Segovia

María y José buscan posada en Zarzuela del Pinar

La Virgen María y San José recorrieron durante la tarde de ayer Zarzuela del Pinar en busca de posada. Lo hicieron en el tradicional belén viviente que organiza la localidad peguera, un acto que este año cumplió un cuarto de siglo y que contó con gran participación vecinal, con más de 130 personas dando vida a los distintos personajes que María y José encontraron en su camino hacia el portal.

El acto comenzó dando la bienvenida a todos los asistentes, cientos de personas llegadas desde toda la comarca que no se quisieron perder una tradición lograda gracias al afán colaborador de todos los vecinos. No faltaron los agradecimientos, en primer lugar a la Asociación Amigos del Belén, que organizan y velan porque todo salga bien; y de forma especial a Demetrio y Rosa, ya que «sin su insistencia, buen hacer, el amor y la entrega que ponen en todo lo que hacen, esto hubiera sido imposible». También se agradeció a los colaboradores y participantes, «el alma de este belén», ya que sin ellos no sería posible realizar la gran representación que se realiza en Zarzuela del Pinar.

El belén viviente se inició soltando globos al cielo en memoria de los que ya no están, lo que fue recibido con un gran aplauso de asistentes y figurantes, quienes seguidamente acudieron a sus puestos para comenzar el periplo de María y José en busca de posada en Belén.

La representación se situó en el año cero antes de Cristo y en el decreto del emperador Augusto mandando hacer un censo. Tal y como ordenaba el documento, María y José –papeles que cada año interpretan los quintos que fueron elegidos reyes de las fiestas– fueron a rendir cuentas de su censo al castillo del entonces emperador Herodes.

Allí comenzó un camino en busca de posada, en el que la Virgen y San José pasaron junto a unos hombres trillando mientras se dirigían hacia el río, donde varias lavanderas les indicaron el camino a seguir. El camino continuó pasando por el mercado, la huerta y encontrando a multitud de trabajadores con sus oficios: un taller de trabajo de piedra, los resineros y la miera, jabones, las cesteras, personas vareando lana y cosiendo colchones, la panadería, telas, puestos de fruta y verdura, una churrería, trabajadores de alfarería o una herrería, hasta llegar a la posada.

Allí, José y María descubrieron que no había sitio para ellos, por lo que continuaron su camino buscando un lugar en el que poder quedarse. Mientras tanto, muchos de los que se encuentraban por el camino les fueron ofreciendo distintas viandas, desde zanahorias para su mula hasta una barra de pan o un trago de vino para poder llevar mejor el camino, en el que también les obsequiaron con distintos villancicos.

Durante más de una hora, María y José recorrieron un trayecto que recorre buena parte de Zarzuela del Pinar, convertida en Belén, donde también se encontraron un puesto de carnicero, el molino y el molinero e incluso proyectos de arquitectura romana. Tampoco faltaron un área de caza, la barbería, distintos puestos de artesanía, una lechería y quesería, pescadería, más puestos de verduras, carpinteros, elaboradoras de vino, que incluso pisaban la uva, antes de llegar a la cantina, para continuar por el puesto de las jaboneras, castañeros, carboneros, un puesto de huevos junto a huerto, gracias al cual se da de comer a las gallinas, un pequeño corral con ovejas, y, finalmente, los ángeles.

El recorrido concluyó en un portal, en el que María y José tuvieron que buscar cobijo y donde la Virgen dio a luz a Jesús. Hasta allí, en un acto animado con la música de las dulzainas y tamboriles, que interpretaron numerosos villancicos, se desplazaron los más de 130 participantes en este belén viviente, que acudieron hasta el lugar a adorar al Niño Jesús, nacido en Zarzuela del Pinar como cada año desde hace 25.

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