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Trajes EPIs junto a flores y más detalles que recuerdan a los fallecidos por la covid-19.

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Trajes EPIs junto a flores y más detalles que recuerdan a los fallecidos por la covid-19. Antonio de Torre

Segovia

Medio siglo de un hospital que costó 300 millones de pesetas

Aparataje antiguo, la recreación de quirófanos o consultas y fotos con los cambios estructurales conforman la muestra que conmemora el aniversario del complejo sanitario

Lunes, 11 de noviembre 2024, 18:34

Cómo pasa el tiempo, qué rápido, y cuánto se ha encarecido la vida! Comentarios que se permiten el lujo de hacer los veteranos que han deshojado décadas de los calendarios, que conocen dos siglos y hasta dos regímenes al frente del Estado. El tópico se hace realidad cuando el visitante de adentra en La Alhóndiga de Segovia estos días. Hasta el 17 de este mes de noviembre, la sala de exposiciones del centro cultural propone un viaje en el tiempo a través de la sanidad pública. Los cincuenta años que cumple el Complejo Asistencial son el pretexto para recordar aquellas austeras habitaciones de hospital con una mesilla una lámpara y la silla para el acompañante; los biombos para separar las intimidades de los enfermos; los uniformes de los médicos y enfermeras de antaño, o el aparataje de otras épocas que se usaba en los quirófanos y que ahora se asemeja más al atrezzo en una escena cinematográfica de una tortura.

Y sí, no solo han cambiado los recursos y ha aumentado el personal, sino que ahora todo es mucho más caro que entonces. El Hospital General que se conoce hoy empezó a funcionar el 20 de noviembre de 1974. Lo inauguró el entonces ministro con Franco de Trabajo y Seguridad Social, Licinio de la Fuente. De hecho, su nombre fue con el se bautizó a la residencia sanitaria. Quien lo rememora es el artífice de la exposición de La Alhóndiga, Elías Sacristán, ahora jubilado, que por los destinos de los procesos de promoción interna pasó por diferentes funciones dentro durante 43 años de trayectoria profesional. Desde celador hasta Técnico de Cuidados Auxiliares de Enfermería (TCAE).

Aquella primera residencia costó 300 millones de pesetas, que al cambio al euro son algo más de 1,8 millones

Aquella primera residencia, a mediados de la década de los setenta, costó 300 millones de pesetas. Al cambio al euro, algo más de 1,8 millones. ¿Se imaginan construir, equipar y dotar tecnológicamente a un nuevo hospital con ese dinero? Para hacerse una idea, solo el precio base de la licitación de la redacción del proyecto de ampliación del actual complejo asistencial asciende a 1,6 millones de euros. La inversión prevista para la nueva infraestructura, que se completa con la Facultad de Enfermería de la Universidad de Valladolid, rebasa los 54 millones.

Sacristán ejerce de cicerone por la exposición, la cual «no solo está enfocada al público en general, sino que está pensada para los profesionales sanitarios, para que revivan con lo que se trabaja hace años o para que los más jóvenes lo descubran». Mucho del material exhibido ha sido recopilado del propio Hospital General, objetos y utensilios antiguos y ya obsoletos que se guardan y que se han rescatado y seleccionado para dar forma a este particular homenaje al centro asistencial de referencia en la provincia.

«Siempre una obra»

«Los 43 años que trabajé en el hospital han sido siempre una obra, ya fuera en el exterior o el interior», afirma. A aquel edificio original inaugurado por el ministro del régimen franquista se fueron anexionando otros, el de diálisis, el de la lavandería, el que acoge las consultas externas y las instalaciones principales actuales, que datan de 2007 después de siete años de obras. La transformación de la infraestructura sanitaria, tal y como se la conoce a día de hoy, fue inaugurada por quien entonces era el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera. Y es que en este recorrido, la sanidad pública pasó de ser competencia del Estado a estar bajo la gestión de las comunidades autónomas.

Elías Sacristán precisa que la exposición está dividida en dos partes. La primera consiste en «una recopilación de fotografías del hospital». Hay instantáneas aéreas que desvelan los diferentes procesos de construcción que han ido sumándose en el medio siglo de historia que atesora la institución.

El horario de la exposición es los fines de semana, de 12:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 horas, y de miércoles a viernes, en el mismo horario de tarde

El promotor de la iniciativa, que ha contado con la colaboración de otros compañeros para montar este regalo de cumpleaños que se regalan los profesionales de la sanidad en la provincia, añade que en ese repaso fotográfico late también «la progresiva humanización del hospital». Se refiere a cómo la atención prestada a la ciudadanía ha avanzado durante el medio siglo que contempla al hospital. Cita las incorporaciones de áreas sensibles como Pediatría o Psiquiatría, así como exposiciones o actividades para hacer que el paciente acuse lo menos posible el trance de estar ingresado.

Este espacio de la muestra incluye recortes de prensa que actúan como una hemeroteca que acredita los progresos asistenciales y los hitos alcanzados por el centro durante su trayectoria.

En cuanto a la segunda parte del viaje, el cicerone explica cómo se han recreado distintas estancias hospitalarias. Para ello, ha contado con material que almacenaba el propio complejo sanitario y con colaboraciones especialmente realizadas para este tributo, como la de José Real y tres vitrinas que custodian material quirúrgico y de docencia para los cirujanos que «tienen un gran valor sentimental». La evocación propuesta introduce al visitante en un quirófano de antaño con aspiradores o aparatos que usaban los anestesistas.

'In memoriam'

En ese intento de revivir otras épocas de la entidad hospitalaria la exposición también recrea una antigua consulta en la que no falta ni el cenicero, porque antaño se fumaba en estas instalaciones sanitarias, apunta Sacristán. Asimismo, en el itinerario por los distintos espacios el visitante se encuentra con un viejo sillón de otorrinolaringólogo o con un habitáculo acondicionado que simula las habitaciones donde permanecían ingresados los pacientes y que reconocerán los más veteranos que se asomen a La Alhóndiga. El horario es los fines de semana, de 12:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 horas, y de miércoles a viernes, en el mismo horario de tarde.

El centro de la exposición, tal y como subraya Elías Sacristán, está dedicado en memoria de los fallecidos por la pandemia del coronavirus. El extrabajador del complejo asistencial rememora lo «duro» y los «malos momentos» que padecieron con el azote de la covid, sobre todo con aquellas primeras oleadas de contagios mortales que pusieron el Hospital General al borde del precipicio y de descoserse. Sacristán añade otro de los retos más complicados a los que se enfrentaron en estas décadas: el del síndrome tóxico de la colza.

La guinda al pastel de la exposición la pone Luis Labrador. El acuarelista cuelga un cuadro de gran formato en el que se otea la ciudad de Segovia desde el hospital, y eso que se hizo en un hoyo», apunta el cicerone. Al echar la vista atrás, se ratifica en lo mucho y bien que han evolucionado los cuidados sanitarios.

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