Secciones
Servicios
Destacamos
«Antes, los novios que se iban a casar querían fotos sí o sí, por encima de todo, incluso reservaban la fecha con un año de adelanto». Esta reflexión en voz alta de Óscar Costa, fotógrafo profesional de ceremonias, refleja cómo los tiempos cambian a ... una velociad vertiginosa. El escenario de la iglesia para contraer matrimonio ha variado, y aunque siguen oficiándose bodas eclesiásticas, la tendencia a sellar la unión por lo civil se ha ido consolidando.
El retratista segoviano comenta cómo cada vez es más frecuente que los futuros esposos «firmen en el libro» en el Ayuntamiento, ante el notario o en el juzgado de turno. Después, reúnen a la familia y amigos para conmemorar el lado más festivo de la boda. «Van a una finca y allí lo celebran desde por la mañana». Óscar Costa intuye que detrás de estas modas están las redes sociales y los famosos o 'influencers' que marcan tendencias a través de estos altavoces.
443 matrimonios
celebrados en la provincia de Segovia durante el pasado año, de los que 249 fueron por la Iglesia Católica.
160 disoluciones
matrimoniales registradas en año pasado en la provincia de Segovia, de las que 153 se produjeron por la vía del divorcio.
Sin embargo, en general, la institución del matrimonio sigue en crisis. Con sus vaivenes y rachas, el propio fotógrafo segoviano asegura que cada vez hay menos trabajo para profesionales como él. Los segovianos se dan menos el 'sí quiero', ya sea por civil o por la Iglesia. Según reflejan los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), se registraron 443 enlaces en la provincia. Es decir, un 9,4% menos que en 2022. Ese descenso lo acusan en su facturación todos los gremios que de alguna u otra manera se nutren de las bodas: restaurantes disc-jockeys, floristerías, agencias de viajes, alojamientos... y por supuesto, fotógrafos.
Más allá de las modas a las que alude Costa, la revisión a las cifras históricas de matrimonios entre cónyuges residentes en Segovia concluye -con sus altibajos como el que hubo en 2020, en plena pandemia del coronavirus, que obligó a cancelar en avalancha las fechas reservadas- que cada vez hay menos parejas que den el paso del casarse y certificar su unión como esposos. Optan por compartir sus vidas sin necesidad del sacramento o de un papel que acredite de una forma oficial su amor. En lo que va de siglo XXI, el organismo estatal da fe de que ahora se sellan en torno a 200 matrimonios menos.
En el año 2000 se oficiaron 644 bodas, sumadas las religiosas y las civiles. Si el espejo retrovisor se enfoca al inicio de la serie histórica del INE, los números constatan que en Segovia se celebran actualmente casi la mitad de las 860 que hubo en 1975 en la provincia.
Harina de otro costal es que ese amor perdure 'hasta que la muerte los separe'. Por cada tres bodas que se ofician, se consuma un divorcio. Es la proporción entre enlaces y rupturas conyugales que arrojó el pasado ejercicio en la provincia de Segovia. El INE da cuenta de que, al final de 2023 hubo 160 disoluciones matrimoniales, la inmensa mayoría por la vía del divorcio, que sumaron 153, a las que hay que añadir siete separaciones.
Pese al empuje de los enlaces civiles desde principios de la pasada década, las ceremonias religiosas se mantienen. Es más, en 2023, y como se extrae del propio Instituto Nacional de Estadística y de la memoria de actividades de la Diócesis de Segovia, el 56% de las uniones fueron católicas. En total, 249 de las 443 celebradas entre residentes en la provincia de distinto sexo.
Por lo tanto, pese a los cambios socioculturales, modas y al evidente desapego de la sociedad actual por la religiosidad, los novios siguen pasando ante el altar para darse el 'sí quiero'. Eso quiere decir, interpretan representantes eclesiásticos, que existe un arraigo tradicional y que quienes se casan por la Iglesia lo hacen, si cabe, con un mayor convencimiento y fe.
Una de las percepciones que observa en su trabajo Óscar Costa es que la edad media de los esposos que firman su vínculo conyugal ha aumentado con el paso del tiempo. Antes había más parejas que se casaban en la horquilla de la veintena, pero en la actualidad son más las que retardan el matrimonio hasta pasada la treintena, e incluso más. El fotógrafo opina que esta dilación obedece sobre todo a cuestiones económicas y al acceso a la vivienda común. La seguridad que otorga el tener una colocación profesional consolidada, con su nómina afianzada, contribuye a emprender el proyecto de formar un hogar empezando por la boda. Este factor influye en que también las madres segovianas demoren el nacimiento de su primer retoño.
El INE confirma la intuición y apunta que tanto la mayoría de los hombres que se casan como de las mujeres que pasan por la vicaría se encuentran en la franja de edad que va de los 30 a los 34 años. Les siguen los matrimonios formados por novios segovianos que dan el paso cuando el DNI revela que ya han cumplido los 35 pero aún no han alcanzado los 40.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.