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Carlos Hernández, sexólogo con consulta en Segovia, lleva una década con adolescentes de Granada, Leganés o Villaverde que llegaban a sus manos mediante consultorías municipales de educación sexual. Los padres son siempre los impulsores, generalmente porque han detectado actitudes violentas o problemas de convivencia, a ... veces por mediación de otros padres: «Tu hijo le ha hecho a mi hija…». Abusos que van más allá del coito, pacientes que se han enganchado personas que suponen una mala influencia, violencia de género, ghosting –hacer el vacío– o sexting, esos contenidos digitales comprometidos que van desde el texto al vídeo.
A falta de referentes paternos, los adolescentes confían su mundo a 'youtubers' como Ibai Llanos o El Xokas. De ahí a Mostopapi y sus entrevistas sobre temas sexuales en la cama con otras mujeres líderes de opinión. «Eso no es educación sexual. Fomenta un tipo de erotismo, pero luego cuando llegan a los encuentros íntimos yo veo que están muy perdidos». Ahí entra la pornografía de dominación, «focalizada en las prácticas de aquí te pillo aquí te mato, sin construir relaciones». Una de las cosas que Hernández cuenta a sus pacientes es que antes hay una negociación previa: que unos actores se eligen a otros y definen al milímetro qué hacer. Pero el consentimiento no sale en pantalla. «Si no han tenido otras influencias, lo mejor que se te ocurre es hacer eso que dicen que es lo bueno. Ejecutas esa mala guía didáctica y ahí es dónde viene el problema».
Hay respuestas de todo tipo. «Cuando las cosas salen de manera desagradable, se suele callar mucho. Para los chicos, en general, todas las experiencias sexuales son híper satisfactorias, para fardar, pero hay chicas que llegan a consulta y es la primera vez que lo han contado». Aquí empieza la reconstrucción, las cosas que no han sabido papá y mamá. Hernández define un porno feminista que construye un relato erótico, más consumido por mujeres, pero «es de más calidad y requiere pagar», una realidad que compara con la comida basura. «Si es gratuito, es con lo que te vas a encontrar». Hay incluso formatos didácticos, pensados para que los padres lo vean con sus hijos.
Las influencias culturales como América Latina o África aportan una educación sexual diferente a la europea, con países en los que las relaciones coitales son más precoces. Hernández lleva terapias grupales sobre masculinidad o adolescencia y pide una asesoría joven en Segovia como las de otras ciudades, una ventana que llevan a los institutos. «Marcábamos una hora al salir de clase en un punto accesible para que comentaran las dudas». Las que no tienen confianza para preguntar a nadie. «Él no quiere usar preservativo. ¿Qué hago?». Respuestas desde la ciencia para no buscar en otro sitio.
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