La madre de Olivia le dio tranquilizantes «para que no viviese con su padre»

La facultativa médica que testificó ante la jueza explicó también que la vida de Noemí Martínez no había corrido peligro. «Se le administró un suero y se le dio el alta a las pocas horas, la vida no corrió peligro», señaló. Noemí Martínez fue hallada por la Policía en la cama junto al cadáver de su hija de seis años. La acusada manifestó que había intentado quitarse la vida, pero, según quedó ayer acreditado por el testimonio de la médica, su vida no estuvo comprometida en ningún momento.

En la declaración estuvieron presentes los abogados Daniel Labrador e Ignacio Blanco, que ejercen la acusación particular en representación de Eugenio, el padre de la pequeña Olivia. La investigación apunta a que la madre decidió acabar con la vida de su hija justo el día después de que la jueza le otorgase la custodia a su exmarido, con lo que debería regresar a vivir a Segovia con él. Para ello, le habría administrado «grandes cantidades» de lorazepan -un fármaco sedante y ansiolítico- y también, en una dosis menor, pero también mortal, dexketoprofeno trometamol, comercializado bajo el nombre de Enantyum y que se utiliza para el dolor agudo.

En concreto, los exámenes forenses revelaron que la pequeña presentaba una tasa de 0,7 miligramos de lorazepan por litro de sangre. La sustancia es ya tóxica para un adultos con 0,3 miligramos por litro de sangre.

Los próximos testigos en declararon en el marco de la instrucción serán los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) que se hicieron cargo de la investigación. Están citados el próximo lunes en el mismo juzgado de Instrucción número 1 de Gijón.

La acusada de asesinato, Noemí Martínez, continúa en calidad de presa preventiva en el centro penitenciario de Asturias. No hay aún fecha para que declare de nuevo ante la jueza instructora.