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Segovia
Marugán celebra el medio siglo del Golf, el coche de las masasEl aeródromo acoge un amplio abanico de modelos, desde 1981 a la actualidad, en un evento con actuaciones de Dj Nano o Pignoise y un ambiente de nostalgia
Más de 600 coches del Golf, el modelo de Volkswagen convertido en el coche de las masas, transformaron ayer el aeródromo de Marugán en un museo viviente para celebrar el 50 aniversario de la creación. Por eso la atmósfera era más de nostalgia que de una concentración de motor. El boceto azul creado por Giorgetto Giugaro como sucesor del Beetle en 1974 encontró la innovación a través de la simpleza y medio siglo después es la línea más vendida en Europa –más de 37 millones– y la que más circula por las carreteras españolas, unas 700.000 unidades, hijas de tantas y tantas generaciones.
La Gran Golfada tiene un requisito imprescindible: el festival es gratuito, pero solo se puede pasar al aeródromo con un Golf. Dentro, otro universo, desde hamburguesas a vermú o un tatuador para hacer que la experiencia sea literalmente imborrable. O un Cabrio descapotable –de los más antiguos– que sirvió de epicentro en el que los conductores graban su particular relación con el coche. Y un fotógrafo que inmortaliza la ocasión, la diferencia entre un selfie y un retrato de salón. Para los más desenfadados, un caricaturista.
Volkswagen no escatimó en cartel musical, con actuaciones a lo largo de todo el día: las estrellas, a cargo de DJ Nano y Pignoise, acompañadas del flamenco fusión de Pepe y Vizio y las sesiones de Dani del Lío y los DJ Ardiya y Kike Verdeal. La mayoría de las invitaciones, unas 350, quedaron adjudicadas mediante una invitación a través de una base de datos que tenía la marca. Las demás se cubrieron en apenas 13 minutos, como si fuera un concierto de Bruce Springsteen. Quedaron otros 600 en lista de espera. Marugán aunaba proximidad a Madrid con una accesibilidad y espacio suficientes.
Volkswagen no escatimó en cartel musical, con actuaciones a lo largo de todo el día: las estrellas, a cargo de DJ Nano y Pignoise
Todo aquel que entró al recinto sin un Golf tuvo que trasladarse a través de una lanzadera situada en el pueblo, a unos dos kilómetros. De esa forma contemplaron los 40 modelos Golf I, una generación que cubre desde 1974 a 1986: el más antiguo de los que tomó ayer Marugán es de 1981. Llegaron desde diferentes puntos de España y todavía circulan.
Historias como la de Carlos Gascón, que finalmente no pudo viajar desde Martorell con el Golf II negro del 88 que perteneció a su padre y que recuperó tras 20 años de intensa búsqueda. El coche que trajo Abel Miravalles desde Asturias tras comprárselo a su idolatrado maestro de la escuela antes de su muerte. Un vehículo relacionado con la infancia, como demuestra Mathias Ghral que transformó una miniatura Golf I azul que le obsesionó en el coche de su boda. Un historial que incluye a famosos como David Beckham o Carlos Sainz Jr, que mantuvo ese vehículo mientras sus rivales conducían Porsches y se llevó en él una multa por utilizar el móvil.
Un evento diurno que abrió las puertas a las 12, cerró a las ocho e impuso un protocolo para evitar el consumo de alcohol. En el registro figura el titular del vehículo y su matrícula, pero pueden llevar a los acompañantes que les quepan en el coche. El conductor –no tiene por qué ser el titular– lleva una pulsera roja que le inhabilita para beber. A cambio del agravo, recibe dos cervezas 0,0, a cargo de la organización.
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Más allá de los enamorados del coche vintage, el valor de este modelo es su extensión social, en familias de todo tipo. Ninguna como la de Julia Sánchez, que se compró un coche y un futuro marido en la misma transacción, pues Juanma Jiménez era el vendedor del concesionario. Cuando esta madrileña se sacó el carné, se conformó con pedir a sus padres un Seat Ibiza, aunque tenía fijación con el Golf. «Siempre me había gustado, era pasión. El diseño, según iban pasando los modelos, cada vez me gustaban más. Quizás me transmitía juventud, será el síndrome de Peter Pan, porque lo sigo teniendo». También conserva su caja V.
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