Segovia

La Lastrilla adelanta a Trescasas como el municipio con más renta por habitante

La clasificación se hace a partir de las rentas disponibles medias y mide el tamaño de las poblaciones con las declaraciones de sus contribuyentes, que rinden cuentas sobre sus rendimientos laborales, patrimonios o deducciones fiscales. Así se obtiene el promedio en 2021, unas cifras que ilustran cómo salieron los pueblos de la pandemia. O empezaron a hacerlo.

En un contexto de aumento generalizado –todos los municipios de 1.000 habitantes o más han visto cómo aumentaba su renta media disponible respecto a 2020 a excepción de Navas de Oro y Valverde del Majano–, destaca La Lastrilla, Con un aumento considerable del 6.7% de un año a otro, ha pasado a encabezar la clasificación con una renta per cápita de 25.713 euros, el promedio de un lugar que en 2021 tenía 4.348 habitantes y sumó 2.401 declaraciones pertenecientes a 2.630 titulares. No solo lideró la renta media disponible, sino también la bruta (31.949 euros), previo paso por la caja pública para pagar los impuestos. La disponible es la resultante tras abonar las cotizaciones sociales del trabajo por cuenta ajena.

La alcaldesa de La Lastrilla, Elisabet Lázaro, habla de «un indicador del bienestar social» que pone en valor el nivel de vida. «Nosotros tratamos de dar mejores servicios y ellos eligen el municipio para vivir». Su gran comodín es la proximidad de Segovia, unas «sinergias» con la capital que a juicio de la regidora son un factor esencial, junto a las infraestructuras o la convivencia. «Contamos con menos deudores, es una garantía de solvencia por parte de nuestros vecinos». Pone en valor un proceso de modernización que incluye asfaltado o iluminación y define su idea de bienestar: «Que el residente tenga los servicios cubiertos y que su nivel de vida se haya adecuado a una calidad».

El análisis de Lázaro es que la demografía y la riqueza van de la mano: «Los municipios con más renta per cápita son los que más población tienen. También los que más cerca están de Segovia. Es la típica España vaciada que tenemos que evitar; hay que apostar por los pueblos con menos población». Su municipio ha pasado en dos años del tercer puesto del ranking provincial –en 2019 registraba un promedio de 23.943 euros– a encabezarlo tras una subida marginal en 2020. «Mientras en otros municipios estamos viendo un descenso población, La Lastrilla está aumentando».

Para seguir creciendo, el pueblo necesita espacio. Tiene limitados los derechos del agua por la Confederación Hidrográfica del Duero como parte de la Mancomunidad de la Atalaya, que incluye a San Cristóbal, Trescasas o Palazuelos de Eresma. «Dentro de lo que tenemos desarrollado, podemos hacer vivienda nueva, que se está haciendo. También tenemos otros proyectos iniciados como el colegio de los Concepcionistas que van a atraer a gente a nuestro término municipal». Su precio del suelo, más elevado, filtra al nuevo vecino, que asegura unos mínimos de renta para costear su vivienda. Más habitantes sin bajar el promedio. «Cuanto más crezcamos, más servicios podremos ofrecer. Yo creo que en menos de cuatro años llegaremos a los 5.000 habitantes».

Trescasas, que encabezaba el ranking en los últimos años, cede el puesto pese a que su tendencia sigue siendo positiva. El tercer municipio con un padrón más pequeño entre los que superan el millar de habitantes (1.090 en 2021) subió de los 25.030 euros que le valieron la primera posición en 2020 a los 25.440 que le dejan en segunda posición tras una subida del 1,6%. La cercanía a Segovia ha hecho crecer su población, sumando servicios como incluir a su biblioteca municipal en la red provincial gracias a alcanzar los cuatro dígitos. Sin un crecimiento desmedido, los nuevos empadronados mantienen o elevan las estadísticas.

La mayor caída la sufre Navas de Oro, duodécimo en la estadística de 2020, con 18.882 euros, y vigésimo primero en 2021 con 16.962. Un descenso de, 10,2%, una involución que se agrava por el contexto de subida generalizada en la provincia, también en municipios de su entorno como Coca o Nava de la Asunción. Su nuevo alcalde, Raúl Vela, lo explica por la pandemia. «Navas de Oro vive de ganadería, agricultura, casas rurales y bares. Todo ha ido hacia abajo por el Covid».

Una docena de casas rurales cerradas, sin apenas ingresos, como los bares o restaurantes. Y la ganadería y la agricultura, para más inri, tuvo que lidiar con Filomena, el temporal que arrasó los campos. «Todo eso llevó a que la población tuviera menos ingresos». Habla de un pueblo integrado en el entorno rural que no se puede beneficiar, como Trescasas, de ser «pueblo dormitorio» de Segovia. La consecuencia es una sangría demográfica cercana al 20%, unos 200 habitantes en la última década entre fallecimientos y falta de natalidad, agudizada en la pandemia.

Con todo, avisa de un presente optimista. «Navas de Oro está pegando un subidón. Hay nuevas empresas que se están instalando en el pueblo, mucho proyecto joven y mucho empadronamiento. El pueblo volverá a subir». Su fórmula para atraer riqueza es «ayudar al autónomo, al ganadero, al empresario, a todo aquel que quiere apostar por el pueblo», eliminar trabas, fomentar la eficiencia energética y atraer a la juventud.