![Línea de salida de la Marcha de Mujeres de Segovia, en la Plaza Mayor, abarrotada de participantes.](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/2023/05/07/marcha-mujeres-tanarro-10-kJjE-U200237753775SIB-1200x840@El%20Norte.jpg)
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La organización sopla quince velas simbólicas. Una por cada edición de la Marcha de Mujeres de Segovia. Es una cita que está en plena adolescencia, con lo que implica la edad. Por un lado, la efervescencia y la frescura, la ilusión por hacer suya la calle; por otro, el paso del tiempo y la hora de definir horizontes, una responsabilidad que cada vez pesa más para no fallar a quienes confían en ti. Que no son pocos en el caso de este acontecimiento social coloreado en rojo por los segovianos. Están las instituciones que te respaldan, los voluntarios que colaboran para que todo funcione según lo ideado y soñado, están las asociaciones a las que va a parar el dinero recaudado con las inscripciones... Y por muchas marchas que pasen, esos cosquilleos adolescentes persisten, pero los nervios se esfuman cuando la Plaza Mayor de la ciudad está llena de vida conjugada en femenino plural.
Un abanico de generaciones y una paleta de colores se juntan para caminar juntos por el Día de la Madre. Una de las promotoras de la Marcha de Mujeres de Segovia es Josefina Pérez. Minutos antes de retumbar en el cielo los dos chupinazos que anuncian el comienzo, calcula que las inscripciones de este año alcanzan las 1.800 aproximadamente, luego hay que añadir a los rezagados.
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Más allá de los números, la conclusión que extrae es que la cita «va tomando el pulso que empezó a recuperar en 2022». Y es que la pandemia de la covid, sí, rompió la tendencia creciente de participación, que antes de la crisis sanitaria llegó a juntar hasta 3.500 personas. También lo ven así colaboradoras asiduas de la marcha, que reconocen que volver a andar el camino -nunca mejor dicho- para alcanzar aquellas cifras «está resultando difícil».
Josefina Pérez, al igual que su compañera en la aventura de la organización de este evento, María José Esteban, sonríen orgullosas de la respuesta. Los récords ya vendrán, lo que importa es la experiencia y la causa. El grupo de voluntarias que vela por el inicio de la marcha lo dejan claro. A la pregunta de si este acontecimiento, ya consolidado en la agenda social de la ciudad, es más reivindicativo o festivo, al unísono responden lo segundo. Y añaden también a una sola voz: «y solidario».
Josefina Pérez ratifica ese sentimiento que mueve la convocatoria que se celebra el primer domingo de cada mes de mayo en homenaje a las madres en su día. «Es un motivo festivo para las madres y una ocasión para reunirse las amigas». Muchas, cientos de ellas, sonríe la organizadora al recordar de un plumazo el auge que ha tenido la cita.
La impulsora de la iniciativa subraya el compromiso de los voluntarios y de quienes juntan sus pasos por ayudar a algunas de las organizaciones sin ánimo de lucro que trabajan en Segovia. Este año, la intención es que el dinero se destine a colaborar con la Asociación Segoviana de Esclerosis Múltiple, aunque posiblemente no será la única beneficiaria. Llegará el momento de hacer cuentas, se evaluarán los gastos y se verá qué se puede repartir entre otras entidades del tercer sector.
Josefina Pérez
Coorganizadora de la Marcha de Mujeres de Segovia
El paréntesis de la pandemia hizo que ahora cueste más alcanzar las cotas de participación y, por ende, de recaudación de fondos. La manera de mantener en lo posible el ritmo es recortando costes. Así, desde el año pasado no hay una camiseta conmemorativa específicamente para el evento. De hecho, la mayoría de mujeres que ha hecho el recorrido este domingo portaba las de otras ediciones, lo que enriquece el cromatismo de la marcha.
Esta vez, las inscritas han llevado un pañuelo morado en el que va xerigrafiado el dibujo conmemorativo de la pasada caminata. En las muñecas, al cuello, en el pelo, como una cinta para recogerse el cabello... se han visto múltiples formas de lucir el complemento de este año.
Pérez se queda con la fidelidad y atracción que genera la Marcha de Mujeres de Segovia también más allá de la provincia. Diana, desvela, es una mujer barcelonesa que cada año acude a la ciudad del Acueducto para sumar sus pasos a los de cientos de segovianas. Lo lleva haciendo en la última década. «Vio lo que se hacía, unas mujeres vestidas iguales marchando, y le llamó la atención». Desde su 'bautismo' no ha faltado para aportar «su energía».
Al final del recorrido aguardaba en el Azoguejo otro contingente de voluntarios que desde las ocho de la mañana se han encargado de la logística. Allí esperaban a los participantes con el bocadillo y la bebida del avituallamiento antes de colocarse en el perfil dibujado en el suelo de la plaza Oriental, al otro lado del Acueducto, por el reciente Premio de las Artes de Castilla y León, Luis Moro, que para el colofón de la marcha ha diseñado un caballito de mar sobre el que se han colocado las mujeres para hacerse la vertiginosa foto de familia que ha tomado Juan Luis Misis subido en una grúa a 50 metros de altura.
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Martin Ruiz Egaña y Javier Bienzobas (gráficos)
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