Marina de la Infanta, médico de Atención Primaria: «Salimos con la sensación de que no lo estamos haciendo bien»
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SATURACIÓN DE LA ATENCIÓN PRIMARIA ·
Subraya que el desinterés o el cansancio pueden hacer mella en la atención a los pacientesclaudia carrascal
Segovia
Domingo, 6 de febrero 2022, 08:44
Desbordados, cansados y con un constante sentimiento de impotencia afrontan los sanitarios de Atención Primaria la sexta ola de la pandemia, en la que han tenido cada vez más pacientes en consulta, más horas de trabajo y más trámites burocráticos, pero ningún incentivo.
«Estamos ... tan desbordados que todos los días salimos de trabajar con la sensación de que no lo estamos haciendo bien porque no tenemos tiempo», explica la médico de Cantimpalos Marina de la Infanta, que a su vez es vicepresidenta del Colegio de Médicos de Segovia y vocal de Atención Primaria. Es consciente de que no solo los profesionales tienen que luchar contra las consecuencias de esta pandemia, «los ciudadanos también están muy cansados y les entendemos».
El panorama que ha dejado la covid en los centros de salud es «desolador», según la doctora, quien cuenta que «ha desbaratado completamente la actividad habitual de las consultas». Esta sexta ola ha sido las más compleja después del desconocimiento y la incertidumbre de la primera, ya que en la provincia se han llegado a notificar más de 750 contagios en un solo día. Afortunadamente las altas tasas de vacunación y la menor gravedad de la variante Ómicron han contribuido a que la mayoría de los casos sean leves, por lo que ha tenido que ser atendidos por médicos de Atención Primaria.
Esta explosión de contagios, tal y como indica De la Infanta, ha generado «un tremendo problema burocrático porque las bajas y las altas las tenemos que hacer los médicos y nos está quitando una cantidad enorme de tiempo». Asimismo, reconoce que este desvío de la atención va en detrimento de patologías agudas y crónicas como la diabetes o la hipertensión. «No les atendemos como deberíamos y nos sentimos impotentes por no ser capaces de llegar a todo», lamenta.
Hasta el punto de que está aumentando de forma considerable el número de sanitarios que padecen el síndrome burnout, es decir, que están quemados por el trabajo, ya que en España afecta al 45% de los profesionales. «Son datos muy graves porque si perdemos el interés, las ganas y la empatía repercute en la salud del paciente». Y aporta un dato más obtenido en las últimas encuestas: el 33% dejaría el trabajo si pudieran y piensa en la jubilación anticipada.
A su juicio, el problema se agrava porque «no se puede dar una solución a corto plazo y es necesario tomar medidas de raíz para que la puerta de acceso al sistema sanitario no se desmorone por completo». La falta de recursos humanos es uno de los motivos principales de este colapso que la pandemia ha puesto en evidencia. «Un sistema de Atención Primaria fuerte resulta más barato y da mejores resultados, pero se está perdiendo porque es la especialidad menos atractiva por las condiciones laborales, en especial, en el medio rural», recalca.
Ante el elevado volumen de jubilaciones que se avecinan cree que no van a venir tiempos mejores y lo atribuye a un error de planificación, ya que «para formar a un médico especialista hacen falta como mínimo 11 años». La única alternativa para salvar en parte de las carencias sería convocar un MIR extraordinario y «en cuatro años podríamos tener nuevos médicos de familia».
Por último, hace referencia a las agresiones verbales y actitudes poco empáticas de los pacientes y es que, en estos meses, «hemos notado que la crispación ciudadana va en aumento». Esas conductas agresivas o las faltas de respeto «son completamente injustificables, pero entendemos el enfado». En este sentido, asegura que la falta de accesibilidad, la imposibilidad de contactar con el sistema sanitario de forma telefónica y la demora en las citas de hasta 7 o 10 días en algunos casos, cuando el tiempo máximo debería ser de 48 horas, genera un gran malestar entre los pacientes.
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