La lealtad a la bandera une a civiles y artilleros

El ruido de los cohetes con los primeros rayos de sol anunciaban que este lunes iba a ser un día especial en Segovia. Los artilleros vistieron sus mejores galas para acompañar a su patrona, Santa Bárbara, pero también a las 150 personas que asistieron puntuales a los pies del estandarte de la Academia de Artillería para prometer su fidelidad a la bandera española y, a su vez, sellar su compromiso con los valores de la Constitución, que este miércoles cumple su 45 aniversario.

La jura del personal civil regresó a su escenario habitual, la Plaza Mayor, después de que el año pasado se trasladara a la plaza de la Reina Victoria Eugenia dado la presencia del mercado navideño en el citado emplazamiento y la conmemoración del quinto centenario de la festividad. El número de jurandos batió el récord del último lustro, solo superado por 2015, cuando besaron la enseña casi doscientas personas. En 2022 lo hicieron un total de 135.

La emoción de los participantes y sus familiares desterró la incertidumbre por la lluvia. Las bajas temperaturas se hicieron notar, al registrar una media de siete grados, pero el clima respetó la celebración, que se organiza en la ciudad desde 2010.

Si bien es cierto que hubo menos espectadores que otros años, lo que se atribuye principalmente a su coincidencia con una jornada laborable, el desfile militar previo y posterior invitó a muchos paseantes y también turistas a conocer un evento que ya se ha convertido en tradición en la capital. El acto estuvo presidido por el teniente general Fernando García-Vaquero Pradal, jefe del Cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad y representante institucional de las Fuerzas Armadas en la Comunidad Valenciana.

Las historias que hay detrás de la decisión de jurar fidelidad a la bandera son diversas. Es el legado de padres a hijos, también de abuelos a nietos. Y no importa el viaje que se requiera para hacer la reverencia ante el estandarte, pues muchos de los jurandos, hombres y mujeres a partes iguales, proceden incluso de otras comunidades autónomas, y van desde jóvenes -con 18 años recién cumplidos- hasta militares retirados.

Algunos de los rostros conocidos en la jura fueron los de los concejales de Tráfico, Raquel Alonso; de Personal, César Martín; de Deportes, Jesús Garrido o el edil de Educación, Sergio Calleja. También prometió fidelidad el director provincial de Educación, Diego del Pozo, y la directora de la Uned en Segovia, Mariló Reina.

Ningún asistente besó la enseña, gesto simbólico que muchos han descartado tras la experiencia de la covid. Pero sí hubo manos en el corazón, gorras oficiales, una capa segoviana y promesas en alto, lanzadas ante el coronel director de la Academia de Artillería, Rafael de Felipe Barahona, durante veinte minutos. «En el día más artillero del calendario, el estandarte recibe el beso de ciudadanos comprometidos con su país, que nos recuerdan que el orgullo de ser español y servir a nuestra nación no es exclusivo de quienes hemos elegido el oficio de soldado», pronunció.

El coronel realizó un balance «muy positivo» de la formación de los futuros oficiales y suboficiales del Real Colegio de Artillería, a la vez que aseguró que las dificultades y el duro año de trabajo «merecen la pena» por Segovia. Todo ello sin olvidar pedir a su patrona que «extienda su manto» para la protección de los artilleros, sus familias y «la ciudad que nos acoge».

Tras la jura de bandera, un teniente coronel, un capitán, tres cabos primeros, dos cabos y dos artilleros recibieron la Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco, que se concede por los trabajos o servicios distinguidos que se realicen durante la prestación de misiones. También fue reconocido personal civil laboral.

Asimismo, se entregó los títulos de artilleros de honor al comisario jefe de la Comisaría de Policía Nacional de Segovia, Miguel Ángel Martínez, por «su labor y espíritu de colaboración»; al periodista segoviano Marcelo Galindo, con motivo de «su objetividad, rigor y honestidad»; y a la enfermera Ana Martín, por «su dedicación acreditada durante más de 20 años en el servicio sanitario» de la Academia.

«Hoy más que nunca defendemos los valores de libertad e igualdad entre los españoles», señaló el alcalde de Segovia, José Mazarías, con una clara referencia a la actualidad política nacional. «Nos recuerda que el patriotismo y la lealtad al país no son patrimonio solo de unos pocos, es el derecho y deber de todos, sin discusión alguna de pensamiento, ideología o creencia», añadió.

El regidor destacó la unión entre la institución y la ciudad, hasta el punto de reivindicar que «Segovia no sería igual sin la artillería», y viceversa. Es por este motivo que cada artillero que se forma en la ciudad recibe el título de segoviano honorífico.

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