Llenar cada mes el depósito de un camión es ahora 3.000 euros más caro que hace un año

El representante de la patronal del sector en la provincia se retrotrae a febrero de 2021. Entonces, el profesional pagaba 1,14 euros por litro a la hora de repostar. O lo que es lo mismo, en torno a 4.560 euros al mes. Una anualidad después, el coste medio del carburante en el mismo periodo ascendía a 1,470 euros el litro, lo que al cabo del mes más corto acarrea 5.880 euros por camión. Esto quiere decir que en solo un año el desembolso por el hecho de llenar el depósito de estos vehículos había aumentado ya un 29%.

Sin embargo, esos cálculos al alza se han disparado en lo que va transcurrido de este marzo estigmatizado por la guerra en Ucrania a raíz de la invasión rusa y el encarecimiento del petróleo. En un contexto convulso y de conflicto mundial, el repostaje ha experimentado «un subidón tremendo, es un disparate», lamenta el director de Asetra. Los transportistas han llegado a pagar 1,80 y 1,90 euros por litro de gasoil hace una semana; si bien este miércoles registró una leve bajada para situarse en torno a 1,70 euros. La calculadora del director de la agrupación provincial de empresarios del sector eleva el sobrecoste de llenar el depósito de un camión hasta cerca de los 3.000 euros.

Esa es la diferencia a mayores que pagan los industriales del sector al mes con respecto al ejercicio pasado, cuando el gasto asignado al repostaje ya marcaba una tendencia ascendente. Las cuentas que hacen las empresas con esas tarifas tope les indican que cada tráiler acarrear unos gastos de entre 7.200 y 7.600 euros al mes solo en carburante.

García pone de relieve que, a lo largo de estos últimos doce meses, la estructura de costes de las compañías de transporte se ha visto alterada por esa constante subida del precio del carburante, que en este marzo ya ha escalado hasta tocar unas cimas a las que muchas empresas les va a costar llegar. Si un año atrás el repostaje de combustible acaparaba tres de cada diez euros dedicados al capítulo de gastos, ahora los industriales del sector han de destinar el 40%, lo que equivale a decir que en doce meses se ha incrementado en un 10% el gasto de los transportistas en carburante para poner en circulación sus flotas de vehículos y poder trabajar.

El primer trimestre del curso 2022 está resultando «muy malo», resume tajante el director de Asetra. «Además de la incertidumbre propia de la situación, lo peor es que no se ve dónde está el límite», añade con preocupación Fernando García. La patronal del transporte en Segovia ha venido insistiendo en las últimas semanas en la necesidad urgente de adoptar medidas.

Hace unos días, el propio responsable del sector en la provincia reclamaba al Gobierno de la nación que interviniera en las tarifas de los carburantes para atajar de alguna manera la escalada en el encarecimiento del repostaje. Los transportistas segovianos urgen a adoptar medidas inmediatas a la Administración del Estado para que «intervenga ya por ley y baje el precio de los combustibles o suspenda ya temporalmente la fiscalidad porque mientras tanto las empresas se están arruinando».

García reconoce, además, la complejidad de que, en un mercado de competencia feroz, las empresas puedan repercutir en sus clientes el encarecimiento del precio del combustible. El sacrificio de beneficios que venían haciendo muchas de las compañías ya se queda pequeño e insuficiente ante el aumento de los gastos experimentado en lo que va de marzo, que se suma a la subida anual acumulada del 29%.

La inquietud de los transportistas no se ciñe solo al repostaje en las estaciones de servicio. El director de Asetra añade que «también ha subido todo lo que tiene que ver con el petróleo, como los lubricantes o los neumáticos». Fernando García apunta en un escenario de tamaña incertidumbre que incluso «empieza a haber rumores de escasez de neumáticos».