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Todos los jueves se reúnen compradores y vendedores en la Lonja de Segovia para establecer los precios del cereal, el porcino… varias mesas —cada una para cada subgrupo— donde se debate el precio de mercado de acuerdo a la demanda, las provisiones, la competencia… muchos ... factores. «En cada mesa hay compradores y vendedores que son personas representativas del sector, gente que mueve ciertas cantidades de producto, no puede ir un señor que tenga dos ovejas», cuenta Juan Pedro Postigo, el recién elegido presidente de la lonja local. «Es así como lo marcan los estatutos», añade.
Un funcionamiento que se mantiene, pero cuyo organigrama se ha visto marcadamente afectado a principios de este año. A mediados de marzo, el anterior presidente, Carlos González, dio un paso atrás y presento su dimisión en la que aludía a «motivos personales y profesionales». Fue entonces cuando se congregó una asamblea que germinaría la nueva directiva y los vocales de las diferentes mesas. «Fue ahí cuando comenzamos a andar. Antes se llevaban las cosas de una forma casi personalista», explica Postigo, cuyo equipo se puso manos a la obra y donde el objetivo primordial era uno solo: convertir la Lonja de Segovia en lonja de referencia a nivel nacional. «Esta categoría actualmente la poseen Salamanca en el sector bovino, la Lonja de Zamora, hay una en Villalpando… me parece que solo hay tres o cuatro en toda Castilla y León. Tienes que estar bien organizado, tener una continuidad, que los precios sean acordes al mercado actual…».
La nueva junta decidió ponerse en contacto con la Junta de Castilla y León de cara a erigirse como lonja de referencia. «La Junta crea un sistema de lonjas en el que están todas interconectadas: los precios salientes están controlados, la información llega a todo el mundo y, además, los datos se envían a Europa… Un sistema para que todo funcione correctamente».
Otra de las medidas adoptadas por esta renovada agrupación fue integrarse en la Federación Empresarial Segoviana (Fes). Anteriormente la Lonja iba «por libre». Postigo incide en que formar parte de una organización empresarial del calibre de la Fes era la única forma de «poder tirar hacia delante». Una de las consecuencias de esta fusión fue que el colectivo gremial proporcionó un moderador para la Lonja. «Es la persona que establece los precios según los debates que tienen lugar en las distintas mesas. El moderador tiene que estar informado de la evolución de los mercados: porcino, ovino, cereal…Su trabajo consiste en informarse previamente de las tendencias de los mercados y después, una vez oye los debates que hay en las mesas, decide si un precio sube o baja», detalla el nuevo presidente.
Un beneficio añadido de este nuevo acuerdo será la transparencia y rápida difusión de los precios a todos los socios. «Fes informa a los socios de una forma inmediata a través de correo electrónico y de Whatsapp; y al día siguiente, a los medios. Ahora también mandamos la información de los precios y un acta de las sesiones a la Junta de Castilla y León —una de las consecuencias de convertirse en lonja de referencia—».
Pese a el estatus actual de lonja de referencia, que la supedita a la Junta; y pese haberse introducido de lleno en el esquema de la Fes; Juan Pedro Postigo asegura que la Lonja de Segovia «sigue teniendo la autonomía operativa de siempre» y estima que la actualidad la entidad «está funcionando muy correctamente, creo que bastante mejor que en la anterior etapa, sin grandes problemas y de una forma más seria».
«Una de las cosas que hacemos en la junta directiva de la lonja es intentar promocionarnos», arguye Postigo. Representantes de la nueva dirección acudieron el pasado julio a Valladolid para reunirse con el viceconsejero de Política Agraria Comunitaria y Desarrollo Rural, Juan Pedro Medina Rebollo; y con la directora general de Industria y Cadena Agroalimentaria, María José González Garrachón. «Nos dieron buena información para el manejo de lonjas y el funcionamiento del mercado», aunque el objetivo primordial de la visita fue solicitar la visita a Segovia y a su lonja del consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Gerardo Dueñas. «Sería importante que viniese a una de nuestras sesiones para que todo el mundo viese que somos una lonja seria y que contamos con el apoyo de las instituciones». Visita que funcionaría como campaña publicitaria perfecta para la lonja, y que se ve como una forma de incrementar el grueso asociativo a través de un mensaje de confianza.
«Hay que mandar el mensaje de que es bueno ser socio de la Lonja. La única financiación que tenemos es la aportación de los socios, no tenemos nada más», asevera Postigo, que añade que durante la reunión que tuvieron con la administración en Valladolid también solicitaron formas para acceder a subvenciones que ayuden a hacer frente a los gastos de funcionamiento y administración que supone esta reciente integración en la Federación Empresarial de la provincia. «Todos los años salen ayudas para estos temas y nos comentaron que estarían pendientes de las subvenciones disponibles para visitarnos y comentarnos los requisitos necesarios». Sin embargo, subraya que dichas ayudas «las tienes hoy, pero puedes no tenerlas al próximo año. No nos interesa vivir de subvenciones, sino vivir de que los agricultores y los ganaderos se apunten a esto porque, al fin y al cabo, aquí estamos unos señores trabajando todos los jueves para que se pongan unos precios y que sean conscientes de que hay unos gastos que hay que sufragar porque estamos trabajando para ellos».
Un mayor número de socios de la Lonja se traduciría en una mayor estabilidad. En la anterior etapa el grueso asociativo fue de hasta 160 miembros, con el asterisco de que ser socio no suponía ningún gasto, era gratuito. En la etapa estrenada en marzo de este año se estableció una cuota inicial de 300 euros para la membresía. Fueron alrededor de 60 agricultores y ganaderos los que se sumaron. «No es poco dinero 300 euros y que lo hayamos puesto 60 socios dice mucho…».
«El incremento de socios aportaría un montón: significaría más actividad y participación en las mesas, más estabilidad económica… significaría que vamos a hacer mejor nuestro trabajo porque los órganos de gobierno a la larga tendrán que cambiarse». Además, Juan Pedro Postigo prevé que para el próximo año la cuota será menor en comparación con los 300 euros últimos: «Dependerá en función del aumento en el número de socios y de si conseguimos alguna subvención. Pero para el año que viene no creo que haga falta llegar a esa cifra ni mucho menos».
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