«Llegará el momento en el que habrá que limitar el aforo de turistas en el eje Acueducto-Alcázar»

–¿La reciente confirmación de la Junta de que definitivamente no reabrirá el Policlínico da al traste con sus esperanzas de que el recinto amurallado tenga un centro sanitario?

–No. La plataforma en la que estamos integrados y que lleva ese tema no se da por vencida, sobre todo porque creemos que hay razones objetivas bastante fuertes. No desesperamos de que se puedan llegar a tener en cuenta y a reconsiderar. Ha extrañado mucho el cambio, sobre todo por parte de Ciudadanos, que pocos días antes de las elecciones había afirmado que respaldaba claramente la opción de recuperar el Policlínico. Y en la primera manifestación de la consejera de Sanidad [Verónica Casado], que es de ese partido, se ha cambiado radicalmente de posición. Entendemos que no está dicha la última palabra por parte de la plataforma y de los vecinos, que insistimos en que no es solo un problema de necesidad de consultorio para el casco histórico, sino que tiene otras finalidades y otros servicios que afectan también a la provincia, puesto que se plantea en un sitio en el que se estaba pensando para volver a prestar unas necesidades que no están cubiertas.

–¿Cree que la entrada en vigor del Plan de Áreas Históricas va a contribuir a revitalizar el recinto amurallado?

–Es posible que se reactive algún tipo de intervención relacionada sobre todo con la construcción, pero difícilmente eso va a significar una revitalización del casco histórico. El Ayuntamiento ha venido planteando que como el Peahis ofrece la posibilidad de construir muchas viviendas, cuando esas viviendas se construyan y estén habitadas, esos nuevos habitantes van a demandar servicios que ahora no hay y que se van a restablecer. Nosotros miramos al revés, pensamos que si no hay servicios difícilmente va a interesar a vecinos normales, que quieran tener una vida familiar normal, comprar una vivienda en un sitio donde no hay servicios. Otra cosa es si el Ayuntamiento, en el poco espacio que ha dejado para construir vivienda social, se lanzara inmediatamente a construirla en el casco histórico. Puede que eso sea más atractivo para las familias.

–Está de acuerdo con la idea del Ayuntamiento de cobrar a los turistas que pernocten en la ciudad?

–No me parece mala idea siempre que eso repercuta en el mantenimiento del patrimonio y que pueda significar también una ventaja para los vecinos. Y si no se hace, desde luego lo que está claro es que todos los ingresos que se producen por turismo deberían revertir más en la ciudad y no solo en determinado sector. Cuando se nos dice que no podemos tener servicios sanitarios o educativos, se nos argumenta que no somos rentables porque no tenemos el número suficiente de cartillas. Sería bueno que hicieran ese cómputo de rentabilidad incluyendo también el turismo, que viene fundamentalmente por el casco histórico.

–Los comercios de toda la vida están siendo sustituidos por franquicias en la calle Real, que sigue siendo la arteria de todo el turismo en la ciudad. ¿Hay riesgo de que se convierta en un parque temático? ¿El Ayuntamiento debería limitar el aforo de turistas en determinados momentos?

–Sí. Nosotros hemos planteado muchas veces que se debería tomar la presencia de los comercios de proximidad como una especie de servicio social y que se les beneficiara, bien por la vía de subvención directa o bien por la disminución de impuestos. Somos conscientes de que tal y como están los alquileres en la calle Real y en determinadas zonas del casco histórico es imposible la supervivencia de comercios de proximidad porque no pueden soportar ese alto coste. Llegará el momento en el que el Ayuntamiento tendrá que limitar el aforo de turistas si siguen situándose en una zona limitadísima de la ciudad: el eje Acueducto-Alcázar. Es un espacio muy reducido en el que a la misma hora se juntan muchos turistas.

–¿Han solicitado al Ayuntamiento un Área de Regeneración Urbana (ARU), como otras zonas de la ciudad, para rehabilitar viviendas?

–Lo hemos pedido en repetidas ocasiones al Ayuntamiento. En el último ARU que se ha llevado a cabo pretendíamos que se abarcara un número de viviendas más amplio de las que se incluían y no se aceptó. Sin embargo, hubiera sido bueno porque no se concretó el número de viviendas que se acogieron a ese último plan. Razón por la cual el Ayuntamiento justifica, entre otras cosas, que no se haya arreglado la calle Daoíz, una de las que sigue pendientes ya no solo por el espectáculo de los cables en todas las fachadas, sino porque no se ha llevado a cabo la renovación de la comitivas de aguas y de saneamientos, que están dando problemas de funcionamiento a las viviendas de esa calle.

–Están siendo muy combativos con el problema de los ruidos, sobre todo con las fiestas en pisos de estudiantes. ¿Les tranquiliza pronunciamientos como el del rector de IE, que ha hablado de apertura de expedientes a los alumnos que no cumplan el código ético de la institución?

–Por parte de la Universidad me parece bien que se tomen esas medidas, es de agradecer que sea sensible. Pero tenemos la otra vertiente, que está en manos del Ayuntamiento, y es que cumpla adecuadamente la normativa sobre el ruido. Es una normativa de reciente aprobación que está actualizada y que, por tanto, si se cumple no va a haber ese problema o va a ser un problema que va a durar el tiempo que tarde el Ayuntamiento en tomar la adecuada medida y hacerla cumplir. En esto estamos siendo bastante críticos porque vemos que el Ayuntamiento no es especialmente sensible a la situación de molestias de ruido, que hace muchas veces insoportable la vida a los vecinos.