«Cuando se levanta el telón te da igual estar en el Opera House de Sidney o en La Granja»

-La última vez que actuó en La Granja fue en 2014, ¿qué le viene a la memoria?

-Tengo un recuerdo muy bueno, he actuado muchas veces allí, es un espacio mágico y especial, me siento como en casa siempre que voy y agradezco mucho al público de Segovia tanto cariño. Volver ahora con 'Alma' me hace mucha ilusión.

-¿Cómo es 'Alma'?

-Alma es un espectáculo muy positivo, con una energía muy bonita que fusiona, melodías conocidas de boleros con palos del flamenco muy tradicionales. La verdad es que es un regalo, no tiene momentos de tristeza, sino de profundidad; eso hace que el recorrido por los once números que hacemos sea un gusto.

La música está hecha a cargo de Keko Valdomero que es el director musical de la compañía, hay siete 'musicazos' y en baile también somos siete, cinco chicas y un bailarín, Daniel Saltares. También hay colaboraciones especiales que están en playback, tres voces que me han marcado mucho en mi gusto musical por el flamenco: Juana La del Pipa, Israel Fernández y Rancapino Chico. Después, también se incluye una versión de 'Vete de mí' del pianista Álex Romero.

-¿Y por qué el nombre de 'Alma'?

-Porque desde el principio decíamos que tenemos el corazón flamenco y el alma de bolero, es mantener lo que somos en el corazón: nuestra manera de zapatear e interpretar nuestro flamenco, pero «jugando» con melodías de otros registros. En este caso, es un espectáculo dedicado a mi padre que era un enamorado de los boleros y hablamos siempre de la dificultad de diferenciar los palos del flamenco. Cuando introduces una melodía que conocía como el bolero, pues sentía que lo diferenciaba mejor. Lo que empezó como un juego ha acabado siendo un espectáculo precioso para mí.

-¿Se puede ver el alma a través del cuerpo?

-Sí, totalmente. Es más, yo creo que en lo que hacemos si no hay alma no hay verdad. Tienes que dejarte el alma cuando se levanta el telón. Para compartir un mensaje, aunque esté hecho en forma de baile, debe tener alma y corazón.

-¿En qué punto se sitúa ahora mismo el ballet flamenco?

-En uno muy bueno. Siempre doy las gracias a todos los maestros que nos han dejado todo lo que somos ahora mismo: Paco de Lucía, Camarón, Carmen Amaya, Antonio Gades, Enrique Morente, Farruco… Todos esos artistas nos enseñaron a respetar y a amar el flamenco, y eso hace que, aunque sea un flamenco de hoy, tenga la búsqueda del nivel y del respeto que han tenido los maestros de siempre. Ahora hay muchos artistas muy buenos, o sea que es un arte que está en muy buen lugar.

-Ha estado en los escenarios más importantes del mundo, ¿nota el contraste de actuar en La Granja a hacerlo en Nueva York, por ejemplo?

-La verdad es que no. En este caso el flamenco no entiende de fronteras ni de lenguas, va directamente al corazón. Cuando el telón se levanta da igual si estás en La Granja o en el Opera House de Sidney. Se te olvida y eso es algo precioso; hay una conexión directa con todo tipo de públicos que tienen muy distintas costumbres, es mágico.

-¿En qué país ha percibido que se haya captado muy bien el mensaje de su arte?

-Llevamos con la compañía 25 años, hemos viajado a un montón de sitios y te sorprende la respuesta del público con el flamenco, y todo gracias a los maestros que nos han abierto las puertas. Nosotros tenemos conexiones muy bonitas, hacemos temporadas en París, Londres, Nueva York, Miami, Washington, Asia… es una belleza cómo responde la gente. El año que viene empezamos en el Opera House de Sidney, estando Australia tan lejos, no te imaginas la conexión tan bonita y bestial que hay. Por ejemplo, vas a Tailandia y el 'olé' no suena igual que el de España, pero está en el mismo sitio. Parece una conexión de siempre, la respuesta del público extranjero con este arte te llena de orgullo porque lo respeta y o valoran como un arte grande.

-¿Cómo crea un bailaor y cómo surgen las coreografías que interpreta?

-De la misma manera que otro artista, nosotros por regla general trabajamos y estudiamos todo, pero hay momentos para la improvisación. Hay días que dependen de la magia que se esté creando en el instante, dependen del lugar, del público… Es un riesgo que corre el artista que yo creo que es muy necesario. Es una de las cosas que te hace crecer, el poder arriesgarte en directo a probar cosas nuevas siempre que técnicamente estés preparado.

En nuestro espectáculo actual hay tan buena conexión entre nosotros que en los momentos de improvisación estás en una especie de juego con los bailarines, los músicos, iluminación… nos entendemos, nos buscamos y nos inspiramos entre nosotros mismos creando momentos preciosos.

-¿Qué planes tiene de cara al futuro?

Ahora estamos con la gira de 'Alma' por toda España, acabamos de terminar la temporada de Barcelona y tenemos en septiembre la temporada de Madrid en el Teatro Gran Vía. Luego a final de año empezamos la temporada de Parías y después la temporada internacional. Una gira bastante bonita.

Como cosas especiales, estaremos el día 30 también en el Teatro Real de Madrid en un homenaje a Paco de Lucía llamado 'Infinito'. La verdad es que no paramos, estamos intentando pensar qué puede ser lo próximo, aunque acabemos de estrenar 'Alma', esto es un no parar de crear y montar. A ver si la nueva normalidad llega del todo y podemos seguir trabajando con esta energía tan bonita.