La Gimnástica Segoviana no tiene dos trajes en el armario. Cualquier equipo cabal conservaría en su parcela un 2-0 a media hora del final, pero no el equipo de Ramsés Gil, que grita a los suyos para que presionen, aunque llegue el 2-1. ... Pero lo que llega es el 3-0. Porque el correcaminos Silva corta por el medio a un rival en paños menores y abre a la izquierda para Dani Segovia, que centra al segundo palo para que Plomer cabecee a placer junto a la línea de gol y asegure los puntos. Es la herida que desangra al Cacereño, que se marchó este domingo con los mismos goles que endosó a los azulgranas hace 11 meses. La obra maestra de un equipo que ya deja atrás a otros candidatos al 'play-off' –un colchón de siete puntos con el primer perseguidor de la fase de ascenso– y acerca a los azulgranas a dos puntos de los dos líderes, Numancia y Sanse, que se dejó dos puntos en el último suspiro y alimenta los sueños del único puesto de ascenso directo a un equipo que no tiene techo.
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Segoviana
Carmona, Silva, Abel Pascual, David López, Rubén, De la Mata, Manu, Plomer, Hugo Díaz, Javi Borrego y Dani Segovia.
5
-
0
Cacereño
Robador, Emi, Javi Barrio, Adri Crespo, Clausí, Iván Fernández, Deco, Breñé, Joserra, Tellechea y Diego Díaz.
Cambios Segoviana: Pedro Astray por Hugo Díaz (min. 63), Fer Llorente por Dani Plomer (min. 63), Merencio por Javi Borrego (min. 67), Maroto por Dani Segovia (min. 67) y Arévalo por Rubén (min. 75).
Cambios Cacereño: Barba por Tellechea (min. 66), Carrillo por Iván Fernández (min. 66), Lobato por Joserra (min. 66), Martínez por Emi (min. 76) y Sarmiento por Deco (min. 76)
Goles: 1-0 Hugo Díaz (min 35), 2-0 Juan de la Mata (min 39), 3-0 Dani Plomer (min 62), 4-0 Pedro Astray (min 71) y 5-0 Manu (min 72).
Árbitro: Borja Martínez García (La Rioja). Amonestó con amarilla a Hugo Díaz por la Segoviana y a Javi Barrio por el Cacereño.
Otros datos: Municipal de La Albuera. 1.024 espectadores.
Ramsés probó con hechos su mensaje, una plantilla sin intocables, y dejó a Fer Llorente en el banquillo. Una decisión que obligaba al resto a dar un paso adelante y refutaba el mensaje que el propio jugador planteaba dos días atrás en rueda de prensa: «Esto es muy largo». Y las opciones de la Sego pasan por que el jugador proclamado por su técnico como el mejor de la categoría llegue entero, no solo al final de temporada sino al 'play-off'. Lo demás estaba sobre el césped: las bandas de Borrego y Plomer, Hugo Díaz como cazador de remates y David López relevando a Sergi Molina en el eje de la zaga. Las rotaciones previsibles.
El partido respondió a las expectativas de calidad. Dos equipos deseosos de balón, arriesgados en la toma de decisiones en busca del pase rompedor. Una sucesión de detalles técnicos de mucho nivel que no rompían la banca porque el rival entendía el fútbol de la misma manera. Iván Fernández avisaba por banda derecha con una cabalgada en la que el linier vio el balón por el lado equivocado de la cal. La maldad del Cacereño llevaba el siete. Estuvo cerca de dejar solo a Tellechea ante Carmona tras un pase sin mirar atrás de Borrego.
El paso de los minutos elevó a la Segoviana porque Juan de la Mata buscaba balón y mejoraba el producto, esas ganancias marginales del fútbol. Los azulgranas cargaban el juego por su banda izquierda, con Rubén en uno de los mejores días de su carrera y Borrego enchufado tras quedarse con la miel en los labios en Talavera y ser suplente el miércoles. Ventajas de las rotaciones: jugadores talentosos con algo que demostrar. Hasta Manu caía a la izquierda y paliaba su falta de velocidad con oficio para forzar un saque de banda a centímetros del banderín de córner. Incluso Silva tuvo su instante como extremo izquierdo.
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El dominio táctico era local y la Segoviana avisaba en el juego aéreo. Primero, en un testarazo desviado de De la Mata, que le quitó el balón a un Dani Segovia que se relamía en área chica. Después, Abel Pascual se quedó en área contraria tras un córner y cabeceó un envío de Silva de forma mansa a las manos del portero. No le faltaba calidad al Cacereño, con una apertura en largo de Javi Barrio propia de un central de otra categoría. Como el centro de Diego Díaz al segundo palo que llevaba dinamita. Pero no encontró rematador. Y la Sego dominaba la narrativa.
Un plan de partido concretado en una jugada, quizás la mejor de la temporada. Todo un despliegue de quilates por la banda izquierda. Todo empezó con un pase entre líneas de David López, que minutos antes había salvado una internada de Iván Fernández, redimiéndose de su propio error. El central rompió el dibujo y generó la superioridad que aprovechó Borrego para filtrar el pase a Rubén. El segoviano acompasó la acción como un capitán de barco, esperando a que Hugo Díaz completara el desmarque para servirle el balón en el momento exacto. El gallego puso el lazo con un remate impoluto con la derecha al segundo palo.
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El gol agudizó el momento anímico: las dudas del Cacereño, la confianza de la Segoviana. Los extremeños se defendían cual gato panza arriba, concediendo córners como el marinero que achica agua. En esas, la pizarra dio otro ejemplo paradigmático. Sin Fer Llorente como ejecutor titular del balón parado, Borrego y Rubén exhibieron compás. Y el lateral ejecutó un envío tenso al primer palo para que De la Mata se adelantara a la defensa y sorprendiera con un cabezazo colocado al segundo palo que Robador, sin recursos, solo pudo acompañar con la mirada.
Cada duelo era azulgrana, una victoria generada en la sala de máquinas, en cada pala de carbón de Manu. Por delante, Hugo Díaz y Dani Segovia suman más de jugadores: las prestaciones de cada uno mejoran con el otro al lado. Esa siderurgia brindaba una y otra vez a Plomer una conducción para lucirse. La mejor invitación llegó en un pase por el centro del gallego, pero el control del balear salió largo y el portero salió con el extintor para contener el incendio antes del descanso.
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El Cacereño soñó con volver al partido en una mala transición de la Segoviana, a la que salvó Silva con un toque sutil que dejó con la miel en los labios a dos camisetas verdes que esperaban la sentencia en el segundo palo. Pero el gol de Plomer acabó con el suspense y dio paso a los cambios. Ramsés relevó a los cuatro de arriba e invitó a la fiesta a Pedro Astray, que se puso sus mejores zapatos y discutió a Hugo Díaz el título a gol de la tarde con un zurdazo arqueado que limpió las telarañas. Lo celebró con esa sonrisa de alguien que se ha sorprendido a sí mismo mientras Abel le limpiaba la bota. Ni con esas quitaron los locales el pie del acelerador, por más que el Cacereño estuviera en la UCI. Y pasaron segundos hasta que Manu cerró la cuenta remachando desde el punto de penalti a una defensa rota. Porque los principios no se negocian.
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