles institucionales y se invitaba a periodistas. La Asociación Segoviana de la Prensa Deportiva se fundó en 1992, pero la Junta siguió al frente durante otros cuatro años, hasta 1996, cuando el colectivo asumió la organización, aunque la responsabilidad seguía siendo de la Administración. Hasta 2001. «La Junta se retira, incluso deja de realizar aportación económica». Eso cambió el organigrama piramidal en el que cada provincia presentaba a un representante por categoría para la gala regional: mejor deportista, club, entidad privada colaboradora con el deporte, dirigente, árbitro, entidad local o centro docente. La asociación elimina a partir de ese año ese formato y establece un cuadro de honor que se mantiene, con designaciones, divididas ahora en Serie Oro o Serie Plata.

Hasta 2013 no volvió a haber deportista del año en Segovia. «Dentro de esa Serie Oro, se votaba al mejor. Los socios lo elegían el mismo día de la gala o la víspera». Se mantuvo hasta 2020, cuando David Llorente recibió el premio por 2019, su mejor año, subcampeón del mundo de K-1 y logró el billete olímpico. La siguiente fue la única que no vio la luz por la pandemia. Pacheco explica que «no hay una razón específica» para no designar a un solo deportista. Un éxito compartido.

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