La lluvia, amenazante durante todo el día, respeta la Procesión del Corpus

El día amaneció lluvioso y se temía lo peor. A las once, cuando empezaba la misa en la Catedral, parecía impensable que la procesión saliera. Pero al final dejó de llover, y hasta salió el sol, y casi trescientos niños pudieron desfilar en una de los cortejos más numerosos que se recuerdan. La del Corpus es una solemnidad especial para aquellos pequeños que han comulgado por primera vez. Todos los niños que tomaron parte en el desfile tuvieron la oportunidad de volver a enfundarse el vestido o traje que lucieron el día de su Primera Comunión y revivir las sensaciones que albergaron en tan señalada fecha.

El cortejo salió de la Catedral a eso del mediodía, una vez terminada la misa que el obispo, César Franco, ofició en el interior del templo. Un grupo a caballo de la Junta de Cofradías de Segovia abría el paso. Después marchaban la banda penitencial de la Hermandad de la Soledad Dolorosa y los pequeños que han recibido la Primera Comunión en las parroquias y colegios religiosos de la ciudad. El cortejo continuaba con los representantes de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío, de la Junta de Cofradías de la Semana Santa de Segovia, de la Cofradía de la Virgen de la Fuencisla, de la Cofradía de la Adoración Nocturna, de la Real Hermandad de Infanzones de Illescas, de la Orden de Malta, de la Junta de Nobles Linajes y de la Cofradía de la Minerva, y cerraban los miembros del Cabildo, la Custodia con el Santísimo Corpus Christi, el obispo de la diócesis, las autoridades civiles y militares, la Unidad de Honores de la Academia de Artillería y la Unión Musical Segoviana.

La comitiva partió de la propia Catedral. Seguida por multitud de fieles y devotos, recorrió las calles aledañas a la Plaza Mayor. La novedad fueron los tres altares que se levantaron ante las iglesias de San Miguel, San Martín y Corpus.