Con el buen tiempo de este fin de semana se nota que hay más gente en la calle, más ambiente en las terrazas... Pero esa mejora todavía no da, al menos tan a corto plazo, para aliviar la situación que vive el comercio. «El ... enfermo sigue en la UCI, sedado e intubado. Lo digo siempre, el comercio vive de muchos factores. El económico, en estos momentos, no es el idóneo; hay sectores que pueden soportar algo mejor la crisis, pero hay otros que tienen a mucha gente en ERTE, empresas que no pueden funcionar y eso el comercio lo sufre. No hay una movilidad excesiva. Socialmente vamos mejorando, pero no hay una determinación fiable para decir que la gente salga a la calle y no pase nada», manifestó Manuel Muñoz, presidente de la Agrupación de Comerciantes Segovianos (ACS).
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Los comerciantes tenían puestas muchas de sus esperanzas en las rebajas, pero la suma de varios factores han derivado en que hayan sido «muy malas» en Segovia. «Hasta donde nosotros hemos preguntado, apenas se ha notado. Puede haber alguno que haya ido bien, obviamente hay sectores a los que posiblemente y por las razones que sea, les haya ido mejor, pero si aplicamos el término general no han ido bien, nos atreveríamos a decir que casi no han ido», apuntó Muñoz, sin olvidar que hay establecimientos con problemas de 'stock'. « No sé si en previsión habrán comprado menos, no sé cómo se han provisto de género, pero lo poco o mucho que hayan comprado no ha salido con la fluidez que se quería y habrá género en las tiendas, y eso es malo».
Muñoz afirma también que ahora es difícil constatar cuántos comercios habrán cerrado definitivamente. «Ahora se ve mucho cerrado, pero no se sabe si es definitivo o es temporal. En el momento en el que haya una libertad total de abrir, veremos quiénes son los que siguen abiertos, ahí sí que tendremos un dato real de lo que se ha llevado esta pandemia», dijo. Y en relación a las perspectivas de futuro, «todo lo que sea dar pasos hacia adelante son muy importantes. No soy epidemiólogo, pero según aumente el porcentaje de vacunación, los casos bajarán, la incidencia será menor, subirá la seguridad y eso hará que cojamos cierta confianza y podamos salir a la calle y convivir como lo hacíamos antes, pero me cuesta creer que eso sea en dos meses y también me cuesta creer que vaya a ser durante este año. Convencer al ciudadano que al cien por cien va a poder hacer vida normal va a costar. Quiero pensar que el carácter español, extrovertido, nos hará salir antes, pero son más deseos que realidades».
Araceli Herranz, gerente del Centro Comercial Abierto Decalles, coincidía en la valoración de que ha mejorado en el flujo de gente. «Hay más gente en la calle, se nota pero si das un paseo por las tiendas están prácticamente vacías;el consumo está dedicado a primera necesidad y la gente está un poco reacia, la situación de todo el mundo ha cambiado y no sabemos cómo esto va a evolucionar y si en Semana Santa se sigue haciendo lo que hicimos en Navidades, probablemente volveremos a tener otra vez una mala situación. La gente está muy a la expectativa y lo que es el comercio en ventas no va bien. Y mira cómo se encuentra la hostelería. Vamos a a ver si se anima este fin de semana pero mientras no se deje utilizar el servicio de interior en los bares.... Estamos hablando de Segovia y las temperaturas que hay. La situación está muy delicada. Evolución poca, se ve más gente en la calle, sí, pero esto va a remontar muy despacito».
Los comerciantes constatan esa mala temporada de rebajas. «Ya empezamos con descuentos desde noviembre para salvar algo; desde el 'Black Friday' todo seguido con descuentos. No han salido todo lo que tenía que salir para comprar para toda la temporada que viene y vamos a tener que hacer algo para recuperar efectivo y seguir para el resto de campañas. Esto del comercio es así, con una campaña se paga la siguiente. Vamos a ver cómo evoluciona la pandemia para hacer algo, ahora que se acerca el Día del Padre, la Semana Santa...», comentó Araceli Herranz, gerente del Centro Comercial Abierto Decalles. «Esperemos que esto mejore y para eso será fundamental que esté abierto Madrid y la gente pueda venir de Madrid», añadió.
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El golpe final vino con la imposición del toque de queda a las 20:00 horas por parte de la Junta de Castilla y León, que vació las calles a media tarde y obligó a los comerciantes a cerrar antes. Las bajas temperaturas registradas durante los primeros días de la campaña y la abrupta llegada del temporal Filomena contribuyeron a empeorar una situación que pendía de un hilo. «Es que este año ha sido tremendo; la campaña de rebajas ya se preveía mala y con esa borrasca que tuvimos... La gente tiene mucho género en 'stock', sin vender y no sabemos qué hacer. Si no se vende no tienes dinero para comprar nueva mercancía y encima lo tienes hay ocupando espacio; es tremenda la situación. Entre lo que no se ha vendido porque estamos cerrados o medio cerrados y lo que ahora se ha quedado sin vender por culpa de la borrasca y la situación, que sigue siendo muy mala para las ventas, no sabemos qué hacer con la mercancía», apuntó Roberto Manso, presidente de la asociación Comerzio José Zorrilla .
Ahora que hace buen tiempo, se nota que hay más gente en la calle, «pero eso no quiere decir que haya mucha más alegría en las compras. El problema es que la gente se ha acostumbrado a gastar menos o ha cambiado los hábitos de compra, porque cada vez lo hace más por Internet, Hay un poco más de alegría por el tiempo, pero el hecho es que no hay más gasto, la gente se está costumbrando a entrar menos en las tiendas y no sé si es que todavía tienen algo de reparo y solo van a comprar a los supermercados y cosas básicas, de primera necesidad, pero se nota que no entra tanta gente como debería entrar para la situación en la que estamos», manifestó Roberto Manso, presidente de la asociación Comerzio José Zorrilla.
«Nosotros no dependemos tanto del turismo, seguimos teniendo al cliente de barrio; el de Madrid era algo muy esporádico, que venía los fines de semana, tampoco suponía un nivel importante de ventas, aunque todo se nota».
Para Roberto Manso, puede que la gente «ya esté un poco harta de tanta rebaja y tanto descuento porque sí que es verdad que haciendo descuentos de continuo en un sitio y en otro no causa el mismo efecto que se hacía antes en una temporada concreta, como eran las rebajas. Ahora, a la gente le pones un descuento de un 80% y no sé si lo valora, aunque se venda muy por debajo del coste. A veces aturullamos con las cifras y porcentajes», opinó.
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La Agrupación de Comerciantes Segovianos (ACS) ha dirigido un escrito a la alcaldesa de Segovia, Clara Luquero, en el que solicita la puesta en marcha de una nueva campaña de los Bonos Comercio, con las modificaciones oportunas para reducir los trámites burocráticos y lograr que sea más eficiente, ahora que finaliza la segunda edición.
«Creemos que esta iniciativa podría seguir incentivando el consumo en los establecimientos comerciales de nuestra ciudad, muy castigado económicamente por el cierre perimetral y por las sucesivas limitaciones generadas por la situación de la pandemia», explica el presidente, Manuel Muñoz.
En la carta remitida a la alcaldesa, la agrupación expresa la necesidad de que se concedan ayudas directas a los comercios que hayan visto minoradas sus ventas por estas limitaciones, y propone cuantías desde los 1.000 euros para comercios que no tengan trabajadores hasta los 1.500 euros para aquellos que tengan tres o más trabajadores. La Agrupación de Comerciantes Segovianos (ACS) recuerda que esta iniciativa se está tomando en consideración por varios ayuntamientos de la Comunidad, en concreto el de Zamora ha anunciado ya dichas ayudas.
«Con ello el Ayuntamiento aliviaría en parte la maltrecha situación por la que atraviesa el sector, además de contribuir al mantenimiento del empleo en este sector tan importante para la economía y el tejido social de la ciudad», concluye Muñoz.
La ACS quiere volver a poner de manifiesto la grave situación económica que atraviesa el sector, que todavía ve lejana la recuperación, por la confluencia de varios factores.
En primer lugar, la aún escasa movilidad y afluencia, lo que mantiene su índice de actividad muy bajo después de un año de cierres, y restricciones. A ello se suma la situación de precariedad e incertidumbre económica de muchos ciudadanos, empresarios y trabajadores, tanto los que han perdido el empleo como los que se mantienen en situación de ERTE, lo que restringe la capacidad de consumo y la confianza.
Tiene claro que «la Semana Santa no hay que intentar salvarla, porque no se puede; ya hemos visto lo que ha pasado por salvar la Navidad. Está perdida, y luego llega el verano que es una época floja en los comercios, así que lo fiamos todo para septiembre, que ya habrá mucha más gente vacunada, aunque yo creo que no va a ser todo como otros años, porque la normalidad, como la entendíamos no va a llegar. La gente ha cogido otros hábitos de consumo y de compra. Aún así creo que podemos recuperar parte de lo del año en septiembre, aunque ya el año lógicamente está perdido, porque de septiembre a Navidad poco se va a recuperar. Se hará lo que se pueda», dijo.
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