Segovia

¿Cómo llegó una valla de obra a lo alto del Acueducto?

Estos hechos se suman a otros pretéritos de personas que osaron desafiar la gravedad y a las autoridades encaramándose en el Acueducto y poniendo el riesgo sus vidas y las de sus rescatadores.

A pesar del endurecimiento de las sanciones introducido por el Ayuntamiento mediante una modificación de la ordenanza de Convivencia Ciudadana, hace un año, los actos incívicos y los ataques al monumento, santo y seña del patrimonio universal que atesora Segovia y que por ello está declarada Ciudad Patrimonio de la Humanidad, se siguen produciendo.

En los primeros siete meses de la entrada en vigor de la normativa que trata de blindar el Acueducto frente a las agresiones externas se tramitaron doce multas, fundamentalmente por escalar y subirse a los sillares o trepar por los arcos.

Las infracciones calificadas de muy graves están castigadas con sanciones económicas que van de 1.500 a 3.000 euros. El actual equipo de gobierno del Partido Popular en el Consistorio de Segovia se ha planteado más medidas para reforzar la protección y evitar accidentes indeseables como el protagonizado por un joven hondureño, el pasado verano, que se precipitó desde lo alto del Acueducto, en la zona próxima al Postigo del Consuelo.

En concreto, la voluntad de los reponsables municipales ponía uno de sus focos en dificultar lo mázimo posible el acceso a la parte superior del bimilenario monumento en puntos como el citado mirador, en la plaza de Avendaño, por donde suelen colarse para subirse al Acueducto a pesar de los pinchos colocados para disuadir de pasar al otro lado.